JUSTICIA PARA EL TALIBÁN GOYO ARIAS

 



“Cuando los soldados formaron un semicírculo frente a Juárez para dispararle, Guillermo Prieto se adelantó, protegió con su cuerpo al presidente y gritó: "¡Bajen esas armas: los valientes no asesinan!", y siguió hablando hasta convertir a los soldados en defensores de Juárez”.

Luego de la ejecución cobarde en contra del master Gregorio Arias Pérez,  la cual se llevó a efecto la noche del día de ayer, sin que nadie o nada pudiera evitarlo, la sociedad tabasqueña ha mostrado su coraje e indignación ante este lamentable acontecimiento. Pues la ola de violencia en el estado y el municipio sigue imparable y boyante. Los delincuentes ya no temen a la autoridad, y pareciera tienen más libertad que los propios ciudadanos que nos ceñimos a las normas y a las leyes que nos rigen.

Gregorio Arias Pérez hoy se volvió una cifra más, pero este caso, como el de otras víctimas no deberá quedar impune, y deberá esclarecerse en tiempo y forma, porque el Talibán Arias Pérez, como le decían de cariño en las lides políticas, fue categórico en su defensa a sus ideales, a su pueblo el cual presidió, y como oposición supo ser una piedrita en el zapato para ese partido que hoy nos gobierna.

De igual manera, como abogado Gregorio Arias, fue una eminencia, tanto que llegó a alcanzar el grado de Doctor en derecho, y bueno en la oratoria como era, lograba trasmitir esa confianza que pocos en este ámbito llegan a alcanzar.

Pero a pesar de esas cualidades el licenciado Gregorio Arias era una persona humilde, venido de la cultura del sacrificio, que se llevaba con todos, ocurrente, jovial, e inquieto. Enemigos no tenía, él mismo decía en una que otra entrevista que le realizamos, tengo adversarios aclaraba.

Sin embargo hoy podemos asegurar que había quienes ocultos en la monotonía de los días, esperaban la hora y el momento para asestarle el golpe que  cobardemente le arrebató la vida. ¿Pero por qué? ¿Quién lo mandó a callar para siempre? Son las preguntas que deambulan de un lugar a otro, que van y vienen con la gente. Es más, la mayoría con quienes he hablado se ciñen a que su ejecución fue por venganza política. Otros manifiestan que posiblemente se debió a su trabajo como penalista, pues era de esos abogados que no dejaban solo a sus defendidos y que daba la cara como también lo hizo cuando hacía de la política un arte.

Por eso, pienso, luego existo, la fiscalía deberá hacer muy bien su trabajo y de manera rápida, pues a nadie conviene que la sociedad siga especulando, porque luego será contra producente para ellos mismos y para el propio partido en el poder, y quizá también para los adversarios que en este partido tenía.

La muerte de Goyo Arias pesa más por el lado político que por el de su labor como abogado, sí, y no es para menos, pues llegó a ser presidente municipal, y fue un crítico fiero como opositor, sus palabras cuando veía que todos se iban a morena era, que él seguiría siendo priista hasta el último minuto, así se quedara él solo en el partido, y creo a manera de epitafio, fue el más congruente entre los congruentes y el más leal de los leales, definido, decía, como varón, como político y como priista. Que en Paz Descanse mi amigo. Esperemos pronta Justicia, para resignación de familiares, amigos y conocidos.

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