SE "ACHENTÓ" LAURENCE



DA CORAJE:


Parece que fue ayer...


Ya para que se diga, se comente, se riegue por las calles en chapapote de mi municipio de Comalcalco, el rumor, que trae consigo una irresistible verdad que atormenta, fatiga, causa escalofríos, que da coraje, y que nos hacen traer a la memoria, esos romances ejemplares de la historia, de los milenios, como el caso de Romeo and Julieta, o Adán y Eva, o John Lennon y su Yoko Ono, o en su caso Diego Rivera y Frida Kahlo e incluso nos remonta a Ennis del Mar y Jack Twist (ambos personajes de la película Secreto de la Montaña)…


Ustedes mis amables lectores y lectoras, se preguntarán ¿de qué habla este párvulo? ¿Por qué habla de amor?, ¿de qué desdicha se habrá enterado Romancito?, ¿qué noticia tan escabrosa sabrá? Bueno, ahí les voy…


En la política como en la vida existen parejas que deberían quedar establecidas para los infinitos y las décadas. Vivir en esa eternidad, en el constante amor, y ser el ejemplo, al cual las nuevas y las nuevas generaciones siempre acudan para encender aún más las llamas ardientes, que digo ardientes, candentes del amor al prójimo.



Pero Hoy…



El rumor que empezó hace 3 semanas, cuando caía la tarde, allá como quien va a Aldama y Tecolutilla, dicen que por una compañía llamada RODME, fue que el hombre que lo daba todo por el millonario, empresario, y político Laurence Rodríguez. Tal parece hoy dice adiós. Esa alma noble, ese ser humano que por casi 30 centímetros llegaba a la perfección que somos Aurelio y este su servidor, reviró el hocico, y con toda dignidad de hombre varón, de esos machos hasta la cola, dijo “YA NO MÁS LAURENCE SNIF”, “YA NO MÁS”…



Y como todas las buenas amistades, como todos los buenos amores, quedose unos momentos esperando el arrepentimiento, o la palabra que subsanara aquel momento de arrebatos, sin embargo nunca llegó, Laurence cual principito de los cuentos de hadas, no está acostumbrado a rajarse, mucho menos a clamar, solo el silencio fue el mensaje que dio como terminado un romance que ya pintaba para algo más.


Si usted sigue leyendo lo que este servidor escribe, debo pedirle disculpas pues no he dado el nombre aún de esa criatura que hoy se ve huérfana. El nombre de dicho personaje es: Santiago, su signo Cáncer. Al cual sus amigos le dicen Chago, Chago Quevedo. Un hombre a carta cabal, siempre al servicio, siempre tratando de hacer un ejercicio de sanación para los detractores Laurencistas. Nunca se le vio enojado, nunca se creyó más, siempre él era el menos, pues sabía que con sencillez todo se podía lograr, hasta defender lo que por momentos parecía indefendible. Hay que recordar, pues es obligatorio, que en las pasadas elecciones, quien más sintió la derrota de Laurence igual que el mismo Laurence fue Santiago, su fiel Santiago, ese que no pedía más que vivir decorosamente 3 años, pero no se les hizo y el dolor fue patente. Con decirles que se quedaba en el llanto y sus conocidos creían que ya no regresaría, pues medio respiraba entre los sollozos. Fiel escudero Santiago, fiel como pocos…


Sin embargo en esta nueva reinvención de Laurence, venían cambios significativos y uno de esos cambios era el de traer nuevos elementos, entonces llegó a Vicente, mejor conocido como Chente de la Rosa, un hombre acostumbrado a los retos, que logra coincidir con las ideas de Laurence, tanto, que es nombrado el heredero político del veterano político Comalcalquense, quien además le brinda la confianza para llevarlo a conocer el municipio, pues tal parece Laurence como que no lo conocía. Lo cual hizo crecer aún más el ego del joven Chente, quien empezó a chocar con el grupo que tiene al interior Laurence, sobre todo con Quevedo quien al igual que la Gata de la novela de televisa, fue hecho a un lado.



Y aquí señoras y señores, empezó la intriga, el golpe, la confrontación, la lucha por el amor de Lauro, entre Chago y Chente. Pero lo peor todavía estaba por venir, pues dicen las malas lenguas, que frente a todos Laurence mencionó, que si él no va, negociará algo para Chente, quien no puede quedar desamparado, pues él (Laurence) lo quiere, lo estima y ya a estas horas del partido, lo admira.

 

Fue entonces que luego del triunfo de Chepe Reyes en la CNOP, Quevedo pidió asilo político y su nuevo Rey, le tendió la mano, quedándose Laurence con su amado Chente, quien el día de hoy sigue y sigue construyendo. Ya no se sabe para quién, pero de que está caminando, está caminando.



Pero esto no termina aquí, pues entre los matorrales, entre la maleza, una mirada extraña se hace presente, su nombre Alejandro Medina, quien según los oráculos, será quien tratará de liquidar políticamente a Laurence, pues los celos de macho son peor que de una dama, bueno eso dicen los que saben jijiji, y que no descansará hasta ver a Chente haciéndole la campaña pero a él, pues ese tipo de operadores políticos son los que les gusta, por chambeadores.



 Por lo pronto hoy Laurence se empieza a quedar sin su Quevedo, pues dice la gente que se mete donde no le importa, que se achentó regacho, y que le pasó como a los enamorados, o como cuando uno anda de novio, no ve, que si se dice político debe sumar, incluir, subsanar, dar ternurita, calor, a todos, porque así como va, dejando gente en el camino, no llega ni porque de la Rosa lo lleve cargando entre los brazos, aunque como dicen que dijo un tal David, “ya tú, ni que pesará tanto don Laurencio”, jijijijij jair jiar jiar jiar hasta medio con mi boca… 






Y por el lado de Quevedo una vez más queda demostrado que en esto de la política no hay amigos, que tarde que temprano los políticos desconocen, que no hay lealtades por parte de algunos líderes para con la gente, que todo es demagogia y que no hay quien dé un paso sin guarache, hoy Quevedo aprendió una lección, que otros fanáticos de la política no han aprendido, pero su tiempo llegará, y entonces se convencerán que en este mundo donde andamos vale más hacer amigos.Seguiremos informando. (El  ex secretario más particular de Medina que escuchó la plática y que le da coraje que haya tanta bronca por el tal Rosas, si hombres existimos muchos, o no Irancito).

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