Nos Sofoca el Bochorno...
Lic. Román Jiménez García
APRIETA BOCHORNO A LOS TABASQUEÑOS… Ya no sé si de manera
objetiva o subjetiva, o quizá ya es el morbo de la polaca que no me suelta ni
en vacaciones, pero por todos lados que se vea es la realidad más realista que
se ha dicho en este día, el bochorno en Tabasco está apretado.
Primero porque no existe tabasqueño que en este día esté
sofocado, sudoroso e implorando que Arturo Núñez mande a climatizar todo el
estado, pues en verdad Tabasco está que arde, un verdadero infierno en donde pagamos justos por pecadores, pues
esto ya viene siendo un castigo divino quizá por las tropelías y faltas a la
humanidad que día a día siguen cometiendo los políticos y público en general.
Menos los periodistas jajaja…
Pero como venía diciendo. No se encuentra sosiego a este
infernal calor, pareciera que todo arde descomunalmente, y que los climas son
una infamia, una charlatanería frente a este plomo de sol, cabe mencionar que
es por demás valiente trabajar bajo estas circunstancias, pues literalmente,
casi, casi, uno se derrite junto con sus zapatos en esas planchas hirviendo que
se vuelven las calles y ya ni se diga las carreteras, pero a quienes en verdad
hay que reconocer, y esculpir estatuas a sus nombres, más que a su oficio, es a
los albañiles, hombres saturados de sol, hombres que en las noches imagino
iluminan con tanto sol que tienen dentro, contaminados de sol, seres que
dejaron de ser carne y hueso y se volvieron fuego, luz, antorchas, flamas
andantes, ahogados vivientes de sol,
pareciera que ni “pio” dicen, se meten entre las brazas de los rayos
solares y caminan sobre el fuego del día, poniendo alma, corazón y vida al
trabajo arduo de la albañilería.
Por momentos se me asemejan a brazas humanas, a carbones que
parecieran arder sin consumirse. ¡Qué vida tan estoica señores! ¡Qué vida tan
fogosa y ardiente! Un oficio, o una calamidad, hasta me sofoco al pensarlo.
Por lo pronto van a dar las 2 haga usted de cuenta que viene
lo peor, las cosas van a estar un poco más caloríficas, y no es broma, pero la
ficción empieza a gobernar la realidad, y podremos freír en serio, quizá ya no
en broma, un huevo en una lámina. Podremos ver que Tabasco no solo se inunda de
agua sino también de sol, que existen grandes tsunamis, pero nada peor que la
sequía, y dirán los que ya saben, que existimos muchos quejosos, que nunca nos
conformamos con nada, que si hay frío porque hay frío, y si hay calor, porque
hay calor. Pero ya creo, se hace con cierta naturalidad, como un quejido, un
instante de sofocación, que destilamos cada vez que sentimos hervir la sangre.
Claro no todos tenemos esa fijación por el bochorno, hay
quienes ni se abochornan, ni se compungen por el ardiente momento, pues suelen
tener más fuego que el mismo sol, y los podemos observar en los parques, en las
paradas de autobuses, y hasta en mitad de las plazas, demostrándose su deseo,
su amor.
Seres sensibles al amor, e insensibles al calor. Qué heroicos,
qué filantropía, qué altruismo tan elevado, les preocupa el amor diría Sabines.
Enfermos, con la fiebre del uno al otro. Recolectando
caricias, llenos de luz, y aunque buscan los sitios sombríos, iluminan los
vacios, los silencios, y demuestran con feroces batallas de labios, cuerpos y
manos, que hasta en los infiernos más infernales del planeta tierra el amor
florece, como un árbol de manzanas en medio de la solemnidad de estos meses
santos.
Entre el fuego camina el amor, entre las llamas, entre el
tiempo, entre ardientes infiernos. Es más me atrevo a deducir, que entre los
espasmos de radiación solar existe una flor de luz con pétalos de fuego, que lleva
eternidades floreciendo, sin deformarse, creciendo a fuego lento.
Por lo pronto ya van a dar las 5 de la tarde, y el planeta
empieza a asolear su otra parte del mundo. Nos queda una hora y media, antes de
la llegada de los mosquitos, y de la segunda oleada de calor. Es decir viene la hora del sauna, y eso no me lo pierdo por nada en el mundo... Seguiremos Informando.