Cartas para Mancho #7
Por Lázaro López León
Recordemos que el primer
propósito de nuestra vida es “Fuiste
planeado para agradar a Dios” la cual escribí en la nota anterior.
Ahora
nuestros propósitos siguientes tienen mucha relación:
“Fuiste hecho para la familia de Dios” (2do. Propósito)
“Fuiste creado para ser como Cristo” (3er. Propósito)
“Fuiste creado para servir a Dios” (4to. Propósito)
“Podrán desarrollar una comunidad saludable y robusta que viva
bien con Dios y disfrutar los resultados únicamente si se esfuerzan por
llevarse bien unos con otros, tratándose entre sí con dignidad y honra” (Sal. 3, 18)
Una cita bíblica muy de nuestros tiempos,
donde la dignidad y la honra en la familia de Dios están siendo desprestigiadas
por nosotros mismos para dar paso a la ruindad y lo venal pues las dificultades
que nosotros mismos creamos impiden formalizar una verdadera familia
cristiana fundada en el amor, en el respeto en la tolerancia, en el servicio,
en la unidad entre la pareja, en la decisión de pareja, en la fidelidad.
Esos obstáculos son el machismo: “yo decido”, “mi mujer o vieja no puede
decidir”, “yo soy el que debo de salir y mi mujer a cuidar niños o chamacos”,
“yo tengo las mujeres que quiero” o cuando la esposa opina en la familia es
ultrajada por los golpes del macho-“esposo”
El esposa y la esposa y todo hombre y
mujer fue creado para ser como Cristo, Él siendo Dios se hizo hombre para que
cada uno de nosotros nos basemos en su vida de hombre fiel absolutamente a
su Padre (nuestro Padre), un hombre amoroso reflejado en el servicio a la
sociedad, honesto con los demás, caritativo, responsable en su actuación,
trabajador, decisivo… ese es nuestro tercer propósito que siendo sinceros
nos dejamos llevar por el egoísmo, la ayuda por conveniencia (hoy por mí y
mañana por ti), usar a Cristo (amigo “Dios te puso en mi camino”, amigo “yo
creo en Dios y yo te ayudaré”), usar a un amigo en el nombre de Cristo
(mayormente pasa en los partidos políticos), la usura, la división, el
despotismo, el maltrato laboral, la no real remuneración económica al
trabajador, la corrupción, la impunidad…
“Servir a Dios”, es más que asistir a
misas o cultos todos los días, más que llegar a una comunidad o célula, es
comprometerse con Dios para toda la vida para servirlo a Él, creer y creerle,
servir a Dios significa amarlo, entregarse y predicarlo, mostrar al prójimo el
verdadero amor cristiano, aprovechar la vida haciendo el bien, y Dios se
manifestará en el momento adecuado para que sintamos su ayuda en nuestras
necesidades. Dios está también en la tierra, no lo olvidemos. Mayormente
nosotros servimos a las cosas materiales autos, joyas, hacer el mal al prójimo,
la envidia, un puesto de trabajo, el individualismo, “dioses falsos de
consulta” para resolver nuestros problemas, “el dios dinero”…
Continuará…