CAPULINAZO EN REYES HERNÁNDEZ SEGUNDA


Lic. Román Jiménez García 


Ante la inventiva de este neologismo que dispusimos como título en nuestra nota, el cual es más que necesario, debemos entrar al debate que se ha vuelto Reyes Hernández, un tema, que es obligatorio tratar de una manera justa, plural y rayando en la objetividad, para intentar acercarse, en algo, a la verdad que guardan los sucesos entorno a este problema, que insisto debe ser abordado desde una perspectiva amplia, y no desde un sesgo partidista.

Ayer (viernes 22 del presente mes) caminé entre la devastada y  destruida Reyes Hernández segunda, en donde no existe resquicio sin polvo, en donde la infamia de las autoridades y la indiferencia de la propia gente, anidó y dejó secuelas.

Ruinas que han quedado como vestigios de la aparente corrupción, de la deslumbrante política “moderna”, y de la condescendencia de unos habitantes que a 2 años de este grotesco suceso, siguen esperando, esperanzados, enfermos, unos de asma, otros de aparente sarna debido al exceso del polverío.

Los vehículos pasan en caravanas, eluden los huecos, y se escuchan de vez en vez el crujir de los muelles y amortiguadores, a veces intentan salvar uno de los cráteres, para venir a caer en otro peor. Los camiones de pasaje, hacen todavía imposible la visión, humo blanco y humo negro, que a la distancia se pierden, se mezclan y ensucian o como decimos popularmente lo “devanan” todo, incluido, los rayos del sol, que al tocar tierra en este lado del mundo acaban hechos polvo.

De las puertas que tocamos, solo 7 ciudadanos nos dieron su punto de vista, los otros decidieron encerrarse y tirar, algunos, la piedra: “en todos los medios han salido, y no han hecho nada, qué de diferencia tienen ustedes”, manifiesta una señora, que con el niño en brazos se cierra en su casa.

“Aquí nos prometieron componer la carretera, vinieron a nuestra casa, junto con un poco de gente, y mire, incluso Javier May, que dijo que en enero empezaría a componer esto, se está echando para atrás y que ahora hasta febrero”. Menciona un habitante con quien logramos hablar, pues no quiso ser entrevistado.

Quienes gestionaron la obra fueron Héctor Peralta Grappin junto con, en el aquel entonces diputado local, Mario Córdova, en el caso de Héctor Peralta, el “Toro”, menciona que dicho trabajo será terminado, y que es responsabilidad de la constructora el terminarla, y que el dinero para tales fines, ya está etiquetado.

Mientras Javier May lanza peroratas incendiarias, defendiendo al pueblo, a la gente jodida, que jodida sigue y seguirá, pero  en la oportunidad que brinda la oscuridad de la noche, deja ver su verdadero interés, y sin congoja alguna, mandó a levantar los camiones de la compañía que intentaba seguir con la bochornosa obra. El fin del actual alcalde, es que la obra se alargue, y seguir mermando la imagen del pasado presidente municipal, el cual se ha vuelto su fetiche.

“Supuestamente iban a meter drenaje y solo metieron drenaje hasta la altura de la escuela, y Reyes Hernández segunda quedó solo con unos enormes huecos, que taparon porque cuando llovía todos nos íbamos al agua, y aún si usted viene en tiempo de lluvia va a ver cómo nos vamos al agua, y en la escuela es peor, allá sale toda el agua podrida”.   Mencionó una madre de familia que tiraba agua afuera de su hogar para pailar un poco el excesivo polvo que se levanta con el pasar de los vehículos.

Como se puede apreciar. Las cosas no han salido bien para los habitantes de Reyes Hernández, han sido entrampados en el izquierdismo santón y ortodoxo, y el izquierdismo “moderno” y “redentor”, ambos muy bien representados, en figuras protagónicas de la política local.

Sin embargo quien busca ponerle las banderillas al toro es Javier May, su razón principal, va más allá de la posible corrupción, de la lentitud y mala planeación de una obra como la de Reyes Hernández, Javito quiere algo más, su posición va entorno al proyecto que representa junto con AMLO, y al poder mediático que este problema acarrea.

