EN EL PRD COMO EN LA VIDA POLÍTICA, EL TIEMPO HA PUESTO TODO EN SU LUGAR…
De nuevo el tiempo ha puesto todo
en su lugar, nos guste o no. Es una ley en la vida, nadie escapa de ese
instante al que estamos sometidos desde nuestra existencia. Un testimonio de
nuestras acciones es el destino. Bien o mal a eso nos sometemos, incluso, a
veces le hemos llamado justicia divina, quizá porque pareciera distante e
incontrolable a nuestras manos.
La política no escapa a este
ciclo, y suele ser, la política, un espejo de proporciones enormes, en el cual
se refleja la misma sociedad, sus virtudes, y más aún sus vicios e igual su
vileza.
Por eso más allá de una postura
revanchista o necia, oportuno es hablar, en mi caso escribir, sobre las
secuelas de la pasada elección, y reconocer, sin ambigüedades, lo que en
Comalcalco, el temido tiempo ha puesto en su lugar.
Al pasar de los meses, es notorio
que, por lo menos en la Perla de la Chontalpa, el gran perdedor ha sido el PRD,
no otro partido. El Partido de la Revolución Democrática, era el instituto
político que desde un inicio invirtió y en serio, buscando el triunfo en la
elección pasada y según la percepción del momento, en apariencia, tenía las
cosas a su favor; recurso, liderazgo, trabajo, y de candidata una dama que
hacía pensar y dudar a la plebe de MORENA. Se engañan quienes creen que era el
PRI el que debía hacer la hazaña, y se engañan, porque a nivel estatal, ya se
sabía que Comalcalco, como al igual el estado estaban perdidos.
Jaime Hernández llegó desgastado,
y cargaba una cruz que en la campaña le pesaba aún más, no ganaba ni en el volado.
El PRI en esta elección era una comparsa que sólo ensayaba en el lugar, dijera
la canción.
La verdadera batalla, histórica
por cierto, se libró entre el PRD y MORENA, quienes además, traían como
candidatos a dos féminas, que dividían opiniones y sentimientos. El desenlace es
ya conocido, ganó Lorena Méndez, ¿cómo le hizo? Un factor determinante fue el
fenómeno AMLO, y el segundo el palacio municipal, el poder, el agandalle, algo
normal en nuestras nobles democracias, al final
el objetivo era ganar, sin importar el qué dirán.
No faltará quien argumente que lo
mismo pudo haber hecho el PRD, o que lo mismo hizo, sin embargo el Partido de
la Revolución Democrática, ya venía empaquetado y fue puesto en bandeja de
plata, de forma directa o indirecta de mano de Núñez Jiménez, quien había enlodado y vendido las siglas, los
colores, la imagen del instituto político que aún herido, daba batalla. Ejemplos
abundan, uno de ellos Comalcalco.
Pero en este recuento de daños, justo
es mencionar el proceso interno, el cual resultó una eminente toma de pelo,
boicot por todos lados, y grupos tratando de imponer y salvaguardar sus
intereses. Pronto la noche se vino encima y las negociaciones no fueron suficientes, y la
cicatriz no cerró.
Entonces, es hora de mirar atrás desde
este presente, pararnos a pie juntillas, como observando a través de la cerca
vecina, e ir más allá de la simple contemplación y responder ciertas dudas, que en su momento
no se percibían, y que si alguien las hacía patente, dichas voces eran calladas,
y quizá, aquel atrevimiento, era tomado como un acto de traición.
Una interrogante que el tiempo ha
ido descifrando es ¿Eran Neydita, Morato, Alipio, los candidatos para la
elección pasada? No basta responder con un sí o un no, ni tampoco con el simplismo
de que cualquier candidato que pusieran perdía, así como cualquier candidato
que hubiese puesto MORENA ganaba, pues el efecto AMLO barría con lo que se
pusiera a su paso.
En el PRD hubo momentos
definitorios, y a mi parecer la candidata Neyda García era la idónea para el
proceso pasado, adecuó muy bien su planilla de regidores, y fue asertiva en su
mensaje a la ciudadanía, ¿Entonces qué ocurrió?
Creo en parte, tardó mucho en
deslindarse del gobierno de Núñez Jiménez, y no sólo eso, pues el conflicto interno
entre los grupos al interior del PRD igual le pegó y duro a su proyecto, faltó,
ser más incluyente con los de casa, más que con los de afuera. Pero no fue
hasta después del 2018 que todo se pudo observar con mayor claridad.
Aquí entra al escenario la figura
de Héctor Peralta Grappin, quien muy a pesar de ser el líder de mayor fortaleza
en el PRD, a la hora definitoria no pudo contener las aspiraciones y los
embates de sus mismos cuadros y aparentes prospectos a una o varias
candidaturas.
