No nos llegaba la hora
El día de ayer de nueva cuenta, mi
vida volvió a pender de un hilo, pero debo dejar claro antes de continuar, que
no es mi intención hacer alarde de valentía, mucho menos de ser un hombre
arrojado, nada de eso, si algo aprecio en esta vida, además de todo el mundo
que me conforma, es mi vida, el tiempo que me tocó vivir, y como me tocó vivir.
Pero a veces la misma existencia, el mismo vivir nos pone en el lugar y la hora
precisa, no hay retrasos, nadie llega tarde, todos llegamos a tiempo, para
vivir una experiencia y salir bien librados o morir en el intento.
Debo igual manifestar que lo que hoy
escribo espero en Dios a mis 70 u 80 años, pueda leerlo, ya con la madurez que
requerirá el momento. Por lo pronto, dejo esta misiva para el Román Jiménez del
futuro, insisto si Dios me lo concede. Que sea pues el tiempo, la paloma
mensajera que surque los años y llegue a buen destino.
Con la mano apuñalada, viendo con
detenimiento el blanco de mi hueso, que a diferencia de lo que creía la coca
cola no ha podido descalcificar, pude esquivar el cuarto intento de mi decidido
victimario de arrebatarme la vida por un celular, que estúpidamente para mí en ese momento valía más que yo mismo.
Mi asaltante me había llegado por la espalda, con cuchillo en mano, jalando mi playera, amenazando a cada momento y tratando de ir más allá de las palabras, seguía insistiendo que le entregara mi celular, mi celular que con tanto chayo, perdón, sacrificio compré, pero no fue fácil, ni para él, ni para mi, lo empujé, me soltó, y arremetió, no corrí, se contuvo y lanzó estocadas, una dos, tres, afortunadamente mi mano izquierda repelía, y cuando lo sujetaba con la mano derecha trataba de desarmarlo. Hasta que entre el forcejeo buscando mi pecho se topó con mi bendita mano izquierda.
“Tenía que ser la mano izquierda”
pensé esporádicamente, mientras mi asaltante veía chorrear la sangre entre los
forcejeos de salvar mi vida, ahora sí de mayor valor que mi celular, “tenía que ser mi mano izquierda”, la más
valiente, la condenada a hacer frente a lo que la derecha escribe con tanta
libertad, con tanta arrogancia...
“Te voy a matar hijo de tu rechingada madre, órale
dame el pinche celular”, nunca una mentada de madre se oía tan clarita, tan
rozagante, tan entendible, tan del corazón, de hecho llegué a pensar que ese
ladrón de celulares a lo mejor y era uno de esos políticos que traigo de sol a
sol, pues la verdad me la han mentado, pero nunca así, con tanto sentimiento,
con esos espasmos de odio, de rabia, de locura, es decir, para mí fue la mejor
mentada de madre que me han dicho hasta el momento, con el garbo suficiente,
que me hizo salir de mi estupor de saberme herido.
Fue entonces, cuando de manera pendeja, pues
no encuentro otra palabra, encabronado por mi mano herida, por mi madre mancillada,
pero más por saber que mi celular tenía
un valor mucho mayor al que yo imaginaba, y mucho mayor a lo que me ofrecían
los rateros de las casas de empeño, en donde tantas veces me dieron una bicoca
por este celular que vale más que yo, que es un gran tesoro para mi asaltante,
y que ahora luego de lo ocurrido vale el doble, entonces le dije, sin razonar mi
petición, con la adrenalina del momento, “de una vez cabron, si lo vas a hacer
de una vez”... Y soltando su muñeca de mis manos resbalosas por la sangre, alzó
de nuevo el puñal, y arremetió sin demora, apresurado a cumplir la orden, pero
sus impulsos de asesino no fueron suficientes a mis impulsos de vivir.
Fue cuando su acompañante, que
solo estaba a la expectativa, lo miró y trepados en una bicicleta se fueron, y viendo
su huida, mi otro yo actúo valiente, “¡bájense!, ¡no sean collones!, ¡tengan
huevos!”, y ya cuando los vi doblando en la cuadra, yo en medio de la calle
saltando como Paquiau, les di a gritos su despedida “¡Para la otra les va peor!”,
jajajajajaja... Snif.
Pronto llegaron las asistencias
de los habitantes de la colonia Tamulte, quienes se asombraron porque casi no
hay rateros en la zona jajaja, y socorrieron a este pobre morralero, quien
había ido a buscar su Vocho al taller, que cuadras adelante me dejó tirado pues
la pieza eléctrica salió fallada. Y según la política de las empresas de eléctrica automotriz en piezas eléctricas
no hay garantía ¡Hágame usted el favor!
Ya para esto daban las 6 de la tarde, y como
no tenía saldo, pues decidí en caminarme en busca de que me remolcaran el
vehículo. Después al doctor del simil, quien me mandó reposar, y tratar de
mover lo menos posible la mano, es decir esta nota que usted lee, la he escrito
con la derecha. Espero no meterme en problemas jejeje.
Ahora ya más tranquilo, la
dimensión de las cosas cambian, y doy gracias al Gran Arquitecto del Universo,
por todo lo que estoy viviendo, por lo que me ha hecho pasar, por cada uno de
mis aciertos pero más por mis errores, pues es donde he aprendido y en donde me
reconozco imperfecto y más espíritu que carne.
En Tabasco mencionan las
autoridades federales estamos en focos rojos por el narcotráfico, existe un
atraso evidente en comparación con los estados del norte dicen las cifras, pero
creo, no existen garantías para que la sociedad avance con su total esplendor,
que se sigue robando por pobreza extrema, que se sigue vendiendo droga porque
no hay espacios de trabajo, y los trabajos no son bien remunerados, los
mexicanos somos seres excepcionales que sobrevivimos no gracias al gobierno,
sino gracias a nuestra creatividad y nuestra astucia, gracias a las ganas de querer
ser mejores, de tener una mejor calidad de vida, obviamente cuando se logra alcanzar
el sueño anhelado, el ser suele deformarse por falta de una buena educación,
porque no se incentivaron los valores, porque estamos acostumbrados a vivir
muchas veces como en la ley de la selva, porque así nos ha tocado abrirnos espacios en
este país en donde la riqueza está mal distribuida, en donde solo los pudientes
tienen las canonjías, y en donde el poder sigue siendo utilizado para los
grupos o carteles o partidos, pero nunca para el pueblo, aquí las gallinas de
arriba cagan a las de abajo.
Pero eso lo deshebraremos en otro momento, ahorita es necesario que yo esté con mis hijas, con mi compañera, con mis amigos, con mi familia, que viva este relax que me ha regalado esta cuchillada, para seguir mañana desde la trinchera con renovada energía. Que tengan excelente día. Y como diría el poeta Chiapaneco Jaime Sabines en su poema titulado "ME ENCANTA DIOS" ... QUE DIOS BENDIGA A DIOS.
De pilón
Lo que usted acaba de leer se
escribió bajo los efectos de la anestesia...jajajaja