El papel de los medios en días de elecciones

Román Jiménez García

Ahora que existe en el estado una disponibilidad a la publicidad política, y ante lo vertiginoso de las elecciones internas en los partidos políticos, es bueno saber qué papel jugamos en verdad, y cómo reaccionamos ante las lecturas y reacomodos en la política tabasqueña.
En primer lugar tenemos que centralizar nuestro comentario en lo redituable que ha sido para los potentados empresarios del cuarto poder, o joder, el descarrilamiento de los sentimientos partidistas, y sus inminentes polarizaciones.
Sin embargo, donde han encontrado eco las congojas y disgustos de los militantes de los partidos, bueno, obviamente en los medios estatales no, o no en su plenitud, más bien ha sido en medios menos ostentosos o hechos especialmente para el fin de dañar o desprestigiar, o defender e informar con cierta tendencia. 
Entonces el impacto, la información, llega con una mayor fuerza y con mayor certeza a las personas, o al grupo que se quiere llegar si la noticia va por un medio diferente a los acostumbrados. Es decir el papel que los medios “pequeños” tienen sobre ciertos sectores es más dinámico y coherente, no solo porque el medio impreso se regala, sino por su inmediatez y por su misma concepción polémica y muchas veces amarillista.
Que no quiere decir que sea mejor, sino más bien que hoy día la gente, los lectores, consumen la noticia diferente, quizá la que se apegue más a la realidad que se vive en el estado, y no la que se redactan desde oficinas gubernamentales, o políticas, o etcétera. Es una tendencia natural, pero es también un error, no saber explotar esta natural tendencia.
De tal manera, la penetración de medios diferentes, o más dados a la crítica y a la polémica siguen teniendo una buena aceptación, no sólo por la misma gente, sino también por el mismo “animal” político, quienes hoy día realizan desde estas trincheras sus confrontaciones, y que muchas veces, no puedo dejar pasar, también se pierde la consciencia y el objetivo de la política y del medio, y se sumergen los intereses a una guerra sucia y sin cuartel. Por lo mismo, el medio y sus administradores, deben saber hasta dónde deberán de llegar.
Pero esta tendencia por si sola abre un abanico de posibilidades informativas enormes, pues el hermetismo oficialista, boletinero y cuadrado de los medios estatales, son limitantes y censuran la praxis del periodista, por muy escandalosa que sea la realidad. 
Y es justamente el momento, para que todos esos estudiantes y practicantes de este hermoso oficio, puedan sumergirse en los profundos mantos de la profesión. Y también es el momento en donde los umbrales del desarrollo son mucho más visibles y alcanzables.
¿Por qué? Porque existe una disposición de la gente de nuestra colonia, ranchería, poblado, municipio o estado a la información, pero a la información crítica, diferente, y sustentada. Cosas que pocos medios están llevando a cabo, pues están demasiados ocupados en no perder dinero. Esclavizándose aún más a intereses que el mismo medio provoca.
Para citar un ejemplo, tenemos, solo en las internas del PRI, que todos los medios estatales, tuvieron que ceder y abrir sus micrófonos, sus planas y cámaras, a la pluralidad, pues aunque beneficiaban al aspirante de la “salud”, se vieron mermados, al saber que las cosas no iban hacia ese lado. Y comentarios de opinión e información tuvieron que ser replanteadas buscando no herir susceptibilidades que a la larga les costara económicamente.
De tal manera, viendo que las cosas en el PRI iban para largo, decidieron abrirse a la candidatura de Arturo Núñez, esto, por los fuertes rumores, que decían o dicen que el PRI perdería en el 2012 la gubernatura. Entonces los medios del estado empezaron de un día a otro a ser plurales y a aceptar todas las voces, de todas las corrientes.
Ya lo que sigue es del manejo público, gana Chucho Alí, y aunque no todos estuvieron de acuerdos, los medios volvieron a su aparente normalidad, aunque todavía insisten, de manera de soslayo, como sin querer queriendo, darle el espacio a Núñez, quién para ellos será el próximo gobernador.
Es decir, en todo este recuento de los daños, a los medios los hicieron, igual que a los militantes de un lado a otro, como grandes títeres de grandes titiriteros. Por si fuera poco, todos los medios narraban lo mismo, pues solo competían por ver quién publicaba mejor el boletín del día. A lo último como acostumbran quedaban los lectores. Quizá quien realizó un trabajo diferente fue el Tabasco Hoy y Telerreportaje. No lo puedo negar.
Y cuidando tanto el dinero y su lugar de la fila, no pudieron con el paquete de informar y los ciudadanos, como que se quedaron con ganas de algo más, de algo diferente.
Es aquí en donde el papel del periodista, del comunicador, tiene que centrarse, echar raíces, y tratar de hacer de la profesión algo más que una comparsa, o por lo menos trillar esos caminos tan hermosos que el miedo no nos permite andar.
Es momento de encaminarnos hacia lo que nos pide esta nueva generación de lectores y nuevos lectores, obviamente bajo criterios transparentes, sin demeritar y sin falsas utopías, pues no se debe olvidar que también los medios informativos, noticiosos, son una empresa, pero se tiene que hacer una empresa eminentemente responsable.
Hay que desmitificar nuestro trabajo, pero a su vez se tiene que tener la valentía de ser autónomos, independientes y asumir la responsabilidad que esto requiere, en cuanto al sacrificio y también en cuanto a la disponibilidad y paciencia con nuestros colegas, quienes son nuestros socios, nuestros aliados, y no nuestra competencia, mucho menos en la circunstancia en que se encuentra nuestra profesión.

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