Pareciera que Felipe quisiera atrapar al Chapo antes que terminen las campañas
Lic. Román Jiménez García
Primero la detención de los altos mandos de la milicia,
quienes tenían supuesto nexo con el cartel de los Beltrán Leyva y los “Z”.
Y ahora
en esta lucha frontal del gobierno federal aparece la detención de Víctor
Emilio Cázares Salazar, uno de los principales terratenientes de los líderes
del cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El
Mayo Zambada García.
Yo no entiendo, de esto que denominan maldad, pero se puede
identificar que el gobierno federal busca dar el golpe de todo el sexenio de
Juelipe Calderón, y agarrar al narcotraficante más buscado y más protegido en
el País, es decir al Chapo Guzmán.
Qué beneficios le daría a José Fina Vazquez Mota (del PAN) y
que provocaría a la campaña de Enrique Peña Nieto (del PRI), este ultimo el mejor
ranqueando en las encuestas.
Tal parece en este momento, por lo menos de campaña, la ley
se endurece, pero algún motivo tendrá, están cayendo cabezas de altos mandos de
militares con nexos con el narcotráfico y por misterioso que parezca todo
pareciera indicar que lo que hoy ocurre es más político, pues la única forma en
que Felipe puede darle un empujoncito a Josefina es a través de la captura de
altos mandos del narcotráfico y con una supuesta “limpieza” al interior de las
filas militares.
Y aunque de cierta manera, saben y tienen localizado el "escondite del Chapo", lo difícil no es, quizá el dar la orden, sino el evitar que la información o la orden se filtre, pues tal parece la gente cercana a Guzmán son menos corrompibles que nuestras autoridades y poderes.
Pero leyendo minuciosamente el currículo de los militares inculpados podemos asegurar casi, casi, su inocencia. Aunque la tal Jeniffer (testigo protegido y operadora de los Beltrán Leyva) diga u orqueste lo contrario.
Y aunque de cierta manera, saben y tienen localizado el "escondite del Chapo", lo difícil no es, quizá el dar la orden, sino el evitar que la información o la orden se filtre, pues tal parece la gente cercana a Guzmán son menos corrompibles que nuestras autoridades y poderes.
Pero leyendo minuciosamente el currículo de los militares inculpados podemos asegurar casi, casi, su inocencia. Aunque la tal Jeniffer (testigo protegido y operadora de los Beltrán Leyva) diga u orqueste lo contrario.