Revalorando el periodismo




Como una serie de situaciones, aparentemente ha puesto al periodismo contra la pared, llegando en muchos casos a un callejón sin salida, entonces hay que avanzar sobre el muro ¿cómo escalarlo? 

Lo que la gente ve
Livia Díaz
Revalorando el periodismo

Como una serie de situaciones, aparentemente ha puesto al periodismo contra la pared, llegando en muchos casos a un callejón sin salida, entonces hay que avanzar sobre el muro ¿cómo escalarlo? 
Para Andrés A. Solís Álvarez, autor del Manual de Autoprotección para Periodistas, la respuesta es muy fácil, pero a un mundo de escribidores cotidianos de notas, no parece convencernos. Ejerce la autocrítica desde que pondera que hay causas defendibles y otras, no tanto.
Cuando lo conocí en el 2004, todavía los periodistas no éramos noticia. Nisiquiera la causa de una noticia, nunca una de primera plana. Tampoco éramos muchas cosas que siguen siendo iguales. Los medios no llenaban sus planas de asuntos relativos al periodismo, muchas cosas no se cuestionaban, las notas tenían su esquema, las cosas en las redacciones también, y prácticamente todo en las relaciones entre el poder y la prensa se parecía a la época en la que fue reportero de El Constitucionalista, mi bisabuelo Jo Díaz.
Con esto enfatizo que mucho ha cambiado, el autor del primer manual de respuestas para reporteros, yo, y ellos, los periodistas y los medios. Aquí vinimos a enterarnos, apenas entró el milenio, de cosas que pasan en las redacciones, tan sorprendentes como notas inventadas en los escritorios de los literatos más prestigiados del mundo, que a unos les pagan con vales de despensa, cuando a otros ni eso les dan, y que muchos tienen que andar recibiendo propinas para hacer su gasto como si fueran meseros, aunque este reportero nos dice, siempre hay otras opciones, no te justifiques, y ‘¿neta, todo tiene que ser así?’.
Al tornarse la cosa más candente, muchas redacciones tuvieron que irle entrando a las noticias sobre periodistas, los reporteros y sus asuntos se volvieron fuente de información. Lo que movió consciencias y sorprendentemente es un tema que a mucha gente le interesa. 
En una época en la que se desmitificó al periodista, al ‘gran periodista’ que se volvió humano y cayó del pedestal, su poder fue trastocado y a muchos hasta les han escupido en las calles, como una forma de manifestar repudio y molestia guardada por muchos años, y que como dice Solís Álvarez, tiene mucho que ver con las relaciones con el poder, del poder o desde el poder. Este reservorio, que duró tantos años en aflorar, una consecuencia lógica del endurecimiento de la sociedad civil, por un endurecimiento también del gobierno y del carácter de la gente por el autoritarismo. 

PORQUE NO TOLERAN LA CRÍTICA
Hoy existen muchos medidos dedicados exclusivamente al periodismo. Algunos son de asociaciones civiles, organizaciones no gubernamentales, uniones o federaciones de periodistas.
En uno de estos, el Centro de Periodismo y Ética Pública (CEPET), se vivió una experiencia respecto a emplear las redes para hacer que se visibilizara el clima de los medios hace seis años. De aquello recuerda que se intentaba que se comunicaran unos reporteros con otros, además de emitir alertas y estar al pendiente de los casos de agresiones. 
Andrés liga que esta etapa precede la desaparición de Alfredo Jiménez Mota en Sonora, cuando varios intentaron hacer cosas, como reuniones, manifestaciones, digamos que los reporteros intentaron hacer presión social, al estilo de las organizaciones civiles para defender los derechos de los comunicadores. 
Lo significante de esto es que se ha hecho y por muchos, muchas veces.
Lo triste es que muchas veces no se paran en esos actos, ni las mamás de ellos o ellas.
Esto va muy rápido, no ha pasado una década, y día con día todo en torno a aquello ha cambiado mucho, México ha cambiado y los mexicanos ya optaron por ‘el quinto poder’, lo que muchos ponderan, manifestando un aparente hartazgo, del que pende el futuro de las empresas periodísticas. Lo curioso es que su poder es estar, retransmitiendo con el ipod o el blackberry, noticias de los portales informativos, sin avanzar mucho más en la construcción de los medios, porque la técnica sigue en las manos de los expertos.

