JACINTA YA NO MÁS EN EL PRI... SNIF.



Lic. Román Jiménez





Acepté lo de Manuel Gonino, con resignación, como macho que digo y sostengo que soy. Es más a la prueba me remito. Pero cuando me informaron lo de Jacinta hasta mis ojitos se llenaron de rencor, y una lágrima resbalose por mi mejillose, para refugiarse sutilmente en mis labios y de un lengüetazo probé el dolor de mi alma. Y no aguanté más, lloré a mares, como niño, y con tal melancolía escribo está sencilla nota que a lo mejor nadie leerá, y que hago a manera de desahogo.


¡Jacinta! ¡Jacinta! ¡Jacinta como me dueles Jacintaaaaa! Puedo decir que has sido, serás y volverás a ser. Mujer que no conoces fatiga. Mujer de mil revoluciones. Que debió hacer justicia la justicia y de pasada cambiar por lealtad las siglas al PRI por JRI (Jacinta Revolucionaria Institucional). Mujer que debió tener por unanimidad un puesto de elección para este fatídico, tedioso, utópico, lúgubre y ya desprestigiado 2015.

Nunca lo imaginé, ni lo imaginábamos, sabíamos que tu hija y tú eran diferentes, una del PRD y tú infinitamente, religiosamente, fanáticamente priista de hueso colorado. 


Pero hoy, a pesar del hueco que dejas en el Revolucionario Intestinal, yo, este pobre escribidor de frases vanas, te comprendo, te entiendo, y es más hasta ganas me dan irme contigo… Snif. Sin embargo como buen cronista debo quedarme a narrar este fatídico episodio que viene en este partido de marras.


Hasta parece que fue ayer que fui sin pensarlo dos veces a entrevistarte, y tú siempre tú, con tu experiencia y buen tacto, defendiendo los colores que hoy parecen curtidos, pálidos del PRI de tu PRI, hablabas con esperanza, y yo me atrevía a postularte, sin preguntarte, a quemarropa, a cómo nacen las inspiraciones: sin tanto pensarlo,  a una diputación local, pues el trabajo que hiciste en el revolucionario institucional te daba para eso y para más.

Si señores, cuando el PRI estaba jodido, ellaaaaa, ellaaaaaa, la luchadora, la líder Jacinta Tejeda daba la cara por todos, por todos, sinvergüenzas, nadie me lo ha de negar, por todos, vende patrias, por todos los infames, cínicos, chambones, lagartos, inútiles, ratas de dos patas, culebras ponzoñosas, por todos. Por todos.


Regalaba pollitos, daba cemento, grava, arena, a bajo precio, y a veces como la veían como que frisaba los 99 años, ni le pagaban el producto, pues quizá pensaban que expiraría pronto o que se le olvidaría con los años o que a lo mejor se lo regalaban, cuando todo era en base a su esfuerzo, a su capacidad gestora, a su virtud de mujer, administradora, cuidadora, toda una líder.


Pero eso, decimos, y los priistas lo saben, y los no priistas también, Jacinta, DOÑA JACINTA sacó la chamba en el PRI, así que su partida nadie, absolutamente nadie, ni en pensamiento, ni en palabra, ni en obra, ni en omisión, la puede criticar. Pues le cumplió al PRI, aunque el PRI, ese PRI de Erubiel Alonso, ese PRI decadente, mediocre y vendido de Alexander Córdova y compañía no le reconoció en absoluto su valor, su liderazgo, su esfuerzo.


 “Nadie es culpable, fue su decisión” menciona uno que otro pelmazo que apenas se viene estrenando en el PRI, e inclusive los culpables hacen silencio, como soslayando el acontecimiento. Pero ni porque se agachen, ni porque se escondan, hasta el más incrédulo los señala. Los culpables de que DOÑA JACINTA se haya ido del PRI, están en Comalcalco, uno se llama Alejandro Medina Custodio, el otro Alexander Córdova Morales, en mala hora, dirigente del PRI  en la Perla de la Chontalpa.


Ambos han llevado al PRI al desfiladero, con sus locas posiciones, con sus enfermas actitudes, con sus ganas de querer hacer valer su ley.


 ¿Y a todo esto a dónde se fue DOÑA JACINTA? Se ha de preguntar mi estimado lector, y lectora, pues nada menos que al PRD, ayer apenas fue presentada con bombos y platillos, a la estructura de mi prima Neydita Beatriz García, la cual fue recibida como lo merece como una estadista, como una señorona, y dicen a mi no me lo crean porque no me gusta el chisme se llevó a quienes andan con ella tratando de hacer algo en el PRI.


Lo que argumentó más o menos Jacinta Tejeda, al momento de hablar con la estructura del PRD, fue que ella, dejó el PRI porque fue traicionada, porque fue ofendida, por el mostrito Alejandro Medina, quien le prometió una regiduría, y que al final salió con otra cosa, que este señor se burló de ella y que le prometió hasta un sueldo, y que hasta le dijo que dejara eso de andar cuidando pollitos, que él la iba a dar lo que se merecía, y más bien le dio un escarmiento, que casi, casi, hacen caer en desgracia a mi tía Jacinta…

Más sin embargo este su servidor en algo está tranquilo, pues a nivel campesino se lo advertí a mi tía Doña Jacinta, tenga cuidado con ese Medina, es un arma de doble filo, trae la infamia como política, y el tiempo parece en este momento dio la razón. 



Doña Jacinta es una mujer sensible, que fue utilizada, que abusaron de su nobleza quienes quisieron ganar gracia con su figura, quienes quisieron ganar adeptos con sombrero ajeno, y esos hoy se ven como lo que son, simples parias, buscadores de tesoros, gente sin oficio, y lo que nos da gusto, es que salió de esas garras, y sabemos que por lo menos en esta nueva etapa le va a ir mucho que mejor.


Ojalá Erubiel Alonso haga algo, ya aquí en el PRI de Comalcalco se perdió el control, insistimos hay una desbandada, el éxodo que pocos se atreven a ver, y urge o que saquen a Alexander Córdova, o en su caso que manden de una vez a capar a Medina (es decir que le quiten a Alexander de la dirigencia -es una metáfora, me metaforara ella-), pues ya aquí debido a la falta de oficio, a la estupidez, al agandalle todo se está yendo a la tiznada. 

Ahora me gustaría saber, mañana que viene mi compadre Cesar Camacho, con qué cara va a ir el representante del PRI de la Perla de la Chontalpa, con qué cara va a ir Medina, con qué cara afrontaras lo que ocurre en Tabasco Erubiel, ¿cómo? Si el Revolucionario Institucional está siendo destruido por una bola de traidores, desleales y víboras prietas que quieren imponer sus condiciones, antes de acatarse a la democracia, a los estatutos y al mandato de la militancia. Urge pues recobrar al PRI, urge poner mano dura y dejar de hacer pendejadas. Pero no sé si voy bien o me regreso.

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