ALITO MORENO TOMA DE PROTESTA COMO PRESIDENTE DEL CEN DEL PRI Y ALLÁ ANDABA CHINCHUNCHAO
Este Domingo 18 Alejandro Moreno asumió la presidencia del
Comité Ejecutivo Nacional del PRI para el periodo 2019-2023, junto con Carolina
Viggiano quien asume la secretaría general del partido.
Luego de la toma de protesta de rigor, Alito Moreno tomó la
palabra investido como Presidente del CEN del PRI y ante los presentes,
manifestó que el partido no puede asumir costos de quienes tomaron malas
decisiones, y con prontitud, hizo un llamado a la fortaleza de la unidad.
Pero Alito fue más allá e hizo un llamado a quienes
abandonaron el partido. “Que regresen al partido, en el PRI cabemos todos los
que amamos a México y buscamos regresar al poder para trabajar por un mejor
país”, y sentenció, con seguridad y enjundia que no se harán más alianzas con
otros institutos políticos que no beneficien al PRI “porque las recetas del
pasado ya no son útiles”.
Así el llamado, la sentencia y el compromiso del nuevo
presidente del CEN del PRI, quien aseveró, desde ahora, inicia una nueva etapa
donde la militancia será reconocida.
Luego de sus demoledoras palabras, Alejandro Moreno se
entregó a los brazos de los priistas, quienes se mostraron jubilosos y
satisfechos, y le recibieron con porras de “¡presidente!”, “¡presidente”, y así con el mismo énfasis, le despidieron.
Uno de los que más se desgañitó gritando, y al que incluso
Alito Moreno se refirió, a un grito, como Chinchunchao, no sabemos, si riéndose
con él o riéndose de él, fue precisamente a Jaime Hernández Córdova, quien a
brazo abierto, entre el amontonamiento de sonidos, le externó su compromiso e
igual le extendió las felicitaciones por el rotundo triunfo del pasado 11 del
presente mes.
¡Coño de nuevo Jaime! Y con esta expresión, el cual es
sorrajado por este campesino que escribe, como un mero acto reflejo, que puede
ser de asombro, de buena vibra o de encabronamiento, dependiendo como usted lo
sienta amable lector, podríamos tomar un vertiente diferente en esta nota, e
inmiscuirnos a hablar de Chinchunchao y su tino a la hora de definirse por un
proyecto en el cambio de dirigencia nacional e incluso tocar el tema de los
resultados que Hernández Córdova obtuvo a la hora de la hora, en cuanto a su
operatividad, y lo que arrojaron las cifras en lo que respecta a su trabajo.
Podríamos también, acusarle de necio, de obstinado, de
terco, de arrecho, y no sería pecado, ni cometeríamos un error al mencionar,
que a pesar de todo, que muy a pesar de sus constantes tropiezos y auto
complots, se sobrepone Jaime, no sólo a quien intenta trompicarle, sino también
a él mismo, y quizá a su propio destino.
Verle feliz como una lombriz, tomándose foto con fulano y
perengano, riendo con esa sonrisa picaresca que ha forjado a través de la vida
y la sagacidad, la cual, incluso, puede causar pesares, miedo y en otros
sectores empatía, reflejan a un Chinchunchao que empieza a disfrutar del
momento, de la política, de ese enmarañamiento en el que por momentos se ha
convertido el PRI a nivel nacional, estatal, y municipal.
¿Cómo detener a ese diablillo? Si se le ve despreocupado y
engrandecido ante la crítica, ante el qué dirán, ante lo que pudiera venir o
no.
¡Allá anda Jaime Hernández en la Toma de Protesta de Alito y
Caro! Y habrá quien comente que está loquísimo, que ese diantre se cayó una
docena de veces de la hamaca cuando era chiquito, que ya se sabe el camino, que
ya es como una garrapata en la cola, etcétera. Pero ahí sigue, y pareciera ahí
seguirá, ahora parafraseando un tanto a Alito Moreno como iniciador de una
nueva etapa donde la militancia será reconocida.
Y hablando de esto último Alejandro Moreno, en su punto
culmen, a la hora de su discurso, aseguró como quien sabe lo que hacen, que con
su llegada, inicia una nueva etapa donde la militancia será reconocida, “esa
militancia que hizo de nuestra elección como una de las más concurridas en la
historia de cualquier partido político del país”.
En el evento, cabe mencionar, se vio llegar a Gina Trujillo,
esa que intentó recuperar la grandeza tabasqueña del estado, y que desde
entonces ha perdido entre tantas cosas a José Narro, e incluso a ciertos
aliados, y aunque la consulta a las bases puede ser la jubilación para muchos
políticos en el partido, tal parece Trujillo Zentella no se doblega, y sigue
queriendo hacer realidad su sueño.
En estos momentos todos son prescindibles en el PRI, pero
ante el compromiso democrático de Alito, ante la promesa democrática, que puede
cumplirse o deformarse, bien cabría preguntarnos, ante tales dimensiones,
¿quién trascenderá?, ¿quién pasará a la historia? Veremos si con Alejandro
Moreno el PRI renace o termina siendo una pieza de museo. AUNQUE NO SÉ SI VOY BIEN O ME REGRESO.