GRABUR UN FACTOR IMPORTANTE EN EL 2018
Se lo dije a Mañuelito Grabur en
su momento, pero hacía caso omiso en esos tiempos de lo que un reporterillo
podría decirle sobre lo que mejor conoce, que es la política. Estaba él,
Manuel, luchando con diversos sentimientos, y tenía que ser más vivo, más camaján
que antes, por eso trataba de que la lógica y la razón estuvieran por encima de
la visceralidad. Insisto trataba, a veces vencía, a veces no.
Antes de continuar, no vaya usted
a creer amable lector y lectora, que este campesino se las sabe de todas,
todas, nada de eso, soy un aprendiz, un párvulo, pero cuando se anda en el roce
constante con la mugre, y también con la inocencia, con lo bueno y lo malo para
acabar pronto, se logra reconocer a cabalidad quién dice la verdad, y quien la
mentira, quien vale lo que pesa en oro, y quien definitivamente vale gorro.
Hoy el tiempo sabio, nos pone a
todos en nuestro lugar, y aquellos que fueron leales terminaron siendo leales,
y aquellos que fueron chaquetas terminaron y continuaron siendo chaquetas, lo
mismo pasó con los traidores, con los simuladores, y con aquellos que estaban
demasiado engrandecidos, y que aparentaban una cosa y terminaron siendo todo lo
contrario.
Podemos decir que Grabur le tocó
cargar una losa muy pesada en la campaña pasada, en su campaña más bien dicho,
una losa que fue creciendo en peso, porque entre muchos errores, estuvo el
darle jugada a quienes no tenían nada, ni trabajo, ni poder de convocatoria
dentro y fuera del PRI.
Esos diablillos que le restaron,
en vez de sumarle, esos escluincles truza zurrada, que creyeron que la política
era de rivalidad, de choque, de agandalle, y que hoy quieren salir ilesos ante
la debacle de un PRI que muerto, lo que se dice muerto no está. Quieren ser más
inteligentes que todos, pero les es imposible, están quemados, son una polilla
que no crece y no deja crecer al árbol, por eso corroen un partido y se van a
otro, esos solo buscan la chamba, el dinero fácil, el llenar su vacío. Por lo
mismo sin pena ni gloria, entre murmullos, en pequeños grupos sueltan el golpe,
o balbucean que Manuel Grabur ya pasó a mejor vida políticamente hablando.
Y creo no es tanto así la cosa,
es una equivocación enorme, que lleva algo de mala leche, pues quien diga que
Manuel Grabur está muerto porque no tendrá participación en las boletas del
2018 está eminentemente equivocado. Es cierto que hoy se dedicó a cuidar y
disfrutar a su familia, pero eso no quiere decir que está alejado de la
batallla, de la información, de la política, al contrario quiere decir que está
agarrando impulso, o que en su caso la experiencia le ha enseñado a no desesperarse, sino a caminar y construir
pasito a pasito, suave suavecito.
Es imposible señoras y señores,
borrar una trayectoria, un trabajo, máxime si se ha realizado bien, Manuel es
un político priista de hueso colorado, es un operador político electoral,
reconocido no solo a nivel estatal, sino nacional. Este canijo sabe muy bien
estar arriba y estar abajo. Por eso, y por estar aún vivo en la mente de la
ciudadanía, por tener aún poder de convocatoria, por ser un líder que sigue en
comunicación, con los que tiene que estarlo, por eso podemos decir que GRABUR
es un factor mucho muy importante para la elección del 2018. Él en un momento dado,
habrá de inclinar la balanza, le pese a quien le pese, y le duela a quien le
duela.
Obviamente, ahora que ya abrió
los ojos, deberá replantearse muchas cosas, entre esas cosas el tipo de juntas,
pues su visión está clara, Manuel va más allá del 2018, y quiere llegar
saludable y fortalecido.
LAS MALAS INFLUENZAS AFECTAN, SI
NO LO SABRÉ…
Nadie me lo está preguntando,
pero a manera de reflexión he de mencionar que soy un sobreviviente más al
dengue o a la influenza, que en estos tiempos son tan parecidas ambas, que nos
tiran a confundir.
Todo empezó una hermosa tarde
lluviosa, con intermitentes escalofríos que recorrían mi cuerpo presagiando lo
peor, luego vino una leve calentura, que pensé, a lo mejor es una calenturilla
de pollito tierno, pero era, soy y sigo siendo un incrédulo, la tormenta estaba
por venir.
Pronto mi mano derecha, con la
que en estos momentos sostengo mi pluma, titilante aún por mi casi ausencia de
plaquetas, empezó a sentir los estragos, fue así como llegó improviso un fuerte
dolor en los dedos anular y meñique el cual se extendió por todo el cuerpo.
No había musculo que no doliera,
no había hueso que no provocara un desesperante quejido, incluso los dientes,
incluso la lengua, los ojos, las orejas, la cabeza, eran cruelmente vejados por
esta infección viral, que de tan viral es ya un Trending Topics en Tabasco.
Amanecía y anochecía y la fiebre
no menguaba, llovía, salía el sol y no apetecía PAN, ni PRI, ni PRD, mucho
menos una MORENA. A paso de tortuga atravesé la semana, y en un martes por fin
pude salir de la tormenta, y aunque tuve 3 días y noches con un corre que te
alcanzo, fue ayer miércoles que me hice a la mar, recorrí mi municipio, visité a mis amigos, a mis familiares, y le di gracias a Dios, por un día más, por la
vida, por los corruptos, por los políticos, por mis lectores y no lectores, por
mi convalecencia, y por ser y no ser.
No quiero terminar sin pedirle
encarecidamente al señor gobernador del estado, a las autoridades de salud, a
los mismos garañones del poder, manden a fumigar, no seas gachos, no sean tan
hijo de la tostada, creo somos el primero o segundo lugar en enfermedades como
el DENGUE, ZIKA, E INFLUENZA, y uno se pone a pensar, porque uno piensa, si me
dio a mí que soy periolisto, que de menos a esos honorables y humildes
campesinos que tienen la piel menos gruesa, y que viven más confinados, y olvídense
de uno que ya vivió, comió, y anduvo, esas pobres criaturas.
Ojalá y nuestras autoridades se
pongan a hacer algo, porque ya en este año, en lo que respecta a este
escribidor me ha dado 2 veces dengue, 2 veces Influenza, 3 veces a punto de la
inanición, pues hasta eso, en este tiempo no hay cosecha de chayote que
prospere, y otros dos intentos de chikungunya, es decir, en Tabasco sino te
matan los del crimen organizado, o algún raterillo de poca monta, te asesina un piquete de mosquita o debido a los
cambios de humor en el clima, la gripe… En fin para morir nacimos. Aquí nos
tocó ya no vivir, sino sobrevivir… Aunque no sé si voy bien o estoy desvariando.