EJERCE SU PODER COMO MEDIADOR
Al final de la historia, lo que debió ser al principio, surgió un movimiento juvenil que como una válvula demanda la democratización de los medios. Algo así como la utopía, si es que las empresas van a ir dejando de serlo, perdiendo la oportunidad de amasar fortunas y monopolizando los servicios para los que han invertido investigación y líneas de calidad. Por otro, la exigencia de democracia, que esa es general, tocante a las políticas públicas, al periodismo, al modo de hacer las cosas de los empresarios y un poco más.
Según Solís Álvarez, este es un grupo juvenil muy valioso, es importante y es de alguna manera la punta del iceberg de lo que nos espera cuando los medios sean cada vez más sinceros y sensatos. 
Por ejemplo, diciendo, ‘este material es pagado’, ‘es un publirreportaje’, o ‘es un boletín de prensa’, y no estarlo metiendo entre los cortes como algo auténtico, investigado o usarse para publicitar a cierto personaje, o añadirle cualidades que no tiene. Porque parece que esto es lo que hartó a la sociedad mexicana según opina este egresado de la UAM. 
Si el futuro promete como esos jóvenes, claridad, o un cambio, va a prevalecer la responsabilidad en cada periodista y sus medios, como el esfuerzo por la precisión, la honestidad, el respeto a la vida privada, el respeto de los derechos de las personas, la veracidad, y para ello quizá necesite también la objetividad.
Cito esto porque al hablar de estos valores que debieran prevalecer en el periodismo, mi entrevistado citó a los jóvenes de un movimiento civil de México que se llama 132, y que quieren ‘democratizar a los medios’ aunque en opinión del mismo, ellos todavía no saben bien lo que eso significa.
Lo que seguramente todos lo vamos a saber en breve. 
Es posible que el futuro sea próspero en ese sentido y que se gane más para el periodismo en esta crisis, de lo que se ha perdido. 
Con este optimismo del reportero sigue hablando y yo analizo. Pues ya vamos viendo como se abre brecha entre una y otra cosa, aunque a veces es difícil discernir, pero hasta a la Cenicienta le costó toda una noche separar las lentejas del arroz.

AUMENTÓ LA VIOLENCIA
El periodismo está en crisis. La violencia local y mundial, está en boca de todos, son muchos quienes están perseguidos, violentados en sus derechos humanos o laborales, han sido desaparecidos contra su voluntad, han migrado y han sido muertos y muertas en las calles del país y del planeta en estos años.
Nuestros sentimientos y los de la gente que nos rodea, tienen más en común de lo que parece. 
En estos años aprendimos a convivir, y nos hemos dado cuenta de que antes, tampoco eso había entre reporteros y entre medios.
Cuando te adentras en lo que haces y hacen los demás, ves porqué te sientes traicionado cuando apoyas a un compañero que al punto, te da la espalda y sigue adelante con sus asuntos y su vida, dejándote en la memoria muchos pendientes. Este gran mal de los trabajadores de los medios, está en todo. La vorágine que causa la velocidad a la que se va a trabajar y a seguir viviendo y plasmando la anécdota de este siglo, se lleva todo, como una ola.
Tan solo intentar reunirlos, es una hazaña. 


