JAIME HERNÁNDEZ SE CONVENCIÓ, VA CON ALITO...
Ha causado controversia entre
algunos priistas, no en todos, claro está, quizá solo entre sus malquerientes,
el que Jaime Hernández Córdova se haya decidido a apoyar al campechano Rafael
Alejandro Moreno Cárdenas rumbo al cambio de dirigente en el PRI nacional, sin
embargo, a mi parecer lo que más ha dolido es que Chinchunchao no se dé por
vencido, ni aun, en apariencias vencido, ni a pesar de los pesares y de los
reveses que ha tenido en la política.
Debo mencionar, antes de seguir,
que he sido un crítico constante de Jaime Hernández, y que he tratado de ser
puntual y veraz, y que esta vez será una de esas tantas veces. Sólo que a
diferencia del ayer, por lo menos ahora, su movimiento fue oportuno, si acertó
o no, eso lo veremos y se decidirá en la consulta a las bases a llevarse a
efecto en este partido, cuando así lo dispongan los estatutos o sus estetas.
De tal manera, como iba diciendo,
creo, el movimiento que Jaime Hernández hizo fue a tiempo, pues la postura de
Georgina Trujillo de quedarse “neutral” rumbo a la elección interna que está
por venir, es por sí mismo un harakiri que la ex candidato al gobierno del
estado de Tabasco por el PRI se aplica por dolor, por masoquismo, por
decepción o quizá por valiente, que más bien para ver que saca jejeje. Pero de que anda herida lo anda.
Pero quienes saben reconocer y
anticiparse a los cambios bruscos de temperatura en el partido, saben que bien
o mal, pase lo que pase la vida sigue, y que como militantes del PRI, en estas
fechas de más bajadas que subidas, el movimiento es vida, y la inmovilidad la
muerte.
De tal manera antes de guardar
los 30 días de luto, por la salida del Doctor Narro del partido, Jaime
Hernández conociendo como masca la iguana, y como político en constante
sobrevivencia, buscó, o lo buscaron, y tomó la determinación de apoyar a Alito.
En este caso, en este punto, ¿podría
señalarse a Jaime Hernández de traidor? Bueno, esta vez no lo creo, quizá en
otros arrebatos sí, pero específicamente en este momento no es así, pues no se
va del partido, quien en realidad se fue es Narro Robles, y es digno decir, que
esa sí es una gran pérdida, que como es
costumbre, no se verá hoy sino después. Pero por lo revoltoso y expedito de la
vida interna en el revolucionario institucional, no había tiempo, ni para pegar
un suspiro, mucho menos para lamentarse de la partida de quien dijo adiós, como
no queriendo irse, lo único que quedaba
por hacerse, fue lo que Chinchunchao hizo, y era tomar acciones y decisiones
conforme la marea subía.
Quizá los que aún no pasan el
trago amargo, quienes a lo mejor van y vienen con ese dolorcillo punzante, como
si de la muela del juicio se tratase, aquellos que no han sabido desplegar las
velas al instante preciso, sienten un airecillo gélido que les recorre el cuerpo,
presagiando una derrota más.
Se les olvida que desde hace
mucho, el PRI en principio debe dirigir su dinámica interna a la resiliencia,
más que al arrebato del momento, y estando dentro de su partido, deberán
moverse a plenitud, sin encontrar más limitante que la libertad que tienen bajo
sus estatutos y normas.
Vaya usted a saber si Jaime
Hernández así lo ve, sí así lo intuye, o así lo sabe, lo cierto es que dio el
siguiente paso, ese que a muchos les está costando dar, porque creen que algo
puede pasar, sin saber que lo que tiene que pasar ya está sucediendo.
Para acabarla de amolar, hay una
foto que se tiró con muy buena puntería, con ese tino que sólo los
francotiradores expertos tienen, en la cual se observa a Jaime Hernández de
manera festiva con el diputado Fitness, el Keniano Nicolás Bellizia, esa
piedrita en el zapato que Gina Trujillo lleva desde hace varios meses cargando.
¿Qué va a pasar con el supuesto
Ginismo en Tabasco? La risa de Nicolás parece decir algo, aunque la
domesticación de Jaime lo parece decir todo.
Esta vez Jaime Hernández se movió
a tiempo, como que pareciera, supo leer la jugada, pero qué pasa si no es así. ¿Están
los priistas a la altura de las circunstancias? ¿Sabrán dirimir las diferencias
y privilegiar el consenso? La salida del profeta José Ramón Narro Robles,
indica que aún no es así. Por eso mismo, la llegada de Chinchunchao al grupo de
Alito hace ver que van con una postura diferente, y que están con los brazos
abiertos sumando y no restando, por lo menos a favor. Y en este proceso, quiéranlo
o no, hay un costo político que se tendrá que pagar, y que se está pagando, y
qué bueno que así sea, si es que quieren salir de terapia intensiva.
Por el momento Jaime Hernández
está feliz como una lombriz, y ahí sigue, metido de nuevo en la jugada, terco, arrecho, amachado, testarudo, sin tener
un guion, quizá sin tener mayor estrategia o cualidad que el estar donde tiene
que estar, sobreviviendo, como dice Celia Cruz. ¿Le dará esta vez para llegar?
A lo mejor y sí, pero ojo, ya no se trata sólo de conseguir una candidatura, se
trata de ganarla, y Comalcalco, como Tabasco para el priismo dejó de ser
redituable, aquí ya ni los buenos negociadores se rayan, eso dicen ellos, pero como dice el dicho donde lloran, está el muerto… Aunque no sé si voy
bien o me regreso.