SE LES ESTÁ HACIENDO TARDE A LOS MORENISTAS
Dos años y caminamos firmes rumbo al tercer año, y esto no tiene pinta de que vaya a mejorar, eso sí, los nuevos derechistas, oficialistas y gurús del nuevo gobierno, que de nuevo no tiene nada, solo se han dedicado a defender lo que en otros tiempos repudiaban, aborrecían y veían como traición a la patria.
Este gobierno no tiene nada de especial, es más y en ciertos temas, son mucho peor al pasado que tanto se aborreció. Populistas y electoreros, ambiciosos y mentirosos, escurridizos y vengativos, corruptos y también mafiosos, tienen todos los males en grandes proporciones, y aunque en campaña se decían la solución y la única salida que teníamos los mexicanos, la verdad era que López Obrador significaba el complejo andamiaje de una derecha ortodoxa que buscaba volver a la vida.
Tan
solo con voltear a ver los empresarios que tiene a su diestra el presidente nos
daremos cuenta, no hay cambio alguno. Tan solo con voltear a ver la clase
política que emana del mismo MORENA, y del mismo poder de la república caeremos
en cuenta de que el gobierno del presidente es de continuidad, no de cambio.
En
ese absurdo, el año electoral que se avecina nos devolverá a ese círculo
vicioso del cual no podemos salir, al cual pareciera estamos atados de por
vida, volveremos a ver en las boletas las mismas caras y quizá hasta los hijos,
o nietos de viejas castas que parió lo más granado de la política mexicana.
Por
lo pronto el presidente de la república sigue demostrando que no sirve para
gobernar, que no solo es el cachorro de los estados unidos, sino también el guardián
protector de esos intereses que lo llevaron al poder, que más allá de los
votos, de la simpatía y arraigo con la gente, es una pieza más en el tablero de
ajedrez de una partida que él mismo sabe, no juega.
Es
pues que a los morenistas en el poder se les sigue haciendo tarde, el año que
viene es un año perdido, les quedará para cambiar el rumbo, o al país, tres
años más, y habrán optimistas, que creen en la magia, en los cuentos de hadas,
en el milagro del último momento, pero no será así, el presidente está perdido,
nublado y en el absurdo que él mismo fraguó como proyecto de nación.
Ya
no basta con Lozoya, ya no basta con darle de comer a la gente rumores,
noticias grandilocuentes o discursos jocosos, falta algo más, faltan definiciones,
falta concretar el sueño, salvaguardar la esperanza, y empezar a encarar esos
demonios que tienen al país de rodillas y humillado.
Se
le sigue haciendo tarde a López Obrador, y al pueblo se nos volvió a venir la
noche, ¡vaya condena que vivimos! Aunque no sé si voy bien o me regreso.