Empiezan a bajar los amigos de su nube

Con total disimulo algunos descienden de esas enormes montañas ilusorias que les hizo escalar el fanatismo, otros se resisten, esperanzados a que algo más suceda, y aquellos que se fueron del planeta, que surcaron el espacio exterior, se dejan ver por las constelaciones como grandes meteoritos en fuego, en desprendimiento total.

Pero la  mayoría andan ya volando bajo, uno que otro tiende a levitar, pero la gravedad los domina, les doblega la razón.

Hablo específicamente de aquellos amigos que se fueron elevando como globos de helio, y hoy empiezan a llegar a la tierra con un talante algo desequilibrado, con comportamientos de gigantes que poco a poco la aclimatación a la tierra, y la monotonía de los días les irá curando.

Se hicieron enemigos gratuitos de muchos, ofendieron a quienes pensaban diferente, la arrogancia les dio valentía, fieles a su quimera política, constructores y cuidadores de la burguesía, de los intereses de sus amos y grandes verdugos del oprimido, del jodido. Se creyeron el cuento, y anduvieron con dotes divinos, de inmortales, de superiores, en esas sendas engañosas que presagiaban la derrota y nunca el éxito.

Sin embargo la vida no termina, la lección se aprende y si no, se vuelven a hacer las mismas pendejadas, hasta que la misma madurez llega a nuestra existencia y nos abre los ojos, aun así esos amigos voladores, son bien recibidos, por quienes ya hemos pasado una y otra vez por esto. Es comprensible, más no es justificable, eso sí, para quienes cada tres años vuelven a elevarse en los cielos para venir a caer en el mismo lugar.

En verdad nos da gusto verlos volver, aunque he de decir con sinceridad nos hubiese gustado su éxito, que algunos salieran de estas clemencias económicas, que hubiesen conocido algo más que este círculo vicioso en donde a veces no tenemos nada y otras andamos peor.

Pero creo los fracasos son una parte fundamental en nuestras vidas, de ellas aprendemos y nos moldean y nos empujan a ser mejores, claro está que se cosecha lo que se siembra, por lo mismo hay que procurar actuar de una manera honesta y saludable.

El poder cambia cada tres años, los que se sumergen a estos procesos regularmente siguen a los demás, hacen lo que otros ven que hacen, pero muy pocos se ponen a recapacitar de sus actos, por lo mismo cuando se tropieza se cree que es el fin del mundo, más no es así, la vida sigue, y ante ese día a día hay que aceptar los retos e igual los cambios.


Mientras tanto bienvenidos sean nuestros amigos que empiezan a aterrizar en este hermoso municipio en donde hay tanta mujer hermosa, y tanto varón feo. Jiar, Jiar, Jiar…

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