Crónica de Granier y del primer informe de actividades de los diputados del PRI en Tabasco



Llegó tarde, que más bien a tiempo, pues aún no empezaba el evento, ahora que si somos de los que creemos que el destino ya está escrito, podemos decir que llegó a la hora que debía llegar. Se bajó a las afueras del Hotel Hyatt, justo al momento que este campesino, por azares de la vida, también llegaba.


Lo abordé, hablamos, recordamos a mi padre, y nos encaminamos al recinto. Antes de entrar tomé mi lugar entre el enjambre de reporteros quienes salieron primero a saludarlo, para después entrevistarle.

ImagenGracias Químico por tu apoyo, le manifestaba de manera abierta uno que otro periodista, e incluso se fotografiaban con él. Por su parte Andrés Granier Melo, agradecía, sonreía, y asomaba esas líneas remarcadas que los años le han sabido trazar en el rostro (quizá también, de manera metafísica y hasta romanticona, podríamos asegurar en el alma) como si se tratase de un mapa indescifrable.


Apenas alcanzó a llegar a la puerta del hotel, salieron a su encuentro los priistas que parecía le esperaban desde hace más de seis años, y entre el tumulto, gritaban como si en plena campaña anduvieran: ¡GRANIER! ¡GRANIER! Y de pronto fue embestido por un sinnúmero de palabras, abrazos, besos, selfies. Mientras, acosado de recuerdos, por parte de sus seguidores, parecía, el químico Andrés Rafael se remitía a ese pretérito, cuando siendo gobernador se daba sus baños de pueblo, allá adentro, en los municipios.


Como pudo Granier bajó las larguísimas escaleras que conducen al salón donde se llevó a efecto el informe legislativo de los diputados de la fracción parlamentaria del PRI, al llegar, fue recibido con otra ovación, volvieron a vitorear su nombre, y hubo damas que le lloraron, y como si del Santo Niño de Atocha se tratase, le tocaban su rostro con delicadeza, como si fuera de frágil cristal, o de porcelana antigua.


Nadie se quería quedar sin una fotografía con Granier Melo, y ante aquellos remolinos de gente, pocos optaron por  la serenidad de quien observa con expectación, asombro o zozobra lo que ocurría en ese evento que desde hacía muchos minutos, con sus intranquilos segundos, había dejado de ser de los diputados tabasqueños.


Hay que hablar claro, para que no vayan a existir desvaríos, ni los diputados, ni el fornido ex gobernador que llegó de manera casual después de Granier Melo, tuvieron el recibimiento y la entrega de la militancia priista, como lo vivió el químico Andrés Rafael, a quien intereses políticos emanados de su mismo partido y del PRD mantuvieron bajo llave por 6 años.

La imagen puede contener: 6 personas, personas de pie
6 años que dejaron aparentes secuelas, pero que del mismo modo, construyeron la imagen de mártir, de víctima, de Cid Campeador que sabe ostentar muy bien Andrés Granier, ante un sinnúmero de tabasqueños que le tienen consideración. Hay también sus detractores, claro que existen, sin embargo son pocos y se encuentran dispersos, y se observan asustadizos.


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Por lo pronto, en el evento, Andrés Rafael Granier Melo fue sentado en un lugar de honor, si así podríamos llamarle, justo en medio del actual dirigente del PRI tabasqueño y cumpleañero Pedro Gutiérrez Gutiérrez y del delegado político nacional en Tabasco Genaro Abreu Barroso. Entre el olvido, y el aparente futuro, se sentó el presente.


Desde ahí, comenzó el evento de los diputados, entre el desorden ocasionado por muchas cosas, y ante un salón que les quedó demasiado angosto, con pocas sillas, con el bochorno, que se pensaba era por el exceso de priistas amontonados, pero que se extendía en todo el hotel, como una nube de vapor, con una dialéctica interminable, que atormentaba a quienes no alcanzaron silla, y que por momentos hizo bostezar a quienes se camuflaban entre la multitud.


