La otra perspectiva de la unidad en el PRI


Lic. Román Jiménez García

Empezando por que ya tiene el PRI en estos momentos candidato a la gubernatura y porque a su vez ya están empezando a salir otros, y siguiendo con especial atención el proceder de quienes declinaron e institucionalizaron su lucha, cabe decir, que el ríspido ejercicio de la unidad sigue siendo un pretexto y un albazo (a la buena voluntad de los esperanzados priístas) y una pócima que se ejerce bajo el apego irrestricto a una negociación bien llevada, aunque existan en algunos casos golpes demoledores hacia la misma democracia interna del partido.

¿Por qué? Bueno en esencia, porque debido a las negociaciones se antepone el compromiso democrático y se atropella con total autoritarismo el derecho que otros políticos, o aspirantes, tienen para jugar por un puesto de elección, y solo por citar un caso, se puede poner como ejemplo la alcaldía de Centro, las diputaciones locales que se repartieron a manera de simples premios de consolación a quienes no pudieron alcanzar tan jugosa candidatura al gobierno del estado de Tabasco.

Pero este tema, todavía da para más, pues la unidad que hoy el PRI está encaminado a llevar, parece ser, es un pretexto muy noble, en un partido muy “pillo”, por decirle de alguna manera.

Es pues que la unidad en el PRI se asemeja en estos momentos, a un costalito lleno de serpientes venenosas, en donde unas a otras se frotan, se soban, y hasta pululan, pero no se  muerden, quizá sin querer queriendo se “rasparán” con algún colmillito descuidado, pero se entiende pues la misma inercia de sus movimientos pueden provocar heridas leves...jejeje, da hasta miedo la analogía, pero creo es la que más se apega a estos días de unificaciones y abrazos de amistad y compromiso, a esa realidad que quieren ver a manera de soslayo y subjetivamente en el partido.

De tal manera, el ejercicio de unidad que hoy es el ejemplo en todo el estado, es un mero sometimiento a favor del triunfo, sin embargo, a través de los años este suceso, ha sido tomado para bien del partido sin embargo en la mayoría de los casos se deja a la deriva los sentimientos de los simpatizantes, quienes quedan enfurecidos y en obvia resistencia para sumarse al candidato ganador.

De esta forma el proceso de sentar bases firmes en torno de un candidato se hace más difícil, y se corren riesgos y se devalúa al partido y la imagen del político. Así pues las altas esferas, los grandes próceres de la política, logran construir su unidad, y su escenario, mientras debajo de sus rodillas, la militancia y sus simpatizantes sigue y a cómo pueden construyendo una unidad muy distante a la que el Partido pregona.

Hoy, solo por poner un ejemplo, Jesús Alí vive una realidad abrumadora, pues muy a pesar de que los grandes estadistas de Tabasco se unieran a su proyecto, existe una resistencia por parte de la misma gente de la militancia. Pero en este caso Chucho Alí, debe ser más consciente con lo que se busca y tratar de incluir al mismo PRI que quizá ayer en su mayoría no lo veían como la figura que representara los intereses del partido, pero que hoy ya tiene candidato y ese es él.

Pero lo que tiene que comprender es que lo que se vivió ya es historia, hoy tiene que incluir, hasta esa parte crítica y rebelde del partido, esa parte que no se la jugó con él, pero que son priístas, si es que quiere vencer en los próximos comicios electorales.

No están haciendo las cosas como deben. Tanto la gente y el mismo Chucho Alí, debieran de ser hoy todavía un poco más humildes, deben de tomar en cuenta a los demás sectores, y deben de hacerlo ya, pues solo el movimiento de Evaristo, que no representa una garantía de triunfo, pero un simple movimiento de él, deja ver que el PRI no está en un 100 por ciento con el candidato virtual. Ya es tiempo Jesus Alí tome las riendas, y calme a su gente que sigue cerrada, defendiendo su porvenir, cuando no se ha ganado nada todavía, cuando se tiene enfrente a un PRD bastante engrandecido. Y en medio de una crisis y deterioro del partido.

Hoy es tiempo de sacudirse las telarañas del ego, y enfrentar y convencer, convencer a la militancia, que hoy Chucho Alí representa el triunfo, la unidad, y la inclusión, sino se quedarán solos y sin poder 6 años.

De tal manera la unidad que se percibe al interior del PRI es la unidad de quienes no son tomados en cuenta, de quienes no están convencidos, de quienes siguen con el malestar de la “elección interna”, de aquellos que se sienten desplazados, de los jodidos, de los talacheros, de los que nunca voltean a ver, de los sectores que se sienten olvidados, etcétera, y si no existe el talento por parte del equipo de Chucho y del propio Chucho para sobrellevar esto, la derrota será ocasionada por la misma militancia, y no tanto por otros factores. Pero no sé, si voy o me regreso.

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