CREER MÁS EN NUESTRO INSTINTO MATERNAL... JI, JI, JI

Lic. Román Jiménez

Hagámosle caso a nuestra intuición ciudadana, esa que nos dicta que las cosas andan pal PRD, pal PRI, Pal PVEM y Pa Morena y otras tantas infamias más, tomemos en cuenta nuestra corazonada, nuestro impulso que más bien instinto de salvación y veamos las cosas como son.

No solo hablo de la gran decepción que se volvió la llegada de mi tio Arturo Núñez al gobierno del estado, sino igual de la debacle, de la burla, de la estupidez que se volvió la política en Tabasco.

La atrocidad que se percibe y que se vive al interior de los partidos políticos es una perversión que han hecho ley los grandes estadistas de nuestra entidad, en donde cada trienio o sexenio, se regresa, una y otra vez a la maña constante de seguir imponiendo al amigo, al compadre, a la amante, a los hijos, o a la familia entera a puestos de elección.

Indudablemente en procesos internos para elegir candidatos a puestos de elección, siempre habrán situaciones que no a todos encaje y a veces el proceso se tornará ríspido, se entiende, es por demás lógico, lo que no se comparte es la idea de poner por arriba del mismo clamor popular, los intereses de unos cuantos.

Lo que causa nauseas es que se sigan privilegiando a vividores, a parásitos que viven y han construido un imperio en base a las canonjías que les brinda la política, cómplices, apostatas, ratas de dos patas, animales rastreros, culebras ponzoñosas e infinidad de adjetivos más se le sha asignado.

Pero indudablemente este tipo de acciones, han servido solo para raptar el crecimiento político del estado, la evolución de la misma política, de la supuesta democracia de la que de cierta manera formamos parte.  Tanto así que elección tras elección, podemos ver las mismas caras, los mismos cuadros luchando por controlarlo todo, mientras los jodidos seguimos igual o peor.

Aclaro que este tema es para extenderse mucho más, sin embargo es un trabajo que los ciudadanos debemos hacer de manera responsable, constante y consciente, conscientes de la forma tan precaria que vivimos, conscientes de la simulación a la que a veces nos sometemos debido a nuestra paupérrima situación, conscientes de que debemos dejar de ser víctimas.

Pero que conste que no es un llamado al desorden social que en nada beneficia, pero sí a asumir una postura más engrandecedora, altruista sin rayar en la utopía, trascendental sin ser excluyente, noble sin caer en la estupidez.

Son tiempos de hartazgo, son tiempos en donde la exigencia social ha llegado por fin a los oídos de los partidos políticos, sin embargo hacen caso omiso, son ciclopes que además de poseer un solo ojo (pues el otro se lo autoflajelaron por canijos)  son sordos por conveniencia. Y helos ahí sumergidos en su misma cochinada, levantando la cara orgullosos por sus partidos, por sus siglas, por representar la infamia que representan, fanáticos, apasionados, parias, simuladores, agazapados, enfermos de poder, de dinero, de grandezas que son capaz de todo, pues su miedo, su gran temor es acabar en la misma situación en la que estamos infinidad de tabasqueños.

Si usted no me lo cree, o si todavía lo duda, y si aún queda algún vestigio razonable en este mundo de populismo que se ha vuelto la política, pregunte, indague cuales son los proyectos de los candidatos, o precandidatos, qué tienen pensado hacer al llegar al poder por la ciudadanía, por el pueblo, y se dará cuenta usted de algo que en primera: No existen tales proyectos. O segunda: que nuestros políticos o nuestros gobiernos han sido un fracaso, por lo menos de 20 o 26 años a la fecha, tan es así que siguen prometiendo lo mismo de hace 30, 40 años en este siglo XXI.

Y me veo en la obligación de agregar que no es mi intención el verme como un totalitario o exagerado, nada de eso, pues igual he de reconocer que poco a poco se ha ido avanzando en ciertos rubros, que no todo es negro, ni completamente blanco, pero indudablemente hoy podemos decir se percibe existe una mayor libertad de expresión, existen medios para externar y contribuir con nuestra critica a mejorar y hacer más eficiente nuestra democracia, y a su vez poner nuestro granito de arena de una manera más participativa.

Es decir la sociedad, el entorno, la ciudadanía, la gente, el pueblo ya cambió, son tiempos muy diferentes al pasado que viven los partidos políticos, son tiempos años luz entre la necesidad de la gente y la agobiante demagogia, populismo y el show del gobierno del estado.

Por lo mismo creo hoy, en este momento, en donde la misma militancia de los partidos está lacerada, es tiempo de hacerle caso a nuestra intuición ciudadana, a nuestra consciencia, a nuestro instinto que nos ha ayudado a sobrevivir en medio de este sistema no apto para la vida humana.

Creer menos en la gran empresa democrática y electoral, puede ser un paso, sin embargo el más edificante deberá ser el que demos como generación, el que asumamos como pueblo afectado y en ruina. El apostar por cosas diferentes, ya no más de lo mismo, pero sobretodo el saber que unidos, que juntos somos más fuertes, somos el temor, el miedo, el monstruo, la pesadilla de toda esa bola de caciques modernos que siguen creyendo que el poder se hereda, que se transmite a través del ADN.



Son tiempos de ser congruentes, de unificarnos, de buscar el desarrollo, de creer más en nosotros mismos, de crecer como ciudadanos, como pueblo, y tal parece sin querer meter ideas, serán las mujeres nuestras redentoras, creo. Aunque no sé si voy bien o me regreso. 

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