IMPUESTO VEHICULAR
Pedro Gutiérrez
Gutiérrez.
En el mes de abril del
año 2006, Felipe Calderón Hinojosa, en plena campaña política por la
Presidencia de la República, se comprometió a derogar el impuesto vehicular
federal en razón de que “ya no existían las circunstancias que llevaron a la
creación del impuesto hace casi cuatro décadas”. Dicho impuesto había nacido
para financiar la organización de las Olimpíadas de 1968.
En el 2007, el Congreso derogó la tenencia y
decretó que entrara en funciones en enero del 2012. Dicha derogación en
realidad fue un disfraz, pues se dejó en manos de los gobernadores su refrendo.
Hasta el año 2011,
sólo cinco estados lo habían derogado completamente: Chiapas, Guanajuato,
Jalisco, Morelos y Sonora. Seis estados lo subsidian al 100% si las personas
físicas o morales están al corriente con sus contribuciones: Colima, Durango,
Michoacán, Puebla, Quintana Roo y Tamaulipas. Tres estados lo siguen cobrando:
Coahuila, Nayarit y Chihuahua que legisló para que ingrese el impuesto, a la
hacienda municipal. Los otros dieciocho estados lo subsidian parcialmente,
dependiendo del costo del vehículo.
Tabasco se encuentra
dentro de éste último bloque. En el mes abril del 2010, el gobierno explicó
como operaría el naciente Impuesto Estatal Vehícular (IEV). Entonces se dijo
que los autos con un valor de 100,000.00 hacia abajo, que representa la mitad
del parque vehicular, del orden de los 420 mil vehículos, no pagarían impuesto.
Y a los restantes vehículos se les cobraría un porcentaje dependiendo de su
costo factura. Dicho descuento oscila entre un 52 y 43% de lo que pagaban antes
de la creación del IEV.
La Ley de Ingresos del
Gobierno del Estado, aprobada por el Congreso, en el mes de diciembre del año
2011, estableció que para el ejercicio fiscal del 2012 se estimó recaudar por
este concepto 245,692,350.00 de un total de ingresos de 33,893,385,044.00,
cifra que representa el 0.7% de los ingresos totales estimados. Es decir, si se
derogara el IEV, no impactaría el presupuesto de egresos del estado.
En razón de lo
expuesto, la supresión del impuesto vehicular en Tabasco, fue una de las
propuestas que Jesús Alí de la Torre, candidato del PRI a la gubernatura del
estado, dio a conocer en los primeros minutos de su arranque de campaña. Días
después, Gerardo Priego y posteriormente, Arturo Núñez Jiménez lo secundaron,
pues como dijo Felipe Calderón Hinojosa se trata de un impuesto cuyas
circunstancias que lo generaron ya no existe y por lo tanto es un gravamen
injusto que lastima la economía de las microempresas y de la sociedad que
crónicamente paga impuestos.
Si los priístas
propusimos en campaña la derogación de dicho impuesto, no sólo los próximos
diputados que entrarán en funciones están obligados a legislar en consecuencia,
sino la actual legislatura puede hacerlo al decretar en este periodo ordinario
la Ley de Ingresos del Gobierno del Estado y en consecuencia el Presupuesto de
Egresos para el ejercicio fiscal 2013. El hecho de que no se haya ganado la
gubernatura del estado no inhibe los compromisos adquiridos por el partido con
la sociedad. Pensar lo contrario, podría interpretarse como un acto de
revanchismo por no habernos obsequiado la gubernatura.
La Plataforma
Electoral que presentó el PRI ante el Instituto Electoral y de Participación
Ciudadana, para participar en las elecciones del mes de julio, representa la
propuesta social del partido, que tendrán que desarrollar quienes asuman los
gobiernos municipales a partir de enero del 2013. Constituirá la agenda
legislativa de la fracción del PRI y la plataforma social de la dirigencia y la
militancia del partido en Tabasco.
La propuesta social
que los candidatos del partido abanderaron durante las campañas políticas, son
del PRI, y en consecuencia con responsabilidad, seriedad e inteligencia se
tiene que cumplir con los casi 500 mil ciudadanos que votaron creyendo en la
oferta social del partido.
Si el PRD y Arturo
Núñez, incongruentemente, se declaran ignorantes del estado financiero de
Tabasco, a pesar de que presumían conocerlo, preparando con ello su negativa
para cumplir con sus compromisos sociales hechos en campaña, el PRI debe
impulsar la reforma que derogue el impuesto estatal vehicular. El PRD y Núñez
mintieron y seguirán mintiendo porque no tienen futuro. El PRD se desfonda y
Núñez se irá a su casa en el 2018, si termina. El camino del PRI a la
gubernatura será corto si desde ahora defiende e impulsa lo que prometió. El
compromiso del PRI es histórico, los del PRD son circunstanciales, efímeros.