EL NIÑO PRESIDENTE, retrato íntimo...
Soy José Guadalupe Peralta Romero, nací en el seno de una católica familia. Soy hijo de José Gpe. Peralta Valenzuela y Juana Ma. Romero Oteo. Descendiente de un migrante canario español que se avecindó en la Chontalpa en la década de 1860 de nombre Ramón Peralta Ocampo. Pase mi niñez al lado de mis padres y tres hermanas, en el Centro Histórico de la ciudad en donde crecí; pues el que esto escribe vio el mundo por primera vez en una hermosa maternidad colonial, una verdadera Joya Arquitectónica de nombre Haro y Tamariz en la ciudad de Puebla Puebla un 4 de octubre de 1972. Paralelamente igual que la niñez de Luis Barragan Morfin, solía pasar mis vacaciones y prolongadas estancias en una fracción de la hacienda la Candelaria, ubicada en el centro del límite de Comalcalco con Cunduacan Tabasco. También en los ranchos Xochimilco, la ilusión y el Palmar, ubicados el primero en Cunduacan tab. y el segundo en Candelaria Campeche y el tercero en la Heroica ciudad de Cárdenas Tabasco, "Baluarte de la Revolución."En cada predio hay anécdotas, historias, recuerdos y paisajes imborrables que desde niño mire y seguiré mirando en mi imaginación...
La experiencia infantil de esas estancias en el campo, en el entorno rural mexicano, en la naturaleza humedad donde estaba la hacienda familiar, dejaría en mí una profunda huella que se reflejaría en mi gusto por la creación artística y daría como resultado la "definición de estudiar Arquitectura". Estudie en la Escuela de Arquitectura de Xalapa Veracruz, donde conocí y entable una profunda y perdurable amistad con todos los catedráticos y en especial con el catedrático urbanista Arq. Julio Sánchez Juárez. Mi interés por la arquitectura, nació también desde la primaria, cuando me relacione con otra de la Bellas Artes, "la Pintura."
También coqueteo con la política, pues desde niño acaricie el sueño de ser presidente de mi pueblo, ya que enfrente de mi hogar se encontraba el Palacio Municipal. Crecí viendo llegar a todos los Presidentes Municipales en los momentos de juegos con mis vecinos. Tuve vecinos mayores de edad que fueron presidentes municipales de la ciudad de Cárdenas (1944-1946) y Comalcalco (1942), ese hombre al que me refiero fue don Andrés Hernández Casanova, quien amparado por el poder político Federal que dejo después de fallecido el doctor “Rosado,” logro ser presidente municipal de los dos municipios de Tabasco que antes mencione. -El poder político de mi tatarabuelo el doctor Rosado se debía a que pertenecía al cuerpo medico del ejercito Republicano que en 1867 comandaba en Tabasco el coronel Gregorio Méndez Magaña, y a nivel nacional el Lic. Benito Juárez Garcia, cuando los imperialistas atacaron a nuestro país para invadirlo, a cargo del Archiduque Maximiliano de Habsburgo, de hecho el mismo externaba que gran parte de los bienes que poseía, se debían a obsequios del Gobierno Federal por sus descubrimientos científicos-. La esposa de mi tío Andrés era familia de nosotros por los Rosado, ella se llamaba Delia Gil Rosado, era nieta del doctor botánico, científico y escritor Desiderio German Rosado Carbajal y prima hermana de mi abuelo Salvador Peralta Rosado. Mis tíos Andrés y Delia me estimaban mucho, ellos siempre me decían que les dijera tíos, los dos viajaban mucho al extranjero, en una ocasión me trajeron una granjita en miniatura, el cual contaba con un corral, vacas, caballos, borregos, gallinas, patos, gansos y la casita a dos aguas con representación de la teja de barro. Ellos me decían el tractorista porque andaba por las banquetas con un tractor que me trajeron en una ocasión los reyes magos. Ellos ya tenían más de ochenta años cuando yo los conocí. Recuerdo que don Andrés siempre que iba a comer le pasaban una botella de alcohol para que se desinfectara las manos. Ya le temblaba mucho las manos y la boca, pero razonaba y hablaba muy bien todavía. En su casa siempre había mucho movimiento por la tienda contigua que tenían y en donde vendían muchas cosas para el hogar. En aquel tiempo las casas se mantenían con las puertas abiertas, uno podía entrar hasta el baño si uno quería y nadie te podía detener. Yo en la casa de mis tíos entraba frecuentemente a visitarlos. Mi tía Delia siempre la encontraba recargada sobre la vitrina escuchando su telenovela por la radio, o los encontraba en los escritorios de la tienda atendiendo a sus clientes. Otros de los vecinos eran los Copeland. Recuerdo que el señor Copeland siempre que pasaba por su casa, me asustaba como un moustro, pues aparentemente estaba durmiendo pero fingía estarlo. El siempre se encontraba sentado en un sillón de madera a lado de la puerta de entrada a su casa. Doña María Gurdiel Pulido que era su esposa, ella fue la primera embajadora del municipio de comalcalco. Hermosos los otros tiempos como decían los abuelos. Aquellos años de los setenta quien no podría recordar las series televisivas de viaje a las estrellas ó star trek al mando del almirante Kirk ó los Dukes de hazzard, la Isla de la Fantasía, viaje al fondo del Mar a cargo del almirante Nelson y el capitán Lee, patrulla Motorizada ambientada en los Ángeles California, todos emitidos por el canal 5.