Made in China
El día de hoy, luego de severas horas de ayuno, no por no
querer, si no por no tener, jiji, pues me dispuse por fin a tomar mis sagrados
alimentos a eso de las 8 de la tarde y como solo traía 60 pesos, y uno de mis
grandes y heroicos reporteros andaba en las mismas o peor que este servidor,
pues nos dispusimos ir a uno de esos restaurantes Chinos, en donde te sirven hasta
hartarte, fue entonces que comimos arroz y tres guisos por 56 pesos, increíble,
pero cierto.
Luego de comer hasta quedar satisfechos, pudimos ver que la
comida China, servida por chinos, en Tabasco ha sido un gran y prospero
negocio, pues son restaurantes económicos y que se adaptan al bolsillo del consumidor.
Por su parte los chinos, se empiezan o se siguen
convirtiendo en parte del consumismo tabasqueño, que sin extrañeza combina o
mezcla culturalmente la gastronomía tabasqueña,
con la china y la gringa, es decir una hermosa transculturización, que en estas
épocas globales se dan de manera más que natural, pues no es raro encontrar a
quienes disfrutan de estas comidas junto con su vaso de pozol o de coca,
dependiendo como se antoje, pues hasta eso, dejan que el consumidor traiga y
consuma el refresco de su preferencia.
Nos invaden por todas partes, y vienen en serio, no andan
jugando, y es sorprendente su desarrollo y su decisión empresarial, según las
estadísticas del Instituto Nacional de Migración confirman que la población
china ha crecido últimamente. En 2000 eran mil 718 y en 210 se reporta 10 mil
247. No obstante, tener a 10 mil ciudadanos de la segunda potencia mundial
sigue siendo una cantidad ínfima, que sólo representa el uno por ciento de los extranjeros
radicados en el país.
Según nos dice una investigación realizada por el
periodista Jorge Durán, y publicado en la Jornada en el año 2011. Por lo general, en la cocina
trabajan sólo chinos y en la caja suele estar un muchacho joven que ya aprendió
español en la escuela. El modelo de buffet evita el contacto
directo con el cliente y, de este modo, los inmigrantes, que no tienen
conocimiento del idioma, se pueden dedicar a lo suyo: a trabajar. Los chinos
suelen ir de compras a los grandes mercados mayoristas y seleccionan muy bien
sus productos. Suelen tocar los alimentos, especialmente el pollo y el pescado,
asunto que no gusta mucho a los marchantes.
Obviamente ingresan
al país, con documentos, y en su mayoría de las veces como profesionistas, que
vienen a trabajar al país, obviamente como chef, y también en casi todos los
casos, trabajan para empresario chinos millonarios que invierten su capital en
este país, y ponen a trabajar a dichos chinos.
Viendo esto, creo
como tabasqueños y mexicanos, deberíamos afrontar nuestro destino con mayor
dignidad, atrevernos a ser independientes, y a generar oportunidades, claro
está, muchas veces nuestros gobiernos más que brindarnos oportunidades, nos las
quita, pero debemos tratar de progresar en un mundo globalizado que empieza a
derrumbar las limitaciones.
Esto me lleva a
Comalcalco, en donde han sido desalojados los comerciantes ambulantes y a
quienes hoy todavía no se les ha reinstalado, y que debido a la presión de los
mismos algunos administradores que tiene el alcalde ven las exigencias de la
gente como una mera agresión personal.
Creo como
gobiernos, como administradores, se debe ser condescendiente con el
ambulantaje, es algo necesario que le da vida a las ciudades, que se les tiene
que dar un espacio, es correcto, pero se debe ser claros y responsables,
accionar en tiempo, no dejar a la intemperie o al paso del tiempo la buena
intención, pues un día sin vender, es un día sin comer.
Es pues que hoy
debemos de aprender muchas cosas a los chinos, pero debemos ser responsables
con nuestro propio desarrollo, los espacios están y se deben ocupar, pues día a
día salen más profesionistas que siguen buscando trabajo, y no se quieren
arriesgar a ser independientes. Cosa que hoy urge al país, personas
emprendedoras y líderes en este ramo empresarial, en donde me han dicho se
puede subsistir y se puede construir un porvenir, pero se tiene que ser
demasiados valientes, astutos y cabrones.
Por lo pronto este
su servidor ya ideo junto con mi valiente reportero, aprender mandarín, y hacer
un medio exclusivo para esta población que se ve se están enriqueciendo, en
medio de nuestros lamentos, quejidos y mediocridad… y bueno para mis adentros... Dicen que el hambre es cabrona pero más el que la aguante... jijijiji
Continuará…