ARTURO NÚÑEZ ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO



Entre la maleza tabasqueña se escucha, un tanto ya a voz alzada que Adán será el ganador de esta contienda electoral a llevarse a cabo el primero de julio, y que incluso amarró tan bien, que uno de sus padrinos para el triunfo definitorio, completo y abrumador de MORENA en Tabasco es el gobernador del estado Arturo Núñez Jiménez.


Y quizá haya algo de razón, pues los coqueteos entre uno y otro han dado mucho de qué hablar entre los politólogos, entre las diversas corrientes, y entre interminables análisis de los eruditos. 


Lo que exhibe Adancito es una condescendencia con el gobernador, es un amorío que cumple la función de sorrajar un golpe político a las intenciones de todo aquel candidato que busque la venía de Núñez Jiménez.

Hasta en eso busca aventajar Adán Augusto, mientras que don Arturo Núñez hace lo propio, y entre el parloteo de las campañas, pareciera le corresponde con un apoyo moral, que para muchos, no es más, que el pago de factura por parte del gobernador a Andrés Manuel.


Lo cierto, en todo este cachondeo, es que  Arturo Núñez, está tomando una postura neutral, se quiere vestir de demócrata, y eso puede en un momento dado favorecer más a un lado que a otro, más, sin lugar a dudas es un acto que en mucho beneficia al pueblo y a la misma elección, pero que puede ser contraproducente para el propio mandatario tabasqueño.


Es decir, qué tanto le conviene al gobernador el realizar esta proeza tan arriesgada, y al hablar de riesgo, me refiero  a lo contraproducente que es este tipo de sentimentalismos, pues en automático el gobernador se vulnerabiliza ante un destino que puede ser no muy a su favor. ¿Qué tanto le es conveniente dejar en las manos del santísimo este proceso, en donde, en apariencias, nada le garantiza ser respaldado y protegido?


Creemos, que más allá de existir un dilema, lo que tenemos es un gobernador que a meses de que finalice su sexenio, se ha vuelto un tanto conciliador, quizá por la edad, quizá por estrategia, pero se conduce con una política amable y decentona, y tal parece, busca no quedar mal ni con el bueno, ni con el malo.


Este proceder, ésta condescendencia lleva al gobernador Núñez Jiménez a transitar entre un priismo que le guiñe un ojito y que lo llama con el dedido, y entre un PRD que aunque le mueve la cola en señal de amistad, gruñe medio encabronado e indeciso, mientras esa deslumbrante MORENA del deseo que ha enamorado al  más quisquilloso de los políticos, y los ha puesto a sus pies, se le zarandea enfrente provocativa y promiscua. Ni omitir a ese PVEM que come de mano del gobernador y que de tan verde, ya se echó a perder.


Entre esas fronteras el espíritu del gobernador se placea como si estuviera en su casa. Sin embargo el golpe más fuerte, tenemos que entenderlo, así ha sido, es para el PRD. Un PRD que allá adentro, entre los municipios, no entiende, no agarra la onda del por qué Arturo Núñez está tan distante y tan solemne.


La esperanza del PRD allá adentro, la esperanza de Gaudiano, es que al final el gobernador Arturo Núñez deje esa embestidura de monje budista, de emisario de la paz, y haga lo conducente ante una elección, que incluso su misma gente, empieza a definir a favor de Morena.


No se nos olvide, que lo mismo hizo en su momento Granier, y acabó casi infartado y casi en la cárcel, con un pie en el hospital y el otro en una fría prisión, pero claro, Arturo Núñez no es Andrés Granier, y por lo mismo sabemos, o intuimos, el gobernador, sabe que para salir sino ileso, sí un poco más tranquilo, deberá estar bien no sólo con el cielo, también con los del infierno.


A pesar de todos los pesares, este día en el Centro de Convenciones, el gobernador tomó la palabra, y entre cientos de miradas que le acuchillaban, manifestó sin rubor alguno que todos juntos van a llevar a la Presidencia de la República a Ricardo Anaya, pues con dicho candidato México va a salir adelante.


Los aplausos fueron efusivos, alargados, constantes, y las porras, los gritos, los enardecidos vítores por momento ensordecían y trastabillaban al mismo pensamiento. Pero en pequeños espasmos de lucidez, la duda volvía y ante lo que veían los ojos, brotaba de los labios, como quien pega un suspiro, ese titubeo que tiene en ascuas al PRD: ¿será tú? ¿Será que lo que dice Arturo es cierto?


Por lo pronto. Lo cierto es que en el PRD se espera, existe la esperanza de que San Arturo, el Santo Milagroso que dejó "barao" a Pepe Toño, y sacó del pailón a Gaudiano, haga una de esas jugadas maestras que reviertan esta campaña que empieza a oler a carne descompuesta.


Queda el debate abierto, queda sin final la historia, la verdad, se habrá de saber el primero de julio. Pero eso sí, hasta el sol de hoy, pareciera todo un hecho que Arturo Núñez le juega a ganar, no a perder, por lo mismo se volvió en el chile de todos los moles. Aunque no sé si voy bien o me regreso.








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