COMO SER CULTO EN 10 PASOS
Vicente Gomez Montero
0. Hace unos años, una mujer que trabajaba en la misma
oficina que yo, quiso convencerme que la manera de escribir Tchaikovski, con
“T”, era la correcta. Le expliqué que esa era la manera afrancesada de escribir
el apellido del compositor ruso. Los franceses, al no tener una letra “CH”
fuerte como la del español, tuvieron que agregar la “T” para que el sonido se
volviera sonoro, mucho más que el de su “CH” gala que se parece más al sonido
“SH” de nosotros los de idioma español.
La mujer se rió de mí curiosamente, aduciendo que su
esposo era maestro de danza clásica y que nunca había oído ese absurdo
detrimento del apellido ruso. Como en ese tiempo estimaba a esta mujer, hice
todo lo posible por sacarla de su error. No quiso escuchar. Ella era mucho más
culta que cualquiera otro espécimen en el mundo cultural de Villahermosa.
Entonces me di a la tarea de pensar lo difícil que es ser, pretender ser, culto
en nuestra provinciana ciudad, plena de inundaciones o de circunloquios de
amenidad total. Podríamos distinguir tres especies de cultos en nuestra
delicada villa:
a).- Los que no lo son, pero quieren aparentarlo. (50 %). DEFINICION: Jóvenes
de aspecto desarrapado que ambulan por el centro y los cafés de Villahermosa.
b).- Los que no les interesa aparentarlo y que tampoco lo son. (49%). DEFINICIÓN:
Empresarios, políticos, periodistas, aventureros de clase media que se dan a
asistir a conciertos, conferencias, presentaciones de libros, exposiciones,
como haciéndole un favor al artista.
c).- Los que lo son, simplemente. (1 %), apenas. DEFINICIÓN: caminan por la
ciudad, escriben, leen, intercambian opiniones sin buscar la notoriedad de los
primeros o el agradecimiento de los segundos.
Curiosamente los artistas parecen no poder vivir sin el reconocimiento de los
primeros o sin el respaldo de los segundos. Los primeros ofrecen así como una
carta de naturalización, algo así como un reconocimiento para que ese ciudadano
común y corriente pueda sentarse en el café con ellos. Los segundos dan sentido
al ego artístico, son los que reconocen el lugar de los artistas dentro de una
sociedad haciéndoles un favor para instalarse en ella. Son los que dan fe de
que fulanito o menganita es artista. Ellos mismos ofrecen lugar a quienes son
de su camada y que quieren dedicarse al arte de la pintura o escultura, que es
a lo que más se dedican. Ellos dan carta de naturalización a sus artistas pero
no ofrecen alternativas para otros, para otros que sean ajenos al clan. Y los
terceros, los que sí saben pero se encostran en su conocimiento para no pecar
de excesivos.
La mujer de mi oficina siguió algún tiempo en ella, según esto haciendo
cultura. Pero la proliferación de cultos en nuestro estado se ha vuelto
incomprensible. Que tiempos aquellos en que los viejos dinosaurios priístas
denostaban la cultura en aras de una solidaria reacción contra lo que
significaba. Que tiempos cuando los políticos estaban en contra de la cultura
dándole presupuestos raquíticos para impedir que se proliferara el asunto
cultural. Eran tiempos donde todo era lo que parecía, donde nadie se preocupaba
de lo “políticamente correcto”. Claro, había excepciones. En la actualidad,
cuando los señores panistas fueron partido en el poder, querían ser agradables,
simpáticos. Siempre te saludaban por tu nombre y dándoselas de conocer tu
trabajo artístico pero siempre salieron con lo mismo: No hay presupuesto; nada
es como antes, pero no hay presupuesto. Prefiero a los viejos políticos que te
decían con ese aire de rancherotes maleducados: Cuando oigo hablar de cultura
me dan ganas de sacar la pistola. La llegada del PRD a la vida cultural de nuestro estado tampoco vino a componer
las cosas, como esperaban muchos detractores de la administración cultural
anterior.
Bueno, van 10 recomendaciones para la mejor interpretación de la cultura:
1.- Si no sabe pronunciar los nombres extranjeros, puede recurrir a la
pronunciación españolizada de los mismos. Recuerde la anécdota de Miguel de
Unamuno. El escritor daba una charla sobre los poetas malditos. Pronunció el nombre
del poeta Rimbaud a la española, Rambó, maestro; no faltó el conocedor que lo
corrigió. Unamuno se le quedó viendo y dijo: Ah, me gusta que mi público sepa
francés, y dictó lo que quedaba de la conferencia en ese idioma.
2.- No diga Música Clásica, es un término ya en desuso. Se dice Música de
concierto. Clásico fue el período de Mozart. Vivaldi fue barroco. Debussy fue
impresionista y Beethoven romántico.
3.- No confunda buena educación con cultura. Van Gogh era el más maleducado de
los pintores pero era el mejor pintor de su tiempo. Una persona puede ser culto
y no necesariamente educado. Una cosa no lleva a la otra.
4.- No use el término cultura como del latín cultivare. Los cultos no son
plantas para que se las riegue. Cada quien se “cultiva” por sí mismo. Los
institutos o secretarías de cultura no pasan regando la cultura. No tienen la
ciencia suficiente, ni la manguera. Realizan acciones para la promoción de la
cultura, que es distinto.
5.- Nunca comente un libro sin haberlo leído. Eso déjeselo a Zabludowsky o a
los presidentes de la República que tienen quien lea por ellos. (Bueno, los
anteriores). Recuerdo el comentario de Gabriel Zaid cuando afirmaba que, al
preguntarle a un alumno si había leído el libro de donde daba cierta
información, el alumno respondía: No personalmente. ¿Pues cómo se leen los
libros entonces?
6.- No critique las fiestas de otros países, por ejemplo, el tan mentado
Halloween. Eso no le da certificado de culto y sí de intolerante. Esas fiestas
representan para sus países cultura, tradición y significados importantes. Al
denostarlos, usted les está dando permiso para hacerlo con nuestras fiestas.
Mejor promueva nuestras fiestas – el Día de Muertos, la Navidad, la Semana
Santa. No vea la paja en el ojo ajeno.
7.- No cite frases, sobre todo fuera de contexto. Nunca empiece sus elocuciones
diciendo: Como dijo el sabio…, sin ni siquiera haber leído al sabio en
cuestión. Citar es todo un arte, bien lo dijo Pellicer. O alguien.
8.- No haga concursos de declamación. Son terribles y no salen los concursantes
de mencionar los mismos poemas. Los motivos del lobo, Margarita, Guerrero…
Mejor impulse a sus alumnos a leer los poemas y encontrarles significado. Nada
es peor que oír a alguien decir un poema como lo diría un periquillo.
10.- Finalmente, nadie sabe todo. Siempre hay algo que no sabemos y debemos ser
conscientes de ello.
Si usted quiere seguir estos consejos, espero le sirvan. Si no, siga diciendo sectiembre
y escribiendo Tchaikovski. No lo hará mejor o peor persona, pero sí más o menos
culto.