NO AL FANATISMO

La lección la hemos visto a través de la historia, de los años, que cuando se acercan tiempos elección muchas veces el fanatismo se desborda, a tales grados hemos llegado, que familias enteras se han dividido por que profesan ser de partidos diferentes.
Es detestable y bochornoso ver que en Tabasco la política nos siga dividiendo, que nos sigan utilizando, que a la gente humilde la sigan agarrando como carne de cañón para los enfrentamientos que ya ni ideológicos son, sino más bien tienen un tinte diferente, pues los intereses sobre salen entre la supuesta buena voluntad de los candidatos.

Siendo más que obvio que los mismos de siempre y desde siempre quedan excluidos, de la gracia divina de poder terrenal, quedando fuera con mucha regularidad esa bola de lambiscones que creemos y creímos en la buena fe de estos casi santos que se hacen llamar candidatos.

Por eso amable lector, lectora. Dejemos de ser comparsa de individuos siniestros, que además ni conocemos bien, dejemos de defender lo indefendible, lo absurdo, la tropelía, al pillo, y por el bien de nosotros mismos, de nuestra familia, de nuestra localidad, de nuestro entorno, hagamos las cosas como deben hacerse, y dejemos de vender nuestras almas y consciencias a individuos que el día de mañana se sentarán y convivirán con aquellos que en tiempo atrás supuestamente eran sus grandes enemigos.

Es decir, dejemos de heredar los enemigos políticos de los políticos, dejemos de heredar pleitos personales, y de partido, dejemos de defender a canijos candidatos que al llegar estarán salvos, protegidos por el dinero y por las mismas leyes que hoy nos oprimen.

Veamos nuestro alrededor, nuestro hogar, nuestras circunstancias, y abramos los ojos. Ejemplos sobran, de este absurdo el cual seguimos alimentando con nuestra carestía e igual por nuestra falta de respeto a nosotros mismos.

No perdamos nuestras convicciones por privilegiar a nuestros explotadores que nos palmean la espalda, que nos saludan afables, que nos llaman por nuestro nombre, que nos dan un mendrugo y que sudan y caminan las calles en tiempo de campaña, no nos confundamos señoras y señores, no nos confundamos, no son nuestro aliados, no son nuestros amigos. Son un producto vendiendo un sueño, son políticos acostumbrados a mezclarse con el pueblo cuando necesitan llegar al poder, al poder que los elevará hasta tocar el cielo.

Mientras en casa, en nuestro barrio, en nuestra familia, nosotros estaremos muriéndonos de hambre y además peleando por cuestiones tan absurdas como las de unos colores, enemistados con el vecino porque es de otro partido, endiablado con los detractores del candidato, al cual no volveremos a ver quizá hasta dentro de 3 años.

Y esto no implica que nos alejemos de la política, nada de eso, sino que veamos la misma con menos devoción. Ya que los que hoy andan caminando por las calles pidiendo el voto, son seres imperfectos, ídolos de barro, que al igual que nosotros andan buscando sino a quien fregar, si la manera de sobrevivir en este mundo de infinidad de carencias.


 Hacemos pues un llamado a la cordura, a la participación sana en cuestiones políticas, a que nuestra sociedad no continúe dividiéndose por cuestiones de partido, por el fanatismo que tanto daña, y que en cambio busquemos unirnos, congregarnos para sacar adelante este estado que día a día perdemos un poco, y el cual a cómo vamos en unos 20 años ya no nos pertenecerá, pues a cómo anda el país tan loco, un día de estos, a los grandes gobernantes quizá en un alucine de grandeza, se les ocurre privatizar Tabasco, y quizá hasta la pobreza, y de pasada el derecho a soñar con algo mejor que esto en lo que andamos y a lo mejor ni la contamos. Aunque no sé si voy bien o me regreso. 

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