Mario Llergo se salió con la suya... pensamientos en voz alta...
¡No pos guuaaaoo!
Al fin se impuso la cordura, la sensatez,
y se hizo justicia, más allá de los caprichos de un gobierno demasiado arrecho
y mediocre.
Los diputados, empezando por la
diputada Neydita García y terminando con Alipio Ovando, son simples changos que
bailan al escuchar la moneda en el vaso. Son los minions del villano gobierno.
No tienen tantita ética, mucho
menos tantita vergüenza, no usan táctica porque no conocen de ellas, solo
actúan a cómo pueden y a cómo entienden. Más o menos buenos para obedecer, y
por lo mismo manipulables.
Ellos solo saben cobrar, gastar a
manos llenas, y se dejan llevar por una vida política de privilegios y de
reconocimientos a su entreguismo desmedido y fanático.
Por lo mismo, es más que obvio
que la bancada del PRD es un tentáculo del gobierno estatal, una extremidad que
no piensa, ni falta hace, que ignora todo, que lo mejor para ellos es estar
enterados de lo que les conviene, de lo que está al alcance de su entendimiento.
Por si fuera poco, el día de hoy
volvieron a mostrar el cobre, con un diputado local como Alipio Ovando Magaña
quien fungió como presidente de la mesa directiva del congreso del estado, y
quien además mostró que a leer nunca aprendió.
Pero más allá de lo que ya es
normal observar en el circo del congreso, está el triunfo de Mario Llergo
Latournerie sobre la estupidez y el capricho de un gobierno ofensivo y opresor,
que solo busca saciar su gula y salvaguardar a como sea posible su poder.
Ahora, creo es momento que el gobernador reconozca que no tiene las personas capacitadas, ni mucho menos a la altura de lo que él pide o exige, sus consejeros, sus abogados, sus aliados están jodidos. Lo peor es que cobran altos salarios sin tener talento alguno, pues ni a Tabasco, mucho menos a él le dan resultados, es decir no sirven ni para hacer el bien, ni para hacer el mal. Ni para nada.
Ahora, creo es momento que el gobernador reconozca que no tiene las personas capacitadas, ni mucho menos a la altura de lo que él pide o exige, sus consejeros, sus abogados, sus aliados están jodidos. Lo peor es que cobran altos salarios sin tener talento alguno, pues ni a Tabasco, mucho menos a él le dan resultados, es decir no sirven ni para hacer el bien, ni para hacer el mal. Ni para nada.
Y si usted amable y aguantador
lector y lectora observó a detalle, el triunfo de Mario Llergo fue compartido
por todos los tabasqueños, perredistas, priistas, morenistas, chayotistas, y
demás. Fue una victoria compartida, y creo desde ese punto, debería poner a
pensar aún más a quienes están cerca de mi abuelito Arturo y a mi propio
abuelito Arturo, pues la sociedad hace patente su descontento en contra de la
canallada que orquestaron y estuvo a favor de lo que podemos llamar lo
correcto.
Pero entorno a la llegada de
Mayito al congreso del estado y a su salida como diputado, no solo el gobierno
del estado quedó nuevamente mal, sino también el PRI, más concretamente Erubiel
Alonso Que. Quien argumentando estupideces decidió no ir a dónde tenía el
compromiso moral asistir.
Sin embargo decidió soslayar dicha
toma de protesta, mostrando a todos con su postura, que estaba a favor del
gobierno Núñista, más que de la verdad, o ya por lo menos de lo correctamente
bien. Pero está visto que Erubiel Alonso, anda “chaqueteando” de nuevo, y con
su inasistencia quedando bien con quien debía quedar bien, con su patrón Raúl Ojeda Zubieta.
Ahora en los pocos meses que quedan, veremos a Mario Llergo
que podrá hacer poco en cuestiones legislativa, pues los tiempos están encima,
sin embargo lo valioso, lo importante, lo honroso, ya lo ha hecho, y sucumbió a un gobierno nefasto, que agacho
cabeza y tuvo que recular como desde hace mucho no lo hacía.
Hoy se impuso la verdad, hoy se impuso la sensatez, en un
estado en donde las sorpresas, las buenas nuevas dejaron de existir desde que
llegó el gobierno del cambio. Un arcoíris en medio de la tormenta, y un Mario
Llergo agigantado, con una imagen que ha trascendido límites y se perfila a ser
una roquita en el zapato de los dueños y explotadores del estado. Aunque a lo
mejor me estoy adelantando mucho. Más no sé si voy bien o me regreso.