Por lo mismo, lo que debía arreglarse, o empezar a arreglarse en enero, se hará hasta febrero, y si se puede hasta marzo, o simplemente empeñarse a que sea cuando el destino quiera, mientras la gente dividida entre perredistas y morenistas, siguen echando culpa al pasado y al presente, el cual es el de siempre, en donde los políticos, los que ostentan un puesto de elección siguen enriqueciéndose, y dejando en la miseria a los fanáticos, a los ciudadanos, a los leales, a los que defienden sus partidos políticos, como si defendieran a su dios, en este caso un dios de polvo.

“La gente también que es bruta, imagínese, yo se los decía hay que cerrar la carretera en los días de proselitismo, en los días de campaña, cuando estaban las elecciones, pero nuestros líderes vienen a hacer un paro, el día después de terminada la elección, y ahorita unos dicen que es culpa del Toro, y otros que no, que Javier May, debe darle continuidad a la obra, pues ya el dinero está para eso”.

Hoy Reyes Hernández segunda, está en una paupérrima situación, en donde nadie quiere hacerse cargo, y el que debiera, con total insolencia empieza a dar dos pasitos hacia atrás, esperando que la bomba explote, y dañe con sus esquirlas al hoy diputado federal del tercer distrito, absurdo proceder, digno de un terrorista.

“Yo creo que la gente no salía a tomar de nuevo la carretera, porque no se sabía quién iba a ganar, además que a muchos dieron vales para cobrar después de la elección, y según así va a hacer, pues ya Javier May dio la orden, que a partir de Marzo empecemos a pasar por el préstamo o la despensa que nos prometieron”. Dijo un honesto hombre que sale y entra con una cubeta en la mano bañando la carretera, que sigue espolvoreando en el ambiente la infamia de la política y sus artesanos.

Reyes Hernández segunda debe ser para esas nuevas generaciones, para esos fanáticos de la política, para Comalcalco, y ni se diga Tabasco, un ejemplo a no seguir. Y también debe ser una invitación a ser un poco más honestos y responsables como ciudadanos, con nosotros mismos, a reconciliarnos, y dejar de construir ídolos y héroes que hoy se nombran políticos, estadistas, casi santos que en tiempo de elección bajan como divinidades a darse baños de pueblo, pero que al fin, al conquistar algún puesto electorero, su conducta cambia, y se vuelven groseros, dementes, locos, y completamente deshumanizados, insensibles a los problemas de la sociedad.

El tema Reyes Hernández está completamente politizado, y los platos rotos lo siguen pagando los habitantes de esta comunidad, que en general, empiezan a acostumbrarse a salir en las mañanas, en las tardes y en las noches, con sus baldes de agua para mojar la tierra, el polvo, como quien regara la semilla fértil de un mejor presente. Lo peor es eso, acostumbrarse, el buscar confort en la vida, y en la ignominia que les ha tocado vivir, mientras Grappin y May, en sus vehículos enclimados, así les tocó vivir en la vida, mientras ellos en sus palacios, haciendo sus tres comidas, gozando del poder, a lo cual dirá uno que otro religioso, así quiso Dios fuera, contando el billete, haciendo política, trazando escenarios, y artimañas, y creyendo que son la quinta maravilla del mundo, que antes de ellos y después de ellos, no existe más.


Si usted amable lectora y lector, ha seguido leyendo lo que he escrito en estos tufos de periolisto, me resta solo decir que por justicia, debemos salir adelante con nuestros propios recursos, que por justicia debemos ser nosotros mismos quienes hagamos que esta mugre cambie para mejor, que por justicia y por lealtad y congruencia por aquellos que dieron su vida, y pelearon a su manera por su libertad y por su idea o por una idea, imaginamos global, de un mundo más noble, debemos hacer algo más, que mirar como nuestro hermoso estado se derrumba a pedazos, el primer paso, pienso luego existo, deberá ser el dejar el fanatismo, el dejar de creer que la política es la única salida a este apocalipsis que vivimos.

Esta notita que usted lee, no termina aquí, continúa y podrá leer la continuación en el periódico EL HIJO DEL CHOMPIPE, del día jueves 28 del presente mes.

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