NOS SIGUEN SAQUEANDO Y EL PUEBLO RELAJADO, RELAJADO, RELAJADO


A la mayoría nos vale o les vale. Los temas que sacan los medios a nivel nacional, a la mayoría como que no le interesa, hasta cierto punto es irrelevante, Obrador, Aeropuerto, Morena, el Viejo PRI, Peña, la Cuarta Transformación, etcétera. Superfluo todo, incluso los pensamientos más osados, siguen siendo leídos por las minorías, no por esa mayoría que camina herida por la monotonía a sus quehaceres diarios.




Tantas veces nos han dañado, que una más ya ni se siente, y estamos conscientes que esto no lo compone nadie, quizá nosotros, nos recuerda tímidamente el sentido común, pero será a su tiempo, se nos sale decir, y seguimos nuestro errante camino por esta vida que cuesta tanto vivir.


Muertos, todos los días hay muertos, mujeres vejadas, ejecuciones, robos, miseria, y ese apestoso tufo de la corrupción, de la indiferencia, de la deshumanización que brota en los hospitales, en las escuelas, en cada uno de nuestros sectores productivos y de servicios.


 Pero ahí seguimos, creyendo que con el voto ejercido el primero de julio, hemos conquistado un nuevo mundo, y mientras lo pensamos a lo mejor hasta se nos dibuja una leve sonrisa de incredulidad, más nos aguantamos las dudas y seguimos.


¿Qué futuro le depara a las nuevas generaciones? ¿Qué futuro a nuestra familia? ¿Qué futuro nos depara a quienes seguimos vagando en el sacrificio y la miseria? Cuestionamientos que ya son meramente existenciales, ya a la banda ni le va ni le viene. Pareciera que ya les da igual, esto está podrido refutan, se doblegan y gimen en silencio.


Hace poco se unió a la lista de ignominias el tema de los manatíes en Tabasco, y ha causado enojos, ha causado repulsión, pero sólo eso, ya no más, las dependencias de gobierno se han visto inútiles e inservibles ante este problema, pero hemos estado peor los ciudadanos.


Creemos que por compartir un video en redes sociales, hemos logramos salvar algo, ese algo moral que debemos tener en algún lugar de nuestro cuerpo, y nos perdemos como la mayoría en ocuparnos en nuestra propia sobrevivencia, en la económica, para tratar de salir avante ante lo caro de la vida.   


Al cabo de un momento, ahí vamos en la fila, como obedientes borregos que solitos se forman para ir al matadero, total para morir nacimos, ¿o acaso no habremos de morir de algo? Mientras nuestros verdugos, nuestros gobernantes, nuestros políticos, siguen diciendo una cosa y haciendo otra,  aprovechándose de este marasmo heredado por los siglos de los siglos.


Hemos caído muy bajo, se acabaron los luchadores sociales, quizá ha sido nuestra decidía que les ha llevado a la extinción, muchos críticos, muchos batalladores y gladiadores de izquierda, han creído de manera falsa y mansamente que ganar una elección es la meta y el fin de la lucha, y no es así.


Se trata de que gane el pueblo, no una imagen, no un reducido grupo que nunca se dio por vencido, se trata de que la gente despierte, pero si llegaron y el pueblo enmudeció, y se echó de bruces, entonces no se ha llegado, no se ha ganado nada, aún.


Nos está pesando amigos y amigas, la indiferencia a los problemas en el país, y en Tabasco, nos está saliendo caro ese mal sano optimismo democrático, ¿estamos perdiendo acaso nuestro espíritu de lucha o nunca lo hemos tenido?


En Tabasco andamos tan mal que hasta los manatíes mueren, hasta los peces diablos están pereciendo y eso que a esos diantres supuestamente nada los mata, entonces por qué, a qué se debe tanta complacencia.


No estoy incitando al desorden social, ni alentando un golpe de estado, sólo digo que debiéramos ser un poco más honestos con nosotros mismos, debiéramos dejar esa estupidez que nos divide que en estos momentos son los partidos políticos, y ver por nuestro estado, por nuestra gente.


Puede parecer una utopía, pero es una de las soluciones que tenemos, porque allá afuera, nadie vera por nosotros, ni por nuestros hijos.


Cómo defendernos señoras y señores de esas alianzas que se dan en lo oscurito, cómo defendernos de esos contubernios entre gobiernos salientes y administraciones entrantes, cómo actuar ante autoridades conciliadoras, que soslayan la aplicación de la ley, júrelo que desentendiéndose del quehacer de los poderosos no es, júrelo que defendiendo partidos y políticos tampoco, sólo la sensatez, el sentido común, sólo el compromiso de la mayoría podrá edificar un mejor país y un mejor estado.


La contemplación, la indiferencia es la argucia de quienes buscan entrar a laborar en los gobiernos entrantes, quienes no dependemos más que de nosotros mismos, debemos empujar para adelante, aunque a algunos les agrade o no, la apaciguidad como sociedad es nuestra muerte, no nos dejemos llevar por quienes creen que la parte que les tocaba ya la hicieron al salir a votar este primero de julio. No es cierto, el progreso se construye todos los días, a cada momento, con nuestra crítica, con nuestro proceder, con nuestra unidad, con nuestras dudas, con nuestro empeño.


Aquí está nuestro estado, escabulléndose de nuestras manos, como si de arena se tratase, a quién le importa, quién va a hacer algo, será San Peña, San Núñez, San Obrador, San Adán, ¿quién? ¿Acaso será esa democracia, que se ha vuelto la caja chica de los políticos? Un día partiremos de este mundo, y no sé usted, pero nadie quiere irse jodido, en la miseria sin haber vivido, que por antonomasia sin haber servido (pa algo).

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