EL DESINFORME. PARTE I.

Por: Pedro Gutiérrez Gutiérrez.

Enrique González Pedrero y Arturo Núñez Jiménez fueron operadores y asesores políticos de Carlos Salinas de Gortari.

Salinas, por los servicios prestados, hizo gobernador a González Pedrero y a Núñez Director y operador electoral del naciente Instituto Federal Electoral (IFE).

Ambos fueron pieza importante en el sistema para mantener a raya a la oposición en México. El domingo 8 de noviembre se juntaron dichos personajes con cualidades “camaleónicas”, en el informe de gobierno.

González Pedrero presentó días después, la tercera parte de su libro “País de un solo hombre…”, título que pudiera resumir lo que él representó durante su gobierno en el estado: Tabasco, de un solo hombre…

El representante oficial del Presidente de la República llegó una hora después de haber iniciado el evento y otros invitados especiales se fueron antes de que concluyera el informe por razones que el destino quiso para ese día, y que mucha gente notó y anotó extrañada y suspicaz.

Agustín Basave, otro ex priísta, quién se estrenaría como nuevo dirigente nacional del PRD, tampoco llegó. Andrés Manuel López Obrador a quién Núñez en un evento público ya como gobernador electo autoproclamó su “jefe político”, brilló por su ausencia, él y los suyos. La dirigencia estatal del PRI no quiso ser comparsa y dejaron a Núñez sólo en la pista para que diera rienda suelta a su show preconcebido.

El escenario que se montó para ese acto solemne fue una mala copia del que crearon y realizaron los gobiernos priístas.

Dicen que para copiar, se requiere también de talento. Núñez no ha sido capaz de cambiar ese esquema como perjuró al comprometerse ante la opinión pública de hacer las cosas diferentes.

Del contenido del Informe de gobierno no se destaca nada nuevo o trascendente. Sólo retórica y demagogia del ejercicio de un gobierno que ha fallado a todos. Habló de un Tabasco inexistente. Habló de obras que nadie ve. Festejó avances que nadie reconoce. Pregonó en el desierto. Su discurso sobre la democracia sonó hueco y falso. Convocó a una esperanza ya perdida en su gobierno.

Todo lo que despotricó contra el gobierno que se fue, le ha caído en la cara. La corrupción, la cerrazón, los negocios desde el poder, el nepotismo, la ineficiencia, la represión, la impericia en el manejo del gobierno, le han manchado el discurso y el proyecto del “cambio verdadero”.

 La credibilidad con la que ganó y ejerció el poder en los primeros meses de gobierno ha quedado hecha añicos ante la ausencia de resultados y el incumplimiento de compromisos.

 Lo que dijo ayer, al inicio de su gobierno, hoy lo desmienten sus dichos y acciones.

En el arranque de su gobierno dijo que heredaba un “desastre financiero”. Qué le dejaban una deuda de 20 mil millones de pesos. Luego, como el desoje de margaritas fue disminuyendo esa cifra durante estos tres años en 18, 16, 14 y 11 mil millones, hasta que en el mes de julio de éste año, en el dictamen que le autorizó el Congreso bajo sus órdenes, para endeudar al estado, se reconoció una deuda de 6 mil millones de pesos. Cifra muy lejana a las que publicitó solo con el propósito de difamar al gobierno saliente.

Los 10 estados con mayor deuda según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en orden decreciente son: D.F., con 65 mil, 765 millones de pesos; Nuevo León con 61 mil, 077 millones; Veracruz con 49,952 millones; Chihuahua con 41,926 millones; Estado de México con 39,173 millones; Coahuila con 34,862 millones; Jalisco con 26,387 millones; Quintana Roo con 21, 174 millones; Chiapas con 20,140 millones y Sonora con 19,804 millones.
Tabasco ocupa el lugar número 24 en la tabla de estados más endeudados del país. Es de las entidades federativas que menos debe. Núñez engañó a los tabasqueños inventando que Andrés Granier Melo se había robado el presupuesto y había dejado empeñado al estado. Por ello, Granier no está en la cárcel por Núñez, como lo ha querido vender a los paisanos, sino por evasión de impuestos, es decir, por delitos federales.

Arturo Núñez ha ejercido un presupuesto de más de 115 mil millones de pesos en tres años y a pesar de ello todos los días culpa a Granier de su ineptitud para gobernar.

 Arturo Núñez ha contado año con año con un presupuesto mayor del que gozó Andrés Granier en cualquiera de sus años de gobierno. No hay ningún otro gobernador que haya manejado tanto dinero como Arturo Núñez en estos tres años. Su gobierno, a diferencia de otros, no ha padecido inundaciones o catástrofes naturales como las que vivió su antecesor y que provocaron gastos extraordinarios.

Los 13 estados que mayor presupuesto recibieron, sin contar los ingresos propios de cada entidad, en el 2014, por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto son: Estado de México, 147,922 millones de pesos; Veracruz, 81,584 millones; D.F., 80,047 millones; Jalisco 76,098 millones; Chiapas, 65,827 millones; Puebla, 61,722 millones; Nuevo León, 53,579 millones; Guanajuato, 53,319 millones; Oaxaca, 51,609 millones; Michoacán, 49,305 millones; Tamaulipas, 40,188 millones; Chihuahua, 39,219 millones y Tabasco, 37,683 millones.

A pesar de ese envidiable presupuesto del que ha gozado Núñez y que en el 2015 ascendió a más de 43 mil millones de pesos, su gobierno es un desastre económico y político. Por eso, un medio de comunicación resumió el ejercicio de gobierno de Núñez como “El economista que logró la bancarrota en Tabasco”.


Villahermosa, Tabasco, a 11 de noviembre de 2015.

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