A grandes rasgos, los diputados del PRI dejaron en claro que trabajan a favor del pueblo, que no se doblegarán porque son una oposición responsable, comprometida con la gente, desafiante si se quiere, a pesar de no ser ni mayoría absoluta, ni tampoco una insignificante minoría.


Ahí mismo nos enteramos, que el Presidente del CEN del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, está a horas de ser papá, se cree de un varón, aunque hay quienes dicen será niña, y que hasta el momento esa criaturita que viene en camino o que ya llegó, es un nuevo cuadro para el Revolucionario Institucional, que siendo sinceros, anda urgido de militantes, por lo que más de uno de los asistentes, no vio con malos ojos, ya no el salir a convencer a la gente de afiliarse al partido, sino de repoblarlo, para edificar un nuevo comienzo… De todo hay en la viña del señor.


ImagenPor su parte la Secretaría General del CEN del PRI Carolina Viggiano en Tabasco, señaló a la hora de tomar la palabra y de manera atinada que a los demás partidos políticos se les puede perdonar sus improvisaciones y ocurrencias, pero al PRI no. “Lo que menos perdona tanto la militancia como la sociedad en general, es que haya deshonestidad”.

De la misma manera cuando apuntó de manera certera que México necesita de contrapesos y, desde los Congresos Federal y estatales, crear órganos autónomos y vigilar la cuenta pública. “Debe ponerse límites a quienes pretenden quitar derechos conquistados por muchas y muchos mexicanos”.


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Y sabiendo cómo van las cosas Carolina Viggiano sentenció “hoy, este Congreso, como los de todo el país, tenemos que estar atentos a cualquier amenaza de autoritarismo, a cualquier retroceso al pasado. Necesitamos mirar hacia el futuro. Las nuevas generaciones quieren confiar en la política, porque la política, si bien es cierto, es perfectible, también es necesaria para construir acuerdos por este país”.


Ya para concluir, el líder y ahora maestro de ceremonias Rubén Darío, manifestó que para clausurar los trabajos del Primer Informe de Labores y de Gestión de los diputados locales y federal del PRI, pedía al ex gobernador… y que quede constancia, amable lector, que pausó tanto la palabra ex gobernador, el amigo Rubén, que incluso hizo, casi levantar al ex gobernador que no era, y al final cedió el honor a quien los asistentes hacían honores.

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Fue entonces que volvieron los aplausos, y como artista de cine, allá arriba en el escenario, antes de decir palabra alguna, el químico, guardó silencio, hizo mutis, y la militancia se le volvió a entregar, por lo que aguantado en su misma emoción dijo: “muchas gracias, yo me siento esta tarde muy honrado, de estar aquí, en mi partido, hace un momento cuando entré a este recinto, los amigos periodistas me preguntaban que sí venía a acompañar a mis amigos diputados, en calidad de amigo, o en calidad de priista, yo nunca he traicionado a mi partido, porque mi caminar tampoco fue fácil y ustedes lo saben…”


La salida de Granier, amigos míos, fue como su llegada, tumultuosa, pero placentera para él y los suyos. Lenta pero definitoria para quienes aún le ven como un fuerte aspirante en próximas elecciones.


Yo me pregunto ¿Qué dirá Adán Augusto? ¿Qué pensará el propio Benito Neme? ¿Qué dirán esos Núñistas que siguen dando lata en Morena?  ¿Con qué ojos verán a Granier? Por el momento, no quiero meter ideas, pero quien busque la dirigencia del PRI, ya sabe más o menos, cómo masca la iguana. Qué destino le depara al químico en Tabasco y en el PRI, el tiempo lo dirá por lo pronto, como los chamaquitos cuando juegan, agarra, agarra, él la trae. Seguiremos informando, aunque no sé si voy bien o me regreso.


A todo esto, alguien se acordó de Gina Trujillo… Creo que sólo yo. Parece no fue, a lo mejor Adán Augusto se lo prohibió. Pero de eso hablaremos en otro momento. Bye.

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