DEPURACIÓN POLÍTICA


Pedro Gutiérrez Gutiérrez.

Uno de los grandes temas que habrán de reflexionar y ejecutar los órganos de dirección del Partido Revolucionario Institucional, en los próximos días, será el de depurar sus filas. Durante el proceso político electoral que se realizó el día uno de julio, algunos de sus cuadroslack","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">En consecuencia, el PRI tendrá que atender por conducto de la Comisión Estatal de Justicia Partidaria, que como hemos visto es el órgano competente, las denuncias de sus militantes y declarar las renuncias y expulsiones correspondientes. El PRI necesita depurarse. Tiene mecanismos para limpiarse internamente, sólo hay que aplicarlos. Quienes traicily: "Arial Black","sans-serif"; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">El artículo 63 de los estatutos del PRI establece cuatro causales, que de incurrir en cualquiera de ellas, se pierde la militancia: 1.-Cuando se ingrese a otro partido político; 2.-Se acepte ser candidato de otro partido; 3.-Apoye o realice actos de propaganda política a favor de candidatos de otros partidos o bien, que deje de formar parte del grupo parlamentario del Partido. El mismo artículo señala que será la Comisión de Justicia Partidaria el órgano competente para emitir la Declaratoria correspondiente.

Los estatutos establecen un Sistema de Justicia Partidaria a cargo de la Comisión arriba mencionada y de la Defensoría de los Derechos de los militantes, encargadas, sobre todo la primera,  de aplicar las normas, otorgar estímulos, sancionar y resolver las controversias internas.

Dentro de la estructura organizativa del partido, existe una Comisión Nacional de Justicia Partidaria y una Comisión Estatal en cada uno de los 32 Comités Directivos Estatales. Se integran con un Comisionado Presidente y con seis comisionados propietarios, cada uno con su respectivo comisionado suplente. Son electos por los Consejos Políticos respectivos y duran en su encargo cinco años. Funcionan en forma colegiada y el Pleno es el que define todas sus determinaciones.

Las Comisiones de Justicia Partidaria tienen la competencia exclusiva de elaborar las Declaratorias de Afiliación de los ciudadanos que vienen de un partido antagónico al PRI, o de las Declaratorias de Reafiliación de aquellos ciudadanos que estuvieron afiliados al partido y que por alguna razón se dieron de baja y pretenden retornar.

El artículo 19 del Reglamento Interior de las Comisiones Nacional y Estatales de Justicia Partidaria apunta que cuando un ciudadano solicita su Reafiliación al PRI debe cumplir con tres requisitos; Primero: Presentar por escrito su solicitud de reafiliación, señalando los motivos de su solicitud, las causas de su baja y la aceptación de que su militancia priísta, para efectos de antigüedad y de derechos partidarios, empieza a contar a partir de la Declaratoria Correspondiente.

Segundo: En su caso, copia de la renuncia definitiva al partido antagónico en que militó y tercero, no haber sido expulsado por resolución firme de la Comisión de Justicia Partidaria.
El artículo 21 del Reglamento señalado, define que aquel militante que solicite la Declaratoria de Renuncia de otro militante por haber infringido cualquiera de las causales de artículo 63 de los estatutos deberá cumplir con dos requisitos; a).-Hacerlo por escrito señalando sus datos personales y del militante que denuncia, así como citar la causal que infringió y b).-aportar las pruebas de su dicho.

Por su parte, el artículo 27, fracción V, inciso c), determina que para que la Comisión pueda expulsar a un militante es necesario que haya una denuncia por un militante, sector u organización del partido.

El artículo 28, fracción V del mencionado reglamento le otorga competencia a las Comisiones Estatales para convertirse en secciones instructoras y declarar la expulsión de militantes – el reglamento trae un error y señala en su contenido al artículo 34 en lugar del 27 -.

Existen muchos casos de militantes priístas que encuadran perfectamente dentro de las causales definidas por el artículo 63 de los estatutos. Varios se postularon como candidatos de otros partidos para regidores, diputados y presidentes municipales y otros se sumaron públicamente a la campaña de Arturo Núñez Jiménez. Sólo bastaría con denunciarlos y aportar pruebas como lo son las notas de los medios de comunicación que dieron cuenta de ello, para solicitar la Declaratoria de sus Renuncias o expulsión en su caso.

El PRI en Tabasco a partir de enero será un partido en la oposición política. Su actuación tendrá por necesidad que ser diferente. Sus actuaciones tendrán que estar apegadas ahora más que nunca a sus normas internas. Su conducta se regirá por las reglas del partido y no por los dictados del jefe político en turno. El respeto a los derechos y libertades de la militancia será la mejor fórmula para su fortaleza.

El PRI en Tabasco ya no será una extensión de la Quinta Grijalva, sino su oponente. Sus designios ya no estarán afuera, sino adentro. Las políticas públicas de sus gobernantes ahora saldrán de 16 de septiembre y no del Palacio de Gobierno. Los candidatos se confeccionarán en el partido y no en Plaza de Armas. La materia prima será la política y no la zalamería y la simulación. Los priístas casuales, oportunistas trianuales o sexenales cambiarán de camiseta – gracias a dios -.

En consecuencia, el PRI tendrá que atender por conducto de la Comisión Estatal de Justicia Partidaria, que como hemos visto es el órgano competente, las denuncias de sus militantes y declarar las renuncias y expulsiones correspondientes. El PRI necesita depurarse. Tiene mecanismos para limpiarse internamente, sólo hay que aplicarlos. Quienes traicionaron al partido y en consecuencia a su base social, no debe permitírseles regresar. La única forma es expulsándolos. Cuando un miembro es expulsado ya no tiene posibilidades de reafiliación. Si el PRI no lo hace se dará la paradoja de que en lugar de sancionarlos como se lo merecen, se les premie en su retorno, dándole cargos relevantes como ya sucedió en el pasado reciente.

El PRI en Tabasco está obligado a sanear sus filas, a darle cause a su Código de Ética, arrumbado en el desván de los olvidos. El PRI está llamado a enviar con sus nuevas acciones un mensaje a la sociedad, pero sobre todo a la juventud priísta, a esos jóvenes egresados de la Escuela de Cuadros, a la juventud que heredará en un futuro no muy lejano las estructuras dirigentes del partido, que en el PRI se premia la lealtad y el trabajo y se sanciona la traición.

Entradas populares