Se fue la Granielada del PRI
Desde cuando empezaron a irse,
desde cuando… y aunque más de uno dejó descendencia, con una que otra priista
de buen ver, es indudable que los Graniel se han ido del PRI, aparentemente,
para no regresar.
La mayoría, traen el nombre de
aquel pie de cría español, que llegó a Tabasco y echó raíces en este pueblo
chiquito bonito que es todo un primor, y que tiene sus lindas mujeres que dejan
placeres en el corazón. Dicha familia (en su mayoría) tiene la tradición de bautizar
a sus hijos varones, con el nombre de Manuel, esto como un homenaje a aquella
simiente de sangre española que empezó una nueva descendencia por estas
hermosas tierras tropicales ¡olé!
El último eslabón que quedaba en
el PRI, era Manuel Eugenio Graniel Murillo, un joven, que ni tan joven, que defendió
a capa y espada al PRI, a sus candidatos, e igual sufrió en carne viva la
derrota con la misma pasión y ahínco que los militantes.
Por corazón y entrega Manuel
Eugenio Graniel no paró. Sin embargo, a veces existen quienes al adueñarse de
un partido, tratan de pisotear la dignidad, el trabajo, y la buena voluntad de
sus aliados, y es obvio, hay quienes se doblegan y agachan la cabeza, y hay otros
que se dan a respetar y pintan su raya.
Esto ocurrió con el ex dirigente
de la CNOP en Comalcalco, aseguran se fue del PRI porque no le dieron la
regiduría, aseguran que fue porque no alcanzó una dirección, argumentan muchas
cosas. Pero está comprobado que Manuel Eugenio Graniel aguantó macho, días,
semanas y meses, mientras el candidato a alcalde arremetía y pedía su cabeza.
¿Por qué? Nadie sabe. Aunque
ahora traten de distorsionar las cosas, diciendo que estaba remando hacía otra
corriente. La verdad es que faltó oficio político, tacto, y un poco, no tanto,
sólo unas cuantas toneladas de sentido común, por parte del candidato a alcalde
del PRI y de sus ilustres asesores.
Se creía que los últimos Manueles
y Granieles que habían partido del tricolor, eran Manuel Grabur quien está en
MORENA, y Juan Manuel Gonino Junior quien está en el PVEM, pero faltaba Manuel Eugenio,
el único que quedaba en el PRI, y que este 10 de mayo, día de las madres, luego
de renunciar al partido, se le vio allá en la Ciudad de Tecolutilla arropado
por su tía, la química Adelita Graniel, y por Neyda, y por Gaudiano, y por
Alipio y por los perredistas, que le recibieron como rey.
Mientras en el PRI, los
señalamientos, los improperios, los golpes de pecho, y las lamentaciones,
siguen y continuarán este fin de semana, pero nadie se atreve a voltear a ver
la realidad que tienen ante sus ojos, no ven el escombro que se les empieza a
amontar a los lados y a sus pies.
SE ESTÁN HACIENDO MAL LAS COSAS
EN EL PRI DE COMALCALCO, y siguen perdiendo el tiempo, tirando piedras a un liderazgo
que ya no tienen, siguen perdiendo el tiempo tratando de imponer sus encuestas,
siguen creyendo que defender a sus candidatos, adularlos, y secundarlos, les
dará la victoria, y ganarán ese ayuntamiento que pierden de vista por andar
despistados en banalidades.
Creo, esta vez el PRI de
Comalcalco debe empezar a guardar un poco de silencio, y cavilar en serio, ver
dónde están parados, y corregir el rumbo, porque ese camino por donde andan, no
les lleva al triunfo, esa rúa que han tomado les lleva al choque, a la defensa
mediocre, a la división, al encono, a la derrota.
Ojalá lo entiendan, y vean que
esta historia ya la vivieron, que esta película ya es conocida… Jaime
Hernández, debe recordar por qué perdió Grabur, Jaime Hernández debe recordar
por qué perdió Laurence, quiénes estaban a lado de ellos, quiénes pasaban
noches y días contestando en las redes a sus detractores, quiénes simularon,
quiénes al final tuvieron que tragarse sus palabras…
La salida del último Graniel que quedaba en el PRI de
Comalcalco, debería ser la última de un militante priista. Debería replantear
muchas cosas al interior del equipo de Jaime Hernández, pues instar a una
campaña de odio y desprestigio, es mostrar que no tienen ni madurez, ni la
confianza para salir avante este primero de julio. Seguiremos informando,
aunque no sé, si voy bien o me regreso.