Muy agradecido, pero no, gracias...
Tengo la necesidad de agradecer a aquellos buenos, bien y mal intencionados amigos que intentan afanosamente coartar lo que aqui se comenta. Pero creo su afán está demás, no es el momento, no son los tiempos, y creo yo no soy la persona que acostumbra darme la espalda a mi mismo. como bien lo dijo Oscarito Wilde:
"¡Mis amigos!, exclamó Oscar Wilde, son verdaderamente extraordinarios: me aconsejan la prudencia. ¡La prudencia! ¿Acaso la prudencia es posible en mí? Eso equivaldría a dejar de ser yo mismo, a darme a mí mismo la espalda. Es necesario que yo siga avanzando lo más lejos posible... Y en donde estoy, como estoy, no hay más lejos... Es necesario que algo suceda... algo diferente".
"¡Mis amigos!, exclamó Oscar Wilde, son verdaderamente extraordinarios: me aconsejan la prudencia. ¡La prudencia! ¿Acaso la prudencia es posible en mí? Eso equivaldría a dejar de ser yo mismo, a darme a mí mismo la espalda. Es necesario que yo siga avanzando lo más lejos posible... Y en donde estoy, como estoy, no hay más lejos... Es necesario que algo suceda... algo diferente".