SECUESTRAN A MI AMIGO EL DOCTOR DE CUNDUACÁN, PENSAMIENTOS EN VOZ ALTA

El día de ayer secuestraron a un amigo muy cercano, excelente persona, doctor de profesión, con quien compartí junto con muchos amigos, horas y horas de charlas, de largas charangas de futbol, además de ser un compañero de estudio.

Hace poco lo encontré, horas antes de platicar con algunos directivos de equipos de futbol, de la unidad deportiva, a quienes entrevisté debido a la cerrazón y agandalle del hoy alcalde May, sobre sus instalaciones. Nuestra plática fue gratificante como siempre, y hablamos de muchas cosas poco trascendentales.

Según la información fue sacado a golpes de su consultorio en el ejido la Chonita, en Cunduacán por un grupo armado, y aunque la autoridad realizó un operativo, no pudieron dar con la camioneta Cherokee de color negro, con placas 739XE, pertenecientes al Estado de México.

El nombre de mi amigo y hermano, es Ernesto García Alonso como ya expuse médico de profesión, una persona que viene abriéndose paso en la vida, que ha salido adelante en base a su esfuerzo y sacrificio. 

Esperamos las autoridades, por fin den una, esperamos las autoridades hagan algo, esperamos la paz, y que esto acabe lo mejor posible… que lo correcto, y lo lógico, debería ser, pedir respeto a los delincuentes por la vida del amigo, suplicarles a sus captores sean condescendientes con una persona, con un ser humano, que se ha dedicado a hacer el bien, que es honorable, y que su riqueza más grande la posee en sus buenas intenciones y en su disposición en ayudar a quien se pueda.

Quizá alguien piense de manera razonable, que esos diablos que hoy tienen al amigo amagado, no leen a este escribidor de cuarta y tercera generación, sin embargo no importa, la lucha no es trampa, más vale hacer algo, aunque sea para lidiar con esta impotencia de no poder hacer nada.

Concluyo…  
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Mientras en Tabasco seguimos estúpidamente en el debate de qué partido es mejor y cuál el peor, en el día a día perecemos a manos de la delincuencia, a manos de los malos gobiernos y sus secuaces y somos despojados de esta tierra, a donde nunca llegó a fincarse y echar raíces el progreso.

Secuestros, ejecuciones, que sin ver las cifras, con el puro sentir de la ciudadanía, podemos decir han ido en aumento, pero justo en este mes lo cruento salpica el subconsciente de cualquier fanático de la política, e incluso al posible alucine, de los optimistas.

Solo el rumor de voces temerosas, llevan a escondidas el reclamo generalizado, la charla entre familia, entre amigos, entre vecinos, redundan sobre lo mismo, la desgracia, el secuestro, la barbarie, el pan nuestro de cada día.

Los delincuentes más grandes los tenemos en el poder, y ya lo sabemos, sin embargo nos hacemos de la vista gorda, porque creemos, que será responsabilidad de otros el pedirles cuentas, el ajusticiarles, el señalarles, o en su caso porque “todos son iguales, y llegan a lo mismo”. Nos volvemos meros espectadores, no queremos meternos en problemas, creemos que del fango podremos salir de a muertitos, y no es así, en estos momentos, pagamos justos por pecadores, nos guste, o no. 

Lo más canijo de todo esto, es que los delincuentes, los asesinos, los secuestradores, los raterillos de poca monta, siguen empecinados en cobrar su pobreza con la gente jodida. Los diputados, los gobernantes, los que ostentan un cargo público, aquellos que han pasado toda su vida viviendo de la política y de sus conexos y pilladas, no son tocados, parece tienen el suficiente capital para vivir armoniosamente blindados en “Tabazco”.

¿Cómo saldremos de esto? Nadie sabe, ni los diputados, ni los gobernantes, ni los que dicen tener la solución, nuestro problema está enquistado en nuestra cultura, quizá en nuestra idiosincrasia indiferente, optimista, conquistada por los siglos de los siglos amén. Un ejemplo, que para mí es categórico, es la manía y ya hobbie de darle a peña: A Peña Nieto, le recriminamos que nos está recortando el presupuesto que llega a Tabasco y el mismo gobierno nos usa para ese fin, pero, seamos sinceros, esos millones que exigimos por las redes, nunca lo veremos, no se han patentizado, porque hay un filtro estatal que los utiliza para otros fines. Llega a tanto nuestro sometimiento, que no vemos las inversiones que se han realizado en Tabasco, y en los municipios vienen etiquetados desde la federación, y que a veces para hacer una obra intervienen los 3 órganos de gobierno, municipio, estado, y federal, y otras tantas solo vienen directo, solo es cuestión de gestionarlas. Luego entonces es por demás lógico suponer, que el recorte presupuestal perjudica indudablemente a Tabasco, quienes estamos acostumbrándonos a vivir en la miseria, sin embargo a los altos jerarcas y mandatarios los tiende a sacar de orbita, pues el dinero, el recurso, la derrama que hay en económicamente en Tabasco no les alcanza.

Esto no quiere decir, que esté defendiendo a Peña Nieto, nada de eso, es otro pillo más, sin embargo, debemos tratar de enfocar en estos tiempos, nuestras energías, en procurar ser críticos constantes de nuestros gobiernos y alcaldes, y diputados locales y también federales. Pues Peña Nieto, no vive en Tabasco, le importa poco el estado, a lo mejor, ni le va ni le viene, y es obvio una reforma implementada nos afecta, pero nos afecta aún más cuando tenemos nuestros sectores inservibles, y truncos.

De tal manera señoras y señores, abramos los ojos, dejemos de creer en las buenas intenciones de quienes nos quieren gobernar, de quienes son nuestras autoridades, y vayamos adecuando nuestra visión y nuestra vida entorno a lo que queremos como sociedad.
Hoy la inseguridad nos afecta a todos, a la mayoría de ciudadanos, mientras nuestros gobernantes, los poderosos, los que se escudan en las leyes y en el sistema, empiezan a cerrar filas, a cuidarse unos con otros, pues el fin del sexenio, y el continuismo de algunos trienios están recientes. A esos nada les afecta, hasta que los de abajo, empecemos a organizarnos, a movernos, a buscar soluciones distantes al círculo vicioso de la delincuencia que nos gobierna. Aunque no sé, lo mejor es que me regrese.

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