No hay pillos en Tabasco
Todo ha sido una ilusión, una
ficción, una “trinche” quimera, una fantasía, una imaginación, un mito, un
pensamiento masivo de gente perversa, de ciudadanos que solo nos gusta criticar
por criticar, hablar por hablar, pues en Tabasco, la utopía que Tomás Moro
escribió, ha sido conquistada, en Tabasco no hay, y quizá nunca hubo, es
inexistente un político, o un ex alcalde, un administrador, deshonesto, puerco,
marrano, corrupto, y demás adjetivos, que creemos, empezarán a caer en desuso,
con el tiempo. Esto según nuestros inspiradores, inocentones, y santones
diputados locales.
¡Albricias! ¡Albricias! Hemos por
fin, dado el paso más importante en nuestra tabasqueña vida, estamos, sin vacilar,
en el cielo, es hora hermanos míos, de vivir y no de sobrevivir en esta tierra
del mosquito, del pejelagarto y de las jicoteas… A vísperas del 24 de
diciembre, “Jo Jo”, mejor conocido como Santa Claus, nos ha traído el milagro,
y hemos de reconocer, que oficialmente somos el único estado en el país, quizá
me atrevo a aventurarme, en el mundo en donde la corrupción por lo menos de
quienes nos gobiernan o nos gobernaron, no existe.
Luego entonces, posiblemente la
inseguridad que vivimos día con día, la miseria, la falta de oportunidades,
vienen siendo otro mero alucine que algunas mentes retorcidas, e incapaces de acoplarse
a este nuevo mundo, no podemos observar, en donde la política, que más bien los
políticos, se han redimido, se han consagrado, y han sido congruentes, leales,
honestos, y responsables con las arcas de sus respectivos municipios.
Ahora me pregunto ¿qué sigue? Si
ya no hay más que conquistar, si posiblemente la perfección ha sido alcanzada,
si la misma justicia es tan perfecta que dejó de servir de escudo para los
vivales, y de azote para los jodidos. ¿Qué seguirá en nuestras vidas? ¿A qué
nos dedicaremos los que nada nos gusta? Preguntas, meramente existencialistas,
que debemos contestar, en medio de una tormenta que no es, en medio de balas,
asesinatos, sinvergüenzadas, corrupciones, atracos, secuestros, pobreza, extorsiones,
en medio de rateros de cuellos blancos, que siguen llegando y llegando, a
puestos de elección para saquear, para medrar en contra de la ciudadanía, de la
gente, de los jodidos, de los esclavos de toda la vida, que solo vemos como se
protegen, como se resguardan unos con otros, como se confabulan, y se reagrupan
como plagas, pero plagas de elite, de apellidos de abolengo, de sepa, de
alcurnia, mientras Tabasco y los que vivimos aquí, seguimos esperando que pase algo, que si no la justicia terrenal, o el tiempo
doblegue sus años, a no ser claro que mientras más dinero aglutines, más años
vivas, entonces, ya hasta en esos nos jodimos.
Ayer fuimos testigos de cómo se
robaron y en nuestra cara más de un mil, 360 millones de pesos, sin necesidad
de utilizar armas de fuego, sin necesidad de pegar un balazo, o utilizar algún arma blanca, todo esto, fue institucionalmente, de manera oficial, y apegados a derecho. Aunque claro lo
anterior, es un lapsus de mala leche que ha tenido este su servidor, y otros
tabasqueños mal pensados, pues en Tabasco no hay pillos, no hay corruptos, el
congreso y sus diputados no se equivocan, ayer lo demostraron, y actuaron en pro de la legalidad y la justicia. Aunque no sé si voy bien como
periolisto, o mejor me regreso y me vuelvo político.