¡ME PERDONARA ELLA TÍO!
Por qué estamos dividiéndonos en
México, con esto de la conquista española, tratando de comprender los
beneficios del perdón que pide AMLO al Rey Felipe VI, en qué nos ayuda, si nos
independizamos del dominio español, por qué ahora sale con esto el presidente,
por qué pareciera que se va por la tangente, en tiempos donde hay que afianzar
las estrategias al interior del país para encaminarnos a algo diferente, y ya olvídese
usted el progreso, por lo menos para dar un paso…
Bueno esta imagen puede decirlo
todo, la Martha Sahagún de aquel sexenio foxista, tal parece ha regresado. Ella
es Beatriz Gutiérrez Muller esposa de Andrés Manuel López Obrador, esa misma
que no se mete con nadie cuando está durmiendo.
Esa que se muestra intranquila,
como queriendo tomar la palabra en el video donde AMLO en Comalcalco, Tabasco,
exigía al rey se disculpara por lo que los españoles hicieron en la conquista,
esa misma que casi a finales de febrero de este año presentó su libro “La
memoria artificial en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España
de Bernal Díaz del Castillo”…
Las disculpas que exige Andrés
Manuel López Obrador presidente de la república al Rey de España, no es por
todos los mexicanos compartida. Más de la mayoría de mexicanos, ni les va, ni
les viene, aunque traten de incentivar el odio, y el debate sobre el tema,
termina siendo estéril entre la gente del pueblo, pues existen problemas más
reales, y presentes, que van más allá del perdón que pudieran dar los jerarcas españoles.
A 500 años de la conquista
española, y a 209 de la independencia del dominio español, podemos decir, como
pueblo hemos saldado las cuentas que pudieran existir entre nuestro pasado y
nuestro presente, por lo menos en este tema, y por lo tanto empezamos a
escribir una nueva historia, desde un escenario en donde los protagonistas del
futuro somos nosotros mismos.
El pueblo mexicano, el real, no
el de los números, ni el del parlamento, ni el del ejecutivo, ni el de los
eruditos, ni el que nos quieren vender los oficialistas y militantes
morenistas, es mucho más actualizado, mucho más ofensivo, mucho más
preocupante, que el recuento de los daños de la conquista de hace 5 siglos.
Bien lo señala María de Jesús
Patricio, o Marichuy, Vocera del Congreso Nacional Indígena, quien menciona que
pedir perdón a España es una simulación, y que lo mejor es detener el despojo a
comunidades, pues el Presidente engaña a la ciudadanía porque continúa el
despojo y desplazamiento de etnias para apoderarse de su territorio.
Los mexicanos no necesitamos unas
disculpas diplomáticas, simbólicas, o monárquicas, y si usted acepta el
adjetivo, metafísicas, necesitamos cosas reales, tangibles, no más palabrerías
bien intencionadas. Otra cosa sería, si con ese perdón que exige AMLO al Rey de
España, nos devolviera el oro que se llevaron los conquistadores de esos años,
que hasta eso, sólo lo veríamos pasar de mano en mano, y ni a oler nos lo darían,
o en su caso que nos paguen, como dice la canción, con diamantes sus pecados,
pero nunca sucederá, es más ni la estatua que existe en Medellín España de
Hernán Córtes, quitaría su pie de las sienes de ese compatriota indígena, si
los labios del Rey mascullaran el perdón. No faltará quien argumente… Pero si
el rey lo hiciese te apuesto Román, el opresor en la estatua, en vez del pie,
nos daría la mano, no para besarla, sino para ayudarnos a levantar.
Pero ni uno, ni otro, ese
realismo mágico, sólo existe en las novelas, la vida real, es otro pepe.
Y para prueba lo
que dijo el diputado de monera de nombre Charlie Valentino sobre el tema de España… “Yo no les pediría que pidieran disculpas, sino que se arrodillaran
ante nuestro país porque gracias a ellos (los españoles) estamos viviendo toda
la corrupción” CHARLIE VALENTINO MORENA.
Pero qué hay detrás de todo este
show, para muchos la promoción Presidencial al libro de la esposa del Andrés
Manuel, la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller, el cual curiosamente se llama,
“La memoria artificial en la historia verdadera de la Conquista de la Nueva
España de Bernal Díaz del Castillo” presentada a finales de febrero de este año,
y para venderlo, o para ego personal de la propia investigadora o primera dama,
se está usando a todo un país, y al cabecita de algodón para estos fines.
Aunque hay quienes piensan esto
va aún más allá, pues este tema viene siendo una vil y mediocre cortina de
humo, para quitar los focos de atención, al tema de la revocación de mandato,
en pocas palabras la reelección del presidente.
Es más, poniéndonos un poco
quisquillosos, la pasada aparición que hizo AMLO en Tabasco, debió ser un poco
menos ordinaria, y más contundente, pues
volvió a quedar en el tintero lo del BORRÓN Y CUENTA NUEVA, la cual se oficializaba el día 23 del presente mes, y no pasó nada. Lo
mismo ocurrió con los programas sociales, que siguen alargándose y alargándose
y no pueden aterrizarlos.
Sin embargo, nada ha pasado, sólo sabemos que tenemos un
Zeus en el gobierno federal, que puede con todo y contra todo, que pide los
familiares de los 43 muertos de Ayotzinapa que aprendan a perdonar, que nos pide a
un país completo, perdonar a los políticos que nos dañaron en el pasado, y que
además manifiesta no perseguirá a ningún capo de la mafia, y que hasta el día
de hoy, luego de emprender una guerra frontal contra el guachicoleo y la
corrupción, lo ha cumplido, no agarra ni un refriado.
Entonces, creo, con esa palabrita del perdón, los mexicanos
debemos ser un poco desconfiados, pues más que disculpas, necesitamos resultados, pues mañana Núñez,
Peña Nieto, Deschamps, Gordillo, y hasta el propio AMLO, conociéndoles lo
canijos que son, aplicarán aquel adagio conocido de más vale pedir perdón que
pedir permiso, y más que un acto de arrepentimiento, se convertirá en una mentada
de máuser, para quienes nos dejamos embaucar por la demagogia del señor
presidente. Por ejemplo el utilizar el estado y a los mexicanos, como
principales promotores de un libro que escribió la primera dama Beatriz
Gutiérrez de López.
Aunque como bien lo dijo mí tía Marbella, ME PERDONARA ELLA.
Seguiremos informando, aunque no se si voy bien o me regreso.