Andando cercas de este experto en temas de seguridad y otros que, como él realizan consultorías, te vas a ir dando cuenta de que tiene mucha razón Gerardo Albarrán al decir que no debes saberlo todo, pero que lo que sepas, debes saberlo bien.
Cómo puedes hablar científicamente de algo que aprendiste con empirismo, si nunca puliste la técnica, si es más fácil vender política que cultura y leer policíaca que sociedad. Visto así es fácil entender quién va a caer más fácilmente en las manos de la delincuencia, y porqué ya son menos importantes los medios. 
La gente que ve las noticias, no sabe ni le importa si denostaron a un reportero o a otro, aunque tenga mucho talento el periodista o grupo de periodistas de un medio, está ante una sociedad crítica, que ya no se come el cuento de que la Cenicienta se fue en una calabaza tirada por ratones.
-“Son décadas de corrupción, cochupos, y mentiras” - Dijo Solís Álvarez.
-¿Quizá hay medios que quisieron manipular al gobierno? – se le preguntó. Respondió ambas cosas, así que esto es bidireccional. -“Estamos en una lucha ideológica. El crimen organizado no es el peor enemigo de los periodistas. Son los que no toleran la crítica.” - O sea que hay cosas incómodas, que al darse a conocer afectan intereses. “Además es un problema si le publicas a uno y se enoja el otro”, así que digamos que en “automático”, te puedes volver en contra del que antes fue tu amigo. La época es quizá de ‘estás conmigo o estás contra mí.’ Quizá por ello agregó el entrevistado que, para el 132, su enemigo a vencer es el autoritarismo. Hay que agregar que este panorama mostró que el clima que prevalece afecta a la sociedad entera.
-¿Cómo es que se dio cuenta de que los periodistas necesitaban quién se hiciera cargo de ellos? 
-Pues en lo personal, para ese entonces (2004), ya había recibido amenazas, intimidaciones, inclusive el vivir un despido por tocar en una nota un tema con el que el editor no estuvo de acuerdo.
Empezamos a hacer algo cuando desaparece Adolfo Jiménez Mota, nos juntamos varios, con la idea de hacer una movilización. Resultó que se hizo una pequeña movilización y cartas, escribiéndole al gobierno que haga su chamba. Allí comenzó un registro de seguimiento, hasta que, en 2008, me invita CEPET para reunir información, pensamos en tener corresponsales que pudieran dar seguimiento a los casos, un sistema de alerta temprana, entre otras cosas. Nos dimos cuenta de que la visibilidad no era suficiente para proteger a todos los periodistas. Luego, se ve que todos dicen ‘hay que hacer algo’ y al final del día, nadie hace nada. Lo que conduce a pensar en hacer un protocolo de seguridad para los periodistas.
¿Tiene en su momento algo similar otro lugar del mundo?
-Encontré algo en Colombia. Experiencias un poco parecidas. Varios medios se juntaron para hacer un manual de seguridad. Poco a poco se llegó a plantear, como mínimo, qué es lo que un periodista debe hacer antes de salir. Así me voy dando cuenta de otras cosas. Por ejemplo cuando viajé a Chile y a Argentina, en donde conocí de un esfuerzo similar en una época en la que el endurecimiento del gobierno causó bajas, por secuestros y asesinatos de periodistas que dieron a conocer esto al público. De allí, llegar a Centroamérica, en donde no se había hablado de los temas de seguridad para el periodismo. No tenían idea, los protocolos para la gente que trabajaba en los medios fueron apareciendo y fueron sumándose. En Nicaragua, por ejemplo, hay otra experiencia en los 80’s, cuando Radio Sandino apareció y tuvo triunfo la revolución. 
-¿Podría repetirse como en el momento en el que hizo algo así la APPO? ¿Hay también un desprecio social a los medios, que la gente los toma?
-La APPO tuvo un error, tomó las 4 radios indígenas comunitarias, a las que no tenían que llegar a decirles cómo comunicarse.
Ese desprecio se ve cuando hay un atentado contra un periodista y nadie dice nada.
-¿Porqué?
-“Por cochupos, chayo, intereses. Por eso es que hay que ir a la venta de publicidad diciendo que lo es. -Pero es cuando se bifurca el tema. La presión para que publiques lo que quieren, en opinión de Solís Álvarez- Es lo que hace que los movimientos sociales sean los peores enemigos de los periodistas. -Como no obtienen de los medios lo que desean- somos los enemigos a vencer. Así que se vale golpear periodistas.” Además “si uno actúa mansamente te dicen ‘estás con ellos’ si no ‘estás contra mí.’ -Para el entrevistado todo esto atenta contra la libertad de expresión. –lo han hecho los de sindicatos mineros, el EZLN, entre otros.

EL CAMINO HACIA LA DEMOCRACIA
Pero entonces al periodista se le pide que emprenda una especie de apostolado, muchos lo han hecho, contra otros que, la verdad, son indefendibles cuando señalan agresiones o solicitan protección, pues sus actos son reprobados por la sociedad.
¿En qué se va a reflejar un avance en la comunicación? ¿Cómo prescindir en los medios de lo que vende? Si todos alrededor hacen lo mismo, estar en intimidad para conseguir cargos, puestos, contratos. ¿Qué se debe hacer? ¿Qué es lo correcto?
Para el entrevistado todas estas preguntas y comentarios tuvieron una sola respuesta, y es que hay que recuperar la confianza de los lectores. 
Por lo que respondió, pienso que las cosas van más o menos así, para pronto, diciendo qué es pagado y que no. Dejar de encubrirse como si fuera algo malo, cuando el servicio que se presta es del todo honrado. Dejar de escudarse en los de poder para empalagar al público con las virtudes creadas a razón de unos pesos o unos beneficios; dejarse de echar al mundo encima con esas prácticas. Abandonar la idea de ser paparazis y, con ingenio, encontrar algo que cautive a su audiencia, sin hacer que su fuente desaparezca bajo un puente.
“¿Y yo porqué? –diría más de uno. -Pues para eso se metió a periodista ¿o no?” – le responderán más de tres. - Todos tenemos derecho a ganarnos la vida” – es la voz, o el silencio general. Dado el caso. 

HAY QUE INCLINAR LA BALANZA
Es que, posiblemente, siendo mayoría los que hagan buen periodismo, México será más democrático. Al menos, es lo que, gente como Andrés A. Solís Álvarez ve.

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