PRESIDENCIA DEMOCRÁTICA
Los artículos 83 y 87
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establecen que el
Presidente de la República entrará en funciones, el 1 de diciembre y durará en
su encargo seis años, además se consigna el hecho, de que deberá tomar protesta
ante el Congreso de la Unión. En consecuencia, todo se encuentra listo para que
Enrique Peña Nieto, el próximo sábado asuma la Presidencia de la República.
Los falsos profetas
que vaticinaron el fin del PRI en el año 2000, serán testigos de su regreso a
los Pinos. Muchos politólogos e intelectuales de izquierda y de derecha ven
hecho añicos sus predicciones de desintegración del PRI. Entre muchas hipótesis
vertidas, se dijo que la Presidencia de la República era la fuente de vida del
PRI. Qué sin los recursos humanos, materiales y el dinero del gobierno federal,
el PRI estaba condenado a desaparecer. El PRI había nacido en las entrañas del
poder presidencial – se dijo – y sin él su muerte era segura.
El PRI pasará de ser
un partido en la oposición durante doce años, a ser un partido en el Gobierno
de México. En Tabasco a la inversa, será un partido en la oposición, como
también lo será por primera vez en los municipios de Tacotalpa y Centro.
Ante un país distinto,
con una sociedad más informada, reclamante, inconforme, ávida de respuestas,
con una mayor y mejor legislación en todos los rubros, en un sistema de
partidos competitivos, con un legado de muerte y quebranto social y económico, con
grandes retos que superar, el ejercicio gubernamental federal tendrá que
adecuarse a estas realidades.
Durante la campaña
política-electoral, ante intelectuales, académicos y profesionistas, Enrique
Peña Nieto delineó en 10 propuestas el ejercicio de una Presidencia
Democrática. Libertad de Manifestación; Libertad de Expresión; Relación Democrática
con los Medios de Comunicación; Respeto a los Derechos Humanos; Libertad
Religiosa; Contra la Discriminación; Fortaleza de la División de Poderes;
Elecciones Libres; Transparencia y Rendición de Cuentas y por un Federalismo
más democrático.
El presidente electo,
se comprometió a proteger y fomentar el derecho de los mexicanos a manifestarse
en todos los espacios públicos. Señaló que las criticas al Presidente serán
escuchadas y tomadas en cuenta y se pronunció en contra de la violencia hacia
los representantes de la prensa. Afirmó impulsar una reforma constitucional
para crear una instancia ciudadana y autónoma que supervise que la contratación
de publicidad de todos los niveles de gobierno en medios de comunicación se
lleve a cabo bajo el principio de utilidad pública.
Ante las reiteradas
denuncias sobre la violación de los derechos humanos por parte de las fuerzas
que combaten el crimen organizado, Peña Nieto se comprometió no sólo a
respetarlos, sino a promover reformas constitucionales dirigidas a crear
protocolos en la actuación de las fuerzas armadas y las policías de todo el
país.
Se pronunció por un
gobierno laico, respetuoso de la libertad de creencias y a terminar con todo
vestigio de discriminación, fomentando una cultura de respeto e inclusión en la
vida social y productiva de todas las minorías, comprometiéndose a darle a los
migrantes un trato como el que se exige para los mexicanos.
El político mexiquense,
afirmó entablar un diálogo permanente con los liderazgos de todas las
fracciones parlamentarias para que las grandes reformas se den con los mayores
consensos. Se declaró respetuoso del Poder Judicial y abierto a escuchar las
posiciones de las fuerzas políticas antes de enviar al Poder Legislativo las
propuestas de nombramientos de los ministros de la Suprema Corte e integrantes
de los órganos autónomos.
Quién habrá de rendir
protesta el día sábado 1 de diciembre, agregó a su decálogo, el promover
iniciativas de reforma para erradicar definitivamente el uso electoral de los
programas sociales en los tres niveles de gobierno y en congruencia, a no
intervenir en los procesos electorales.
Propuso la creación de
la Comisión Nacional Anticorrupción, como una instancia autónoma, con capacidad
de actuación en los tres niveles de gobierno. El titular de la Comisión deberá
ser aprobado por mayoría calificada en el Senado de la República. Remató dicha
propuesta, apuntando que seleccionará un equipo de trabajo capaz, con
experiencia y honestidad, no por sus relaciones familiares o de amistad,
quienes harán público sus declaraciones patrimoniales junto a la del
Presidente.
Para cerrar sus 10
propuestas para constituir una presidencia democrática, planteó la necesidad de
rediseñar la relación del gobierno federal con los gobiernos de los estados y
municipios del país, apoyando con vigor sus acciones y promoviendo una cultura
de responsabilidad, transparencia y rendición de cuentas en el uso de los
recursos públicos. Para ello, impulsará reformas constitucionales en materia de
transparencia y homologación contable en los estados y municipios.
Fortaleciendo la autonomía legal y política de los órganos de fiscalización
locales.
Los priístas del país
inauguramos una nueva época en el gobierno. El pasado es lección para no
cometer errores y actuaciones equivocadas. La experiencia y la inteligencia
serán herramientas privilegiadas para abrirse paso ante los nuevos desafíos.
Retomar los principios y causas sociales olvidadas que nos dieron origen y
fortaleza será garantía para la conducción de la República. El Presidencialismo
debe extinguirse y darle paso a una Presidencia Democrática.