Hablo de manera específica de
Sandra Mortera y Víctor Hugo Morato del Ángel, quienes ya habían incluso hecho
el pacto de sangre, en aquellos días turbulentos, de ir ambos en las boletas
del primero de julio, o en su caso ir uno o ninguno.
Héctor Peralta andaba de lado a lado
con Gaudiano Rovirosa, mientras el equipo del Toro, que encabezaba Morato y
Mortera, se desvivían por hacer las cosas bien en el municipio, muy a pesar del
enfrentamiento que traían con el equipo de la candidata a la alcaldía. Una
batalla que parecía interminable, que empezó mucho antes de las elecciones
internas y que nunca se saneó.
Es necesario recordar que cuando
Neyda García queda como candidata, Morato entró en una profunda depresión, pues
él creía Héctor lo haría candidato a la alcaldía por el PRD, así se lo había
dicho, así debían ser las cosas, pero en esto de la política no hay nada
seguro, y los resultados fueron distintos a los imaginados desde el principio.
Es entonces, que el escenario lo
tenían complicado tanto Héctor como Morato, máxime que este último creía de no
dársele la candidatura a la alcaldía, como premio de consolación le darían la
candidatura a la diputación federal, sin embargo esa ya estaba casi con las
iniciales de Alipio Ovando. Quedaba la diputación local, y según se dejaba ver
podría ser de Mortera, se percibía como un hecho.
Sin embargo Víctor Hugo Morato,
instado según, por el propio Héctor, decidió ponerse chechón, y se consolidaron
más las relaciones con Sandra, e incluso dieron ambos su palabra, que si
ninguno de los dos tenía una candidatura, no doblegarían y mejor se harían a un
lado, sin estorbar a nadie, y que pasara lo que tenía que pasar.
Pero he de decir, y lo sostengo,
quien traiciona una vez, lo hace de nuevo, y fue Víctor Hugo Morato quien dobló
las patitas, aunque dicen los que vivieron de cerca el show, que quien hizo
entrar en razón al Gallito fue el Toro, aunque parezca una historia de
granjeros, así las cosas.
Aclaro, Morato, como político es
un excelente veterinario, tan es así que no supo atar los cabos sueltos, pues
siendo derecho, liderazgo nunca tuvo,
tampoco iniciativa propia, mucho menos un acto convincente. Víctor Hugo
dependía en esencia de Sandra Mortera, esa dama que le eclipsaba, que donde se
paraba le robaba cámara, y que muy a pesar de que ella lo ponía delante, el
médico se desplomaba, porque no tenía ese ángel y esa sinceridad que urgía el
político, y el aspirante.
Víctor Hugo quería la candidatura
a la alcaldía, Sandra Mortera la candidatura a la diputación local, pero
olvidándose de todo, a Morato le ganó la ambición y negoció con Neyda la
diputación, haciendo a un lado a Mortera. El golpe fue sorpresivo, y muy a
pesar del error cometido, el médico, con un aparente remordimiento, puso al
marido de Sandra como su suplente, pero el gallito en el pecado llevaba ya la
penitencia.
Ya en campaña Morato demostró lo
que muchos ya sabíamos, que no traía absolutamente nada. Lo que sí, es que fue
una carga enorme para la candidata a la alcaldía, pues no traía discurso, ni
gente, tampoco tenía presencia y súmele a eso, que tampoco le invirtió.
Del otro extremo estaba Alipio
Ovando Magaña, que ya venía con un yunque acuestas, por venir de una
dependencia en donde se hacen más enemigos que aliados, y hablo de la
subsecretaría de comunicaciones y transportes, es decir, de cierta manera
Neyda, el PRD en Comalcalco tenía unos grilletes que impedían un triunfo
contundente.
Al final los resultados fueron
contundentes y dieron la respuesta que algunos no querían ver, y que otros
esperaban, el efecto Obrador había sido aplastante, y también la marrullería,
pero igual hicieron mella la falta de inclusión, el golpeteo entre los grupos,
la mal planeada elección interna, y por consiguiente la inexistente operación
cicatriz.
Aun así en la numeraria, en lo
que respecta a la alcaldía el PRD en la Perla de la Chontalpa se agenció 30 mil 869 votos, contra 55 mil
563 votos de Morena, mientras que en la diputación local el PRD obtuvo 17 mil
213 votos, contra 38 mil 583 votos. En lo que refiere al plano federal, en el
distrito 3 el PRD tuvo 33 mil 951 sufragios, mientras Morena 104 mil 167 votos.
Recordemos los números que arrojó
la elección del 2015, en el cual el PRD se despachó con la cuchara grande y
empezó el despegue de MORENA, y el desinfle del PRI, en aquellos tiempos el Movimiento
de Regeneración Nacional en Comalcalco ganó por 31 mil 671 votos, dejando en la
lona al PRD que obtuvo 21 mil 218 y el PRI 23 mil 743 sufragios.
Vayamos de manera express al
2012, cuando AMLO estaba dando batalla en el PRD, en el cual por primera vez se
logra quitar del poder al PRI en el gobierno del estado, mientras en Comalcalco, la figura de Héctor
Peralta resplandecía en la Chontalpa. No había MORENA, más que en la mente de
la cabecita de cotonete.
Hace casi 7 años atrás, por lo
menos en la elección de ese primero de julio del 2012, el PRD junto con las
alianzas que traía, sacó en Comalcalco 60 mil 814 sufragios, en contra del PRI
y sus aliados, que llegaron a los 33 mil 159 votos.
Mucho que analizar en esas duras
cifras, pero en esencia, en lo que compete a este análisis, debemos hacer notar
que el PRD no estaba para hacer las cosas mal, ni para confiarse, ni para hacer
de chivo los tamales en la pasada elección.
Habrá quienes digan que Núñez
entregó la plaza y es cierto, y que incluso su mal gobierno, en plena elección sepultó al partido rumbo a
la elección. Sin embargo ante el frenesí, nadie se detuvo un momento a ponderar
lo que estaba por venir, y quienes lo hicieron, no dudaron ni un momento en
irse a apoyar a Andrés Manuel y a Morena, quienes se veían arrolladores y
agigantados.
Lo mismo pasó en Comalcalco, y lo
mismo seguirá pasando, ya no por el efecto AMLO, pues la autoridad y el poder
desgastan, pero sí por distantes, por agachones, por pretenciosos. Manifiestan
los que dicen saberlo todo que la elección intermedia será la debacle del
partido amarillo, y también su extinción, y con el pasar de los días, tal
parece es una profecía que puede cumplirse.
Por consiguiente, para contestar
ciertas interrogantes que pudieran quedar suspendidas en el limbo, habremos de
empezar por decir, que el PRD en Comalcalco pierde porque sí hubo división,
simulación, y por consiguiente traiciones, igual un tanto de necedad,
acompañada de cierto grado de elevada superioridad, quizá por creer que el
triunfo era irreversible.
Cada quien jaló agua a su propio
molino, y aunque los candidatos se veían en unidad, abajo entre los seguidores
de a pie, la batalla era en contra de morena y en contra de fulanito o de
menganito, del equipo del otro candidato o candidata de su mismo partido.
Luego de que Neydita quedará como
candidata, se marca un antes y un después en el PRD en la Perla de la Chontalpa,
pues no se supo negociar como es debido, Héctor Peralta le apostó todo a Gaudiano
y no metió las manos donde debió meterse de cuerpo completo, y hablo de
Comalcalco.
¿Qué debiera seguir ahora? La
unidad, el terminar de pasar el trago amargo, y que se resbale lo que tenga que
resbalarse, pues el bendito tiempo sigue su marcha, y con el pasar de los días,
de las horas, minutos, meses, años, sepultará a quienes no hayan tenido las
agallas, o el temple para evolucionar en estos territorios hostiles de la
política tabasqueña.
La vida da vueltas señoras y señores,
y las derrotas suelen ser esporádicas, al igual que los triunfos, por eso no
existen muertos en la política, ni vencidos en su totalidad, todo puede pasar, siempre y cuando se esté donde se tiene que estar.
Y si no me cree, voltee a ver a la actual alcalde, ni en sueños, pensó ser presidente municipal, es más voltee y mire quienes han llegado a la alcaldía por x o y razón (por las circunstancias), y verá que nunca pasó por la mente ni de ellos, ni de la mayoría, tal osadía, en cambio hay quienes a pesar de los pesares ni a "agueler" se la dan. Por lo tanto no se sorprenda amigo y amigo lector que si AMLO sigue como va, y Adán continua abriéndole
la puerta a los vivillos, de las cenizas renazca el PRI, o el PRD, u otro
instituto político que sepa suplir la demanda de la ciudadanía.
Este ensayo no acaba, se sigue
reescribiendo por los siglos de los siglos. Pues he de decir, que incluso bajo
nuestra microscópica mirada, aun desmembrando y estudiando los detalles, a la
kilométrica distancia, expuesto el hoy a los años, el resultado tiende a
variar, e incluso varía. A lo que quiero llegar es que los que alcanzamos a arribar
a este febrero, como testigos del ayer, podemos emitir un juicio en este
presente, y que quede constancia, el cual puede incluso ser distinto dentro de
7 meses, 3 años, o un par de lustros. Seguiremos
informando. Aunque no sé si voy bien o me regreso.