PENSAMIENTO EN VOZ ALTA SOBRE LAURENCE, GRABUR, EL 2018 Y OTRAS LOCURAS MÁS

A nadie se puede hacer a un lado, en cuestiones políticas como en la vida debe uno ser integro, ser congruentes, y tener una convicción clara, por lo menos en el trato con la gente, ser político de tiempo completo es saber hacer acuerdos, consensos, y porque no negociaciones.

El no hacerlo, el avasallar, el crear encono, odio, división, solo provoca distanciamiento, y se percibe a la persona como un politiquillo que no entiende de nada, como un convenenciero que su único interés es enriquecerse o llegar a ocupar un lugar a como dé lugar es su único afán.

 Esto pasó en el PRI de Comalcalco, en donde algunos, no todos, anduvieron creyéndose más cabrones que bonitos, y aplastaron a una clase política que no debió ser desplazada sino conducida a la unidad, tomada en cuenta e ir de la mano al triunfo que debió representar el 7 de Junio.

Erubiel Alonso, Alexander Córdova, etcéteras, fueron causantes de la división y en cono, así como también algunos chamacos que pensaron que hacer política era tramar astutamente algunas marrullerías, o ponerse al tú por tú con todo y todos, olvidándose que ellos dependían de la gente, más que de su ego.

Fue entonces que en el PRI se aglutinó un grupo que parecía todo menos priista, parecían todo menos estar a favor del proyecto Manuelista, y pensaron ganar de todas, todas, nunca pensaron en la gente. Por lo mismo el tropiezo por ahí empezó, decían algunos, según se recuerda que Grabur ganaría sin importar a quienes pusieran de candidatos a diputados locales o federales, “SI UN PERRO PONEN DE CANDIDATO A UNA DIPUTACIÓN CON EL EFECTO GRABUR GANA”.

Sin embargo todo era una ilusión…

Ahora en este preciso momento las cosas se dejan ver mucho más claras y aquellos que se dijeron leales al proyecto Manuelista hoy buscan rescatarse ellos y hablar de la supuesta pudredumbre que había dentro del equipo.

Ahora resulta que de un día a otro abrieron los ojos, dejaron el fanatismo, y empezaron a hablar, a expresar una a una las indicaciones que les dieron, a manifestar que estaban ciegos, que obedecían ordenes, y que fueron traicionados, que hacían lo que hacían porque eran casi, casi obligados, jiar, jiar…

Aun así en el PRI se sabe quiénes en verdad trabajaron a favor del PRI, quienes en verdad sudaron la camiseta y otros aunque tenían una dirección o regiduría en sus manos simplemente no hicieron nada, pues no traían nada, ni dinero, ni gente, ni liderazgo: “siempre fueron unos pobres diablos”…

Pero en esta rueda de la fortuna que asemeja la vida, hay quienes ayer no fueron tomados en cuenta y hoy son vistos como la salvación a la avalancha de desempleo que generó la derrota del PRI en Tabasco.

Una luz en la oscuridad, hoy podemos decir, viene siendo Flor Barradas, más o menos Aurelio Morales, los del PVEM, y su padrino Chiapaneco, Laurence, Chente, Domingo Arévalo, Reyes y yo jajajaja… el tiro salió por el lado menos esperado.

Obviamente esto no quiere decir que ya estén posicionados para el 2018, nada de eso, ni tampoco argumento que son los que sepultaron a Grabur, pues tampoco fue así…

El grupo de Manuel, dijo una y otra vez que no servían, que no eran necesarios, que no necesitaban de ellos, aunque ahora la gran mayoría de priistas de la clase media baja los busquen para no quedar fuera de la jugada los próximos tres años.

Indudablemente la vida es la rueda de la fortuna, a veces estás arriba y otras abajo. Quiero agregar que no quisiera que esto que usted lee se tomara como un acto premeditado para sembrar enconos infructuosos, no es ese mi afán, sino más bien el tratar de abrir los ojos, a quienes tienen que abrir los ojos y es a los que compraron pleitos, algunos inexistentes y otros ajenos, a aquellos que pensaron ser protagonistas de la política siendo antagonistas y pendencieros.

Pues las lecciones son para aprenderse, y por eso la política es como es, ya que en ella encontramos lo peor y lo mejor en la lucha constante.


Pero entre jodidos, entre hermanos del mismo dolor, es una cobardía tratar de joder al jodido. Debemos acostumbrarnos a ver la política desde otra perspectiva. Pues los fanáticos, los de abajo, los que entregan todo, siguen perdiendo más de la cuenta.

Por lo mismo aquellos que ganaron económicamente hablando, tienen la oportunidad de hacer las cosas de manera diferente, y de la misma manera los que perdieron. Es decir empezar predicando con el ejemplo y dejar de buscar en la política el choque, y la división.

Más sin embargo todo está en la misma lógica de sus acciones, pues supongamos sin conceder, si Laurence Rodríguez quisiera llegar a ser alcalde por Morena, lo primero que debe de cuidar son las formas, segunda aprender a ser dadivoso y menos tacaño, aprender a ser honesto con él mismo, y sensible a la hora de empuñar el posible poder que lograse tener.

Lo mismo ocurre con quien hoy quiera ser diputado o alcalde, o en su caso Grabur quisiera volver a participar debe saber que no puede llegar dividido, o colapsando la razón de su partido, sino que debe aliarse con todos, debe obedecer a la razón antes que a la pasión.

Por eso, es importante ser tolerante e incluyente en el sentido práctico, en la acción, en la manera de entablar una relación con la ciudadanía, y para eso deberán quitarse tanta erudición que poseen y deberán empezar con sencillez a construir su triunfo para el 2018.

Debido a lo antes expuesto, es muy difícil decidir a ciencia cierta quién ganó y quién no, pero eso sí, será su misma acción, sus pasos los que den forma a su destino. Entonces luego de que pase un corto tiempo, podremos más o menos dilucidar quién ganó y quién perdió. Pues a veces se gana y se pierde en realidad, y otras más se pierde pero en realidad se gana.


Sin embargo, no por eso, podemos dejar de mencionar, que Grabur y Laurence están empatados a un gol por bando, y aunque en el global pareciera Grabur aventaja a Laurence, lo cierto es que falta el 2018 en donde creemos será la batalla final, en la que se espera ver uno enfrentando nuevamente al otro pero ahora en la constitucional. 

Aún así es hora de hacer las cosas bien, de irse quitando el lastre que empaña tanto a Manuel como a Laurence, y hacer una política que valga la pena seguir.

Los otros cabos sueltos, los ataremos en otra ocasión, pues ya me entró el pudor...

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