CASI SE VIENE A BAJO EL PRI EN COMALCALCO… YA LE DIERON LUZ VERDE AL TAPADO
Mientras unos andan cuidándose del
qué dirán, buscando estrategias, amarres en lo oscurito, y que el tiempo sea
soleado, viene Chaguito Quevedo y sin preocupación alguna, con la seriedad que
le caracteriza, sin ruborizarse que se mete en la pela por la alcaldía de
Comalcalco. Y ante el asombro de todos solicita
de manera tajante y a voz alzada para que todos los escucharan, los documentos
y la solicitud de los requisitos para la candidatura a la alcaldía de
Comalcalco por el PRI. Rápidamente lo secundaron y fue atendido en tiempo y
forma y se le fue entregado el documento.
Así como usted lo “oyide”, que
más bien lo “leye”, Santiago Quevedo viudo de Rodríguez y ahora de apellido
Hernández, está metido y alza la mano en busca de la candidatura a la alcancía
de Comalcalco, según nos informa su gente cercana, el número uno a nivel
nacional, le dijo: “anda Chago inscríbete que tú eres el tercero que tanto pide
la gente”.
Y con la venía del señor, y con
ayuda de Jaimito Hernández pues le prestó uno de sus vehículos para que Quevedo
fuera al PRI, pues Jaime Chin Chun Chao, no es envidioso y sabe declinar e institucionalizarse
cuando no le toca, decidió apoyar al tal Quevedo, quien manifestó ante el único
miedo digo medio que había o rondaba el lugar que “en su proyecto tienen cabida
todos”.
Y agregó “yo no vengo a dividir
el partido, yo no vengo a polarizar, ni vengo
con la intención que la mayoría tiene, de socavar este gran instituto
político, yo vengo como puedo, y como puedo vengo, es decir no ando jugando,
aquí estoy ejerciendo mis derechos como militante, aquí estoy dando la cara y
abonando a la democracia de mi partido, aquí estoy Erubiel, Alexander, aquí
estoy PRI, vivo, existo, suspiro, aspiro y subsisto, quién sabe cómo pero
subsisto, gracias a todos”, manifestó Quevedo ante la concurrencia de 3
personas que fuimos invitados como testigos de honor.
Cabe hacer mención que al ser cuestionado
sobre si su búsqueda por la alcancía no era una estrategia para no dejar pasar
a Manuel Grabiur, “manifiestó”: “Mire señor periolisto, aquí cada quien se
rasca como puede, eso es una mentira que siempre dicen los que buscan dañar
amistades y al partido, ya que le temen a la unidad, pues no se vale que
inventen calumnias solo porque yo hablo, casi viva, desayuno, almuerzo y ceno
en casa del ingeniero Jaime, si yo veo a Jaime es cada 2 horas y hablamos de
todo y más de política, pero eso no quiere decir que venga bajo su anuencia,
vengo sí porque estoy cansado de ver que quienes hoy quieren llegar están
haciendo pedazos un partido como el PRD, digo PRI, y por eso vengo”.
Y pues ahí esta señoras y
señores, en último momento Shago Quevedo se mete a la pelea, esto obviamente
según dicen estrategia de Erubiel para darle una mayor seriedad a este proceso
que ya se volvió una total tomadera de pelo, una total (que no sé si exista la
palabra) sino ya trajimos al mundo un nuevo neologismo: una total “suripantes”,
un total show, en donde los que seguimos perdiendo somos los extremistas
izquierdas y extremistas derechas.
Mientras en la vida que también
es real, el tiempo sigue su marcha implacable, quitado de la Peña, quise decir
pena, con días que parecen azotes para almas atormentadas, pero que son
alicientes de bienestar para almas iluminadas, agradecidas, sencillas.
Hoy en esta intención que lleva
Quevedo, bien o mal deja a la intemperie algo cierto, más allá de cómo el
lector o lectora tome esta acción de Chago, este su servidor la ve como una
gran sátira, de una realidad, en un proceso que sigue siendo engañoso, que
sigue dejando mucho que desear, que sigue estando distante de lo que pide la
gente y que conforme pasan los días va perdiendo seriedad, y los dimes y
diretes entre rivales del mismo partido van tornándose grotescos, mediocres, absurdos.
Lo peor es que ellos no lo ven
así, los supuestos estadistas de hoy en la Perla de la Chontalpa, ven la
política y el proceso interno como la oportunidad (como si de un concurso se
tratase) para ver quién de ellos es el más valiente, el más grosero, el más
despiadado, el más deshonesto, el más ruin, e indudablemente esos adjetivos que
sembraron son los que van a cosechar en medio de una vida que sigue, que no se
detiene y que lleva entre sus oleadas cantos que asemejan ruiseñores, pero que
realmente son las nuevas generaciones que empiezan a sepultarlos sin que ellos
se den cuenta… Seguiremos Informando.