CHUCHO ALÍ Y EL DEBATE QUE VIENE… ICHE.


Hay en este mundo de golpes bajos de la política, quienes ya señalan sin pudor alguno, que está definida la contienda electoral del primero de julio. Se atercan a que nada sobresaliente pueda pasar, y ven las encuestas y los borregazos que pega el Tabasco Hoy, y otros medios a favor de Adán como la verdad absoluta.



Sin embargo, a como se perciben las cosas, nada está dicho. Nada es definitorio en un estado en donde la política y las preferencias electorales son variables. La ciudadanía o por lo menos quienes vamos a lar urnas, seguimos dudando, y según se ve hay mayoría.


No omito manifestar, que hay votos duros en los partidos, y que muchos tienden a confiarse en ese montón de números que uno con otros se han ido socavando. En esa intentona de llegar, han perfilado una campaña a convencer al adversario, a los militantes del contrincante y no a la ciudadanía en su totalidad.


Se desviaron desde hace mucho, perdieron el camino, porque la misma dinámica común de las campañas les dirigió a la cabeza de los sectores, más no a la gente, jamás a los jóvenes, nunca a los inconformes, a los despistados, a los que están hartos y desconfían de todos. Los mensajes que manejan los candidatos a la gubernatura es una tarraya grotesca, que trata de pescar lo que sea y lo que caiga.


A mi parecer, en mi manera de ver las cosas, no han podido permear entre la ciudadanía un discurso que de confianza, y oriente a los votantes a darles la confianza del sufragio. Gaudiano no está equivocado, en esas interminables marchas casa por casa que realiza, como el que está tontito, anda buscando más, anda tras ese imposible y creo no es una mala estrategia.


 En el mismo tenor está Jesús Alí de la Torre, quien desde hace mucho, dejó ver que de todos, es el más arrecho, es el más crítico, el más señalador y el que en verdad dice las verdades a un gobierno que según la perspectiva y la sensación de la gente, quedó a deber a propios y extraños.


Chucho llegó a donde está porque la gente creyó en él como independiente, y a como están las cosas, le confió la credencial de elector, dándole con ello, la venía. Desde ese escalafón debe analizarse la figura de Jesús Alí, de ese otro candidato o aparente soñador, que deambula, dando la cara a la gente y tomándose el tiempo para convencer a quienes le reciben.


Eso sí, no le ha sido fácil, pues a veces de Morena, a veces como del gobierno, le mandan uno que otro valedor para increparle, o para tratar de buscar en él una reacción abrupta. Sin embargo, a estas horas del partido a qué le puede temer Jesús, si ha pasado a la historia, si ha logrado lo que para muchos era una locura.


 Ahora en próximos días se acerca el debate, y del mismo ejercicio democrático, las cosas podrán dar un vuelco en cuanto a las preferencias ciudadanas. Lo que vaya a provocar dicho debate entre los candidatos al gobierno del estado, desmoronaran toda encuesta, toda preferencia, todo ese engaño que han articulado en la figura de los punteros.


Pienso, luego existo, será la oportunidad perfecta, para quienes son los candidatos incomodos en este proceso, el cual será definido por las nuevas generaciones, ojo, no por los mismos de ayer, sino por una nueva generación que puede dar un paso diferente a la lógica de los especialistas y eruditos de la política.


Jesús Alí está en la batalla, como todos los candidatos, sólo que hoy por hoy quien representa una verdadera molestia para el gobierno en turno, por sus discursos, por sus acciones, por sus arrebatos es Chucho Alí. No Adán, menos Gaudiano, mucho menos Gina, quien sigue esperando que con la disciplina ganarse el corazón de Don Arturo.


El debate será esencial en este proceso rumbo al 2018, y si Chucho Alí hace bien las cosas, podrá consagrar eso, que los otros aún no han podido. Seguiremos informando. Aunque no sé si voy bien o me regreso.

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