EL OTRO TEMBLOR, EL QUE DEJARÁ SECUELAS RUMBO AL 2018
Con 2 o 3 días de retraso llegó
el temblor a los partidos. A algunos los agarró en cuclillas, mirando el heroísmo
de los mexicanos, a otros los sorprendió mientras examinaban con microscopio el
tejido social que por sí mismo se regeneraba, e incluso hubo institutos
políticos a quienes el terremoto les alcanzó, muy a pesar de que estuviesen desorbitados,
en galaxias distantes, desde donde se entiende, observaban con sus potentes telescopios
a los habitantes de esta gran nación.
Aducían los señores que componen
la partidocracia, que el terremoto del pasado martes 19, era un suceso que
había ocurrido en un mundo diferente y mucho muy distante al de ellos, sin
embargo, estaban en un error. Y aunque trataron de camuflarse en la desgracia,
fueron exhibidos, y aunque dieron
carrera, fueron acorralados.
Llegaron tarde a la defensa del país,
se agacharon ante la tempestad, y como los avestruces, ante el temor,
enterraron la cabeza en la tierra. Pero no les bastó, viendo el reproche
generalizado, iniciaron cadenas de oración, mandaron despensas, y ni así
lograban frenar las críticas y el descrédito.
Fue cuando se empezó a pedir que
devolvieran las toneladas de dinero, que urgían los mexicanos, para reconstruir
el país. Y los partidos hicieron lo que mejor saben hacer, politizar el tema,
el dárselas de valiente, el argumentar posiciones absurdas, y tratar de quedar
perdidos y pasar inadvertidos en un debate que parecía interminable.
Hasta que empezó así la subasta,
sin aterrizar nada con seriedad, y con prontitud. Por parte del Frente Ciudadano
por México integrado por el PAN, PRD y
MC, se había hecho únicamente un “planteamiento serio y sin simulaciones” de lo
que se podía hacer respecto al dinero destinado al financiamiento de los partidos
políticos. Y propusieron una iniciativa de ley para este tema, inclusive para
poner un tope a los costos de campaña y un programa de austeridad, entre otras
propuestas.
Sin embargo, nada se concretaba,
y mientras en las redes sociales anunciaban cifras y propuestas. morena en la persona de Andrés Manuel, decía que
destinaría del presupuesto de campaña del 2018 el 20%, para luego decir que le propondría
al partido en una asamblea destinar el 50%, PAN no se quedó atrás y dijo el
50%, inclusive MC dio el monto más elevado y propuso el 100% de sus gastos de campaña.
Todo lo anterior, recursos del próximo año. Y el PRI no se quedaba atrás pues
el ofertaba el 25% pero… del recurso de este año y no solo eso sino que lo hacía
de manera inmediata.
Pero la cosa no terminó ahí, pues
el PRI se adelantó e hizo lo que los demás partidos no se atrevían, formalizar los anuncios y propuestas creemos quizá
como una manera de redimir su imagen, pero hoy el PRI puso el dedo en la llaga,
y ha encontrado en su decisión, una oportunidad, incluso, para que el sistema
político logre salir ileso. Pero habrá daños colaterales, cosa que nos tiene
sin cuidado a los ciudadanos, y que sí preocupa a muchos institutos políticos.
Formalmente y ante el INE el PRI renunció al 100% del
recurso público que recibirían este año, es decir; 258 millones de pesos de prerrogativas, y no
le bastó dar el ejemplo sino también reto a los partidos a hacer lo mismo, hoy,
ahora que se necesita, no el año entrante, ni el mes entrante, y siguiéndose de
largo les dijo que se podía hacer de manera legal, solo tienen que decir “renuncio”,
sin tanto rollo, y sin tantas vueltas.
Si todos los partidos se sumaran, a renunciar a dicho
recurso ( 992 millones 778 mil , 625) el
INE tiene la responsabilidad de enviarlo de nueva cuenta a la tesorería de la federación para que el
recurso esté disponible y se use para atender a los damnificados y todo lo que
ello conlleva.
Y no sólo eso, el dirigente del PRI Nacional, igual presentó
en la Cámara de Diputados la propuesta de reforma constitucional para eliminar
los recursos públicos destinados a los partidos políticos el próximo año y para
los que vienen. E incluso plantean la construcción de un “sistema de fiscalización para que el recurso sea transparente”.
Pero las cosas no terminarían
ahí. Además el PRI colocó la cereza en el pastel, al detallar que también se plantea la eliminación de diputados
federales, senadores y legisladores locales plurinominales, con lo que habría
un ahorro de 11 mil 600 millones de pesos. Es decir, solo llegarían los
elegidos en las urnas por el pueblo.
(Esperemos este ejemplo que da el
PRI Nacional, sea un exhortó a los diputados locales en Tabasco, para que
marquen la diferencia con sus compañeros legisladores, y que de su dieta de cincuenta
mil pesos donen a esta causa, más de lo que ya habían acordado).
Al que no debió caerle en gracia
la posición asumida por el Revolucionario Institucional, debió ser a Andrés
Manuel López Obrador, pues para que nos hacemos tontos, el paisa vive, entre
otras cosas, del recurso que se le da a su partido. Por eso el actual reto que
le puso enfrente el PRI de la mano de Ochoa Reza, escapa de sus principios
básicos de supervivencia. Ya que sabe, que si les quitan el capital económico y
aparte las pluris, sería un fuerte revés para su movimiento e igual para sus
aspiraciones.
Es decir, si llegasen a darse las
cosas como las plantea el PRI, a AMLO y a otros partidos, se le vendría para
abajo el movimiento, se le saldría de control las cosas, pues existiría una
implosión en los demás estados, y dañaría los amarres, y los intereses planteados
exprofeso para beneficiar a grupos específicos y corrientales de “empresarios”.
Es pues que el tiempo nos dirá,
si el PRI logró poner el cascabel al gato del trópico, con la acción que hoy
emprendieron, la cual, debemos admitir, es una obra maestra, es una pincelada,
que está a punto de echarse a dos pájaros de un tiro.
E Independientemente de los acuerdos,
ajustes o reajustes de los partidos, estos hoy más que nunca deben de concretar y mostrar más coherencia en el
decir y el hacer, más ahora que se les está exigiendo devuelvan lo que urge
para salvaguardar el país, del holocausto del terremoto y otros males. Aunque
no sé si voy bien o me regreso.