Nos fuimos al agua ¡ay Tatita!


No sé qué estaremos pagando, pero indudablemente por los pecadores pagamos los justos, pues ahora sí cuando no es una cosa es otra, si no son los políticos es la madre naturaleza, que se ve nos ha de querer un titipuchal.

Así como usted lo lee, y ya se ha informado en los medios tradicionales y en los virtuales, en Comalcalco nos fuimos al agua, que no quiere decir que al cayuco le esté entrando el agua, jamás de los jamases, pero he de dejarlo en claro, por algún zalamero o chistosito que siempre abundan en tiempo de crisis, pues irse al agua, no es lo mismo que el agua filtre al cayuco, aunque la lógica es clara que si el cayuco se va al H2O, lo mismo pasará con el capitán del navío, pero son dos cosas diferentes, que sabemos diferenciar en nuestra cultura popular y era necesario dejar claro. Jiar, jiar…

En la Perla de la Chontalpa, como en Cárdenas y Paraíso, las cosas están difíciles pues las lluvias han dejado estragos en municipios llamados al progreso y al desarrollo, y en donde al igual que en todo el estado, no hemos podido conciliar nuestra relación con este vital líquido.

Lo peor es que la creciente urbanización y la infraestructura misma del avance en las comunicaciones continúan ayudándonos por un lado y obstruyéndonos por otro, pues parece omiten lo esencial, y obstruyen los pocos pulmones o desagües por donde el agua de Tabasco viene, va y vamos.

En Comalcalco, muchas personas que viven la actual contingencia en carne propia, han optado por romper las carreteras que tanto costaron construir, esto para que el agua siga su curso, pues queda encharcada y empantanada en sus casas, debido a que olvidaron nuestras autoridades y diseñadores del mañana dejar un afluente por donde circule el vital líquido.

Hay quienes defienden la obra y dice que sí lo dejaron, pero que fueron obstruidos por la basura que tira la gente.  Es creíble hasta cierto punto, y en la mayoría de los casos pareciera una aparente mentira. Si no, volteemos a ver el río seco que pasa por la Perla de la Chontalpa, el cual está completamente obstruido, por empresas  que invadieron el mismo afluente y lo rellenaron y expandieron su propiedad, dañando con esto a miles de personas.

O echemos un vistazo a las construcciones habitacionales, que al igual obstruyeron el cauce del agua y por si fuera poco, no previeron la magnitud del problema y que hoy por primera vez dichas casas están rebosando de agua.

Ahora, si no se busca una solución al problema, que esa es otra cuestión, pues debe ser visto como una oportunidad, no como problema, pero que de años y por tradición tenemos la fortuna de tener a grandes litros, dentro de 5 años o 10 años más o menos, estaremos viviendo en lo profundo de hermosísimos mantos acuíferos, siempre y cuando tengamos la suerte de que evolucionemos apropiadamente, claro está, conforme al ambiente que nos tocó vivir, y nos salgan debajo de las orejas branquias que permitan una sociedad de homo sapiens acuáticos, la primera de nuestra humanidad. ¡Qué orgullo!

Pero conociendo a nuestros políticos y sus sandeces y sus actos meramente populistas y de relumbrón, no dudamos que será mucho más cómodo, más barato para ellos, que en tiempo de lluvias se regalen cayucos a la población y quitarse con esta oportuna jugada, unos cuantos miles de pesos de encima.

Y nosotros diremos para nuestros adentros: ¿Qué poca máuser? Mientras recibimos nuestro cayuquito en un acto público que imaginamos se llevará a efecto en tiempos de creciente. ¡Ya me vi! ¡Ya me vi!


Por lo pronto en Comalcalco según datos de protección civil existen 238 Albergados en refugios temporales, 132 familias afectadas y 494 personas afectadas. Lo peor es que sigue lloviendo sobre mojado y la ropa no se ha secado. Aunque ya no sé si voy bien o mejor ni le sigo.

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