Lo que los chayoteros callamos... A vuelo de pájaro

Román Jiménez

A lo mejor a algunos ya se les olvidó, y otros se hacen tontos, cosa que siendo sinceros no cuesta trabajo ni hacerse el tonto, mucho menos hacerse el olvidadizo, pero luego que le dieron la alta encomienda a mi compadre Humberto Mayans Canabal de ser el nuevo zar de la Frontera Sur al ser nombrado como el nuevo titular de la coordinación para atención de los migrantes dichas delimitaciones, a más de uno se nos vino a la mente mi compadre y guía moral Andrés Granier Melo, ex gobernador del estado de Tabasco.

Pero hagamos un poquitito de memoria, en aquella época en que parecía florecía el priísmo tabasqueño, entre el  2007 y 2012,  siendo gobernador del estado Andrés Rafael Garnier, perdón Granier, tenía dicho ex gobernador, un secretario de gobierno, que buscaba desde la secretaría el gobierno del estado de Tabasco, su nombre Humberto Mayans Canabal, quien después del golpe a Granier, decidió irse por una senaduría, entre fructuosos pactos, y amarres federales y estatales, dejando solo a su compadre del alma, con la bronca monumental del desvio de recursos y otras tantas penalidades más.

Debemos recordar que cuando Humberto Mayans fungió como titular de la secretaría del gobierno del estado, existieron medios que decían que era él quien estaba detrás de mi hermano Granier, es más hasta los periodicazos que arremetían contra algunos suspirantes priistas decían venía ordenado desde la mismita secretaria. Sin embargo a la hora de pasar factura, todos, de una manera milagrosa, se olvidaron de él, y tal parece a nivel federal igual como que se les tiró a olvidar ese detallito tan insignificante.

Pero hoy viéndolo todo con ecuanimidad, envestido en su nuevo cargo, dando la cara a los medios nacionales sin ningún empacho, se me vino a la mente esos días que pocos recuerdan, y que hacen pensar con mucha severidad y seriedad el tema de la política, el gobierno, el poder, la amistad, todo un mundo de espejismos, todo un completo juego de megalómanos, de manipulación, de extorción, de alevosía, de ignominias, mientras los jodidos, jodidos seguimos viendo esté desfile “canabalesco” o carnavalesco.

Esto nos vuelve a mostrar una realidad, que incomoda y lacera, por eso a veces los jodidos igual quieren ser cabrones y lo son, pero lo hacen muchas veces a lo bronco, es decir hacen sus atracos a como vienen, pues no fueron a escuelas, no estudiaron en flamantes universidades, para robar con maestría, con nivel superior.

Por lo pronto, en Tabasco, en algunos sectores del PRI celebran lo que ha ocurrido con Mayans, “ya era hora" dicen gozosos, “una excelente noticia para Tabasco”, “un gran ejemplo para Tabasco”, “seguimos los priistas tabasqueños demostrando que somos esenciales en la política” e infinidad de sandeces más que rayan en una adoración a lo amoral, a la trampa, a la traición.

Y sí. Esto que hoy sucedió, tiene moraleja, quizá para quien mejor le convenga.

Primera, que como pueblos, como profesionistas, debemos empezar a hacer algo para que esto cambie, que debemos empezar a unificarnos, a incluirnos e inmiscuirnos a la política en lo que refiere a nuestros gobiernos, exigir, no pedir, exigir una y mil veces beneficios y menos politiquerías a quienes todavía siguen creyéndose dueños de las alcaldías y demás puesto de elección. Que esto nos sirva para abrir los ojos, y hacer algo, pues cuando los que trabajan honestamente están fregados y los que en base a la infamia siguen progresando, entonces quiere decir se están haciendo mal las cosas, que no hay intuición, mucho menos gobernantes humanistas,  sensibles, y que hay que tomar nuestra responsabilidad como sociedad, como ciudadanos por nuestra propia cuenta.

Segunda, que los políticos hoy saben, que si quieren hacer algo en algún partido deben ser todo lo contrario a lo que predican, pero hacerlo de tal manera que no se note, y que cuando lo noten sea demasiado tarde para revertir las cosas.

De tal manera felicidades Humberto Mayans, felicidades al gobierno federal, felicidades al gobernador Arturo Núñez, felicidades a los partidos políticos, a quienes reconocemos que siguen ganando. Y nosotros los del pueblo seguimos siendo buenos perdedores, por no decir otra cosa. Pero no sé si voy bien o me regreso.

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