Historias Anónimas de Comalcalco

“El jefe”
Lic. Luis Enrique Cruz Hernández 

Esta si me la contaron a mí y hoy se las comparto.

Corren los años noventa y la ciudad de Tecolutilla todavía se llama Villa Tecolutilla ¡jajaja! no pude evitar decirlo, pero bueno retomo la idea, son los noventa y la persona en nuestra historia se despierta como cualquier otro martes en la ranchería tular, el reloj marca las 4:00 am, bebe un café para despertar y toma su bicicleta para llegar a su trabajo de intendencia en conocida secundaria de la cabecera municipal, no ha avanzado ni 500 metros en su “bicla” cuando se percata que la carretera está cerrada, de inmediato al llegar al bloqueo observa a algunos vecinos y familiares y les pregunta a que se debe, le responden que es por las afectaciones de los pozos petroleros de la zona y que van a bloquear no solo esa parte sino en muchas partes de la zona que llevan a los pozos, se sorprendió porque sus vecinos y algunos familiares estaban participando y ellos no vivían cerca de la zona de las afectaciones. Con esa idea en la cabeza transcurrió su día barriendo, trapeando, sacudiendo etc. hasta que llegó el momento de subir de nuevo a su bici y recorrer todo el camino de regreso a su casa, no pudo más con su inquietud y se detuvo a platicar con un pariente, los líderes de los bloqueos les habían dicho: “una vez que el gobierno no aguante la presión cada uno de ustedes se va a llevar mínimo unos 5000 pesos” ni tarde ni perezoso tomo su bici y regreso a Comalcalco a pedir sus tres días de permiso para poder estar en el bloqueo, las primeras negociaciones con la paraestatal los hizo liberar las carreteras y llevar los bloqueos solo a los accesos de los pozos en donde ninguno de los trabajadores podía entrar, la situación se volvió tensa y ellos tuvieron que tomar sus precauciones, ya saben; piedras, palos y machetes, al cabo de más de una semana de los bloqueos, el rumor era grande, el gobernador vendría personalmente a realizar negociaciones y a traer despensas.

Son las 5 de la tarde del octavo día de bloqueos de nuestro amigo cuando en la distancia se logran escuchar un helicóptero y el murmullo de la gente crece, en su mente crece la idea: “las despensas” “el gobernador” a la distancia un grito alerta sus sentidos: “ahí viene el jefe” “ahí viene el jefe”, todos comienzan a correr para poder ser los primeros en recibir el helicóptero del gobernador, corren mientras gritan “ahí viene el jefe” “ahí viene el jefe”, el helicóptero bajará en un claro cerca del acceso al pozo que nuestro amigo bloqueaba, después de un buen trote empiezan a caer cosas del helicóptero nuestro amigo era de los primeros, la emoción era grande, sin poder contenerlas varias lagrimas comienzan a salir de sus ojos y a deslizarse por su rostro, las latas de gas lacrimógeno que dejaban caer desde el helicóptero comenzaban a hacer efecto en ellos, en un parpadeo 20 camionetas de policías rodeaban el lugar, sin poder ver bien y con la gente corriendo despavorida cayó en los brazos de un policía que lo recibió de un certero macanazo y lo entrego en brazos de Morfeo, al despertar “maneao” como una iguana dicho en sus propias palabras, ya se encontraban rumbo a Villahermosa en donde pasaría dos días en la sombra, de donde saldría sin sus cinco mil pesos, con miedo a perder su trabajo, sin camisa, con esta historia que les cuento y sin ganas de volver a escuchar la frase “ahí viene el jefe